domingo, 18 de julio de 2021

Es curioso que dentro de estas elecciones de primarias, haya sectores de lado y lado, los menos, que no se sienten representados por ninguno de los candidatos inscritos. Así, en el universo de izquierda, por ejemplo, están los simpatizantes de Artés, quienes dicen que tanto Boric como Jadue pertenecen a la lógica partidista que “capitalizó”, por así decirlo, el movimiento insurreccional del 18/10. Ambos, según esta visión, serían cómplices del “arreglín”, apelando a un verdadero movimiento popular refundacional desde fuera de las instituciones y desde las bases, una “verdadera izquierda” concentrada en el Partido UPA (Unión Patriótica).

En tanto, en el universo de derecha, se encuentran los simpatizantes de Kast, quienes afirman que todos los candidatos de Chile Vamos no son otra cosa que socialdemócratas con aires a concertacionistas que votaron por el Apruebo y que serían simplemente algo así como una “derecha light”, sin reparos en transar sus principios y de aliarse a una agenda progresista, al punto de perder peso y fuerza política. Según Kast, el único partido que puede representar una “verdadera derecha” es el Republicano.

Tal como se puede ver, existen bloques radicales en todos los universos políticos. Es decir, bloques que no se alinean con la oferta eleccionaria.

Aparte de ellos, se encuentran algunos partidos nuevos de “centro” surgidos desde la sombra mediática. Me refiero al Partido de la Gente, liderado por Franco Parisi y Gino Lorenzini, el cual se plantea como un partido “atrapalotodo” que busca capturar adherentes de distintas visiones ideológicas para plantarse como independientes, y al Partido Centro Unido, fundado por Cristian Contreras Radovic, Dr File, el cual plantea una propuesta aún más alternativa, consistente en la búsqueda de un “verdadero centro político” basado en la filosofía confucionista. Una bizarra mezcla de orientalismo y cultura chilensis.

Todas y cada una de las candidaturas aquí mencionadas no jugarán a primarias este domingo y, en cambio, se la jugarán por figurar en la papeleta final, en una auténtica carrera hípica por el poder. Por ahora, todas y cada una de ellas constituyen la minoría, la cara menos visible del universo electoral, pero se mantienen a la expectativa, esperando la oportunidad para saltar a la palestra, cual suplentes en la banca de la final de un Mundial, o mejor aún, como peleadores de lucha libre aleatorios que ingresan sin orden fijo en un Royal Rumble.
La democracia es una actriz interpretando a la libertad, personaje ficticio.
En la franja de Jadue usan unos versos que Zurita escribió para la ocasión. El mismo Zurita, que en otra ocasión, escribió unos versos para Ricardo Lagos. La debilidad cortesana es un tema entre la gente de letras. Recuerda a esos poetas del XX que leyeron y admiraron a Mayakovski y desde el entusiasmo de esas lecturas escribieron poemas halagando a Stalin, para años después volver a leer a Mayakovski y concluir que no lo habían entendido bien y con un renovado entusiasmo escribir poemas contra el estalinismo. Me gusta más la idea de Platón de que había que echar a los poetas de la república porque los poetas mienten y de alguna forma eso hacen. Donde el discurso político coloca certezas, la poesía apunta dudas, incertidumbres. Como dice Angélica Liddell: la poesía es la rebelión contra el Estado.

Texto cortesía de Nicolás Vicente.