jueves, 29 de abril de 2021

miércoles, 28 de abril de 2021

De covidiotas y covidianos

La RAE incorporó las palabras "covidiota" y "covidiano" al diccionario. Dicen que el lenguaje crea realidad. Y ya vemos cómo la neolengua advertida por Orwell en su distopía cobra nuevo significado en la era de las restricciones sanitarias. "Covidiota" será llamado todo aquel que reniegue de las medidas impuestas. Su antónimo, "Covidiano", será llamado aquel que acate las normas en pro del orden, aunando el sentido de pertenencia con el de obediencia. El neolenguaje es el virus, parafraseando a William Burroughs.

RAE incorpora palabra "covidiota" al diccionario.

martes, 27 de abril de 2021

Verse by Verse

Google lanzó una herramienta algorítmica llamada Verse by Verse que es descrita como "una musa experimental impulsada por la inteligencia artificial que te ayuda a componer poesía inspirada en los poetas estadounidenses clásicos". El trabajo poético no lo hace solo el algoritmo, el poeta orgánico también puede aportar lo suyo "alimentado" a la IA con un verso de apertura, por medio del cual las "musas digitales" puedan completar el poema.  Esta es, sin duda, la poesía imaginada por Ray Kurzweil. ¿Qué hubieran pensado los dadaístas y los promotores de la escritura automática? Me temo que el futuro Nobel de Literatura podría ser una IA. 


sábado, 24 de abril de 2021

Año 3000

Hace unos días, el cuidador de autos me preguntó si acaso sabía cuántas letras debía contener un párrafo. Le respondí que eso dependía de la idea principal y su posterior desarrollo. El cuidador asintió levemente. Me explicó que tenía pensado escribir un texto. “¿Sobre qué?”, le pregunté. “Sobre el año 3000”, respondió él, con un gesto de convencimiento.

-¿Cómo así?-.

- Pues, verá, quiero escribir sobre ese año

-¿Algo así como ciencia ficción?

-No, algo real. Escribiré sobre cómo será el mundo en ese año

Inmediatamente, me di cuenta que el cuidador de autos tenía la ambición de un escritor cualquiera, solo que lo negaba, replicando que se trataría de una obra realista.

-Bastante ambicioso usted-, le dije-.

-¿Cómo que ambicioso? No pueh, será algo necesario.

-¿Usted cree?

-Así es, por eso le pido, como usted es profe, que me ayude.

-Me entretuvo la idea, lo ayudaré, pero primero tiene que escribir.

-Claro, eso es lo que haré….

-¿Y por qué quiere escribir sobre el 3000? Una fecha un tanto lejana.

-Sí, lo que pasa es que no sé si usted se ha fijado, pero como que el mundo se ha estancado, nos tienen a todos encerrados, a pesar de todos los avances en tecnología, yo he visto cosas increíbles, incluso demás que hay cuestiones que no nos quieren mostrar-.

-En eso estoy de acuerdo.

-Mire, acérquese.

Me acerqué al cuidador y me mostró un video con su celular. En este se veía un auto eléctrico estacionado justo al frente de la casa. Un Tesla modelo S. Un auto que no se veía todos los días.

-¿Y de quién es?

-De un dueño de por acá… ¿no ve? Puro corte, y yo ahí cuidándolo, echándole una manito.

-Sí, está pulento el carro.

-Siiii pueh… entonces como le decía, el mundo ha cambiado para bien, hay plata, hay tecnología, hay cabeza pa estas cosas, y de repente viene un virus, y nos dejan la cagá ¿no le parece raro?

Y ahora no podemos ni salir, si yo cacho que ya hay viajes al espacio.

-Efectivamente, ¿ubica a Elon Musk?

-No ¿quién es?

-Él lanzó hace poco un proyecto para viajar a Marte.

-¿No ve? Eso es lo que le digo… En el año 3000, eso será realidad. Le apuesto que en ese tiempo no será necesario quedarse acá en este planeta. Se podrá viajar y trabajar en el espacio.

-Ahora que lo dice, es muy posible. Si somos optimistas, y la humanidad sigue existiendo…

-Sí pues, profe, por supuesto, si está todo cocinado… para ese año le digo, todo esto que a usted le parece ciencia ficción, será realidad, la legal… Por eso le pido ayuda con lo que quiero escribir.

-No hay problema, en cuanto empiece le doy una mano.

-Sí, pero primero tengo que escribir un índice.

En ese momento, pensé dentro de mí que el cuidador, lejos de tomárselo en broma, se estaba tomando muy en serio su bizarro proyecto de escritura. Era cosa de notar su seriedad al expresarse y palpar la convicción sobre lo que haría.

-¿Cómo un índice?- le pregunté.

-Un índice, para indicar lo que voy a escribir.

-Ah, como una especie de introducción…

-Claro pueh, esa es la idea. En el índice dejaré en claro lo que busco.

-Oiga, pero déjeme decirle que esa idea suya da para libro.

-Para libro, sí, pero quiero ir de a poco… primero quiero hacer el índice, profe.

-Es harta pega, aunque con su entusiasmo demás la hace.

-Sí pueh, yo soy consciente de que esto va a tomar caleta de tiempo, y que voy a necesitar ayuda, por eso recurro a usted.

-Pues para eso estamos, anímese a escribir no más, hay que arrojarse.

-Eso haré… y otra cosa ¿usted puede patentar la idea?

-¿Cómo así?

-Usted sabe, derechos de autor y esas cuestiones.

-Primero tiene que escribir el libro y de ahí, si quiere publicarlo, aplica.

-Ah, lo que pasa es que esta idea estoy seguro me la pueden robar, así que prefiero patentarla. Usted sabe cómo hacerlo, usted puede mover los hilos.

En otra ocasión, el cuidador me había solicitado hablar directamente con la RAE para corregir la redundancia de las expresiones “subir pa arriba” y “bajar pa abajo”. Por supuesto, desconociendo que uno apenas tiene autoridad en la sala de clases virtuales. El cuidador, con todo candor, creía que yo tenía el poder para influir en la RAE y creyó que yo podía ayudarle a patentar un texto no escrito. Al parecer, para el cuidador, uno como profe cuenta con muchas más atribuciones de las que realmente tiene. Sin embargo, era precisamente eso lo que me hacía seguir hablando con este agradable sujeto.

-Entonces, quedamos en eso ¿no?, preguntó el cuidador, convencido de que yo iba a ayudarlo con la escritura de su texto.

-Claro que sí, estimado, solo dígame cuándo y yo le aplico-.

-Mire, deme dos meses ¿usted va a estar acá todavía?

-Sí-

-Genial, entonces en dos meses más le voy a escribir el índice del texto pa que vea.

-Me parece.

-Entonces ahí verá lo del año 3000… hasta podríamos ser socios ¿no cree?

-¿Una cooperativa, dice usted?

-Sí pueh, si usted me va a ayudar.

-No hay problema, espero ese escrito.

-Estamos trabajando entonces.

Nos dimos la mano y luego le hice un guiño con el ojo en señal de afirmación, antes de abrir la reja y volver a la casa. En dos meses más, el cuidador prometería volver con el índice del libro sobre su futuro hipotético.

Al consultar algunos textos, di con el Harrison Bergeron de Kurt Vonnegut. Se trata de un rebelde soñador en el año 2081, contexto distópico en el que todas las personas son iguales por decreto político. Quién sabe. Tal vez, nuestro cuidador de autos sea una especie de Bergeron anónimo, sin siquiera saberlo, y el futuro que él asegura escribirá en su libro sea muy parecido al descrito por Vonnegut. O puede que sea un completo desastre, y haya que volver al pasado y reeditar la historia completa.

miércoles, 21 de abril de 2021

La Red vs FF.AA ¿Libertad de expresión?

A la polémica de la parodia del militar emitida por La Red, se sumó el ministro de Defensa, quien declaró que “no es aceptable recurrir a la parodia política para enlodar instituciones y personas que prestan un servicio imprescindible a nuestra patria y a todos sus ciudadanos”. Aquí surge una pregunta: ¿la parodia política tiene un límite? ¿La parodia en sí misma precisa de alguno? Yo diría que no. La parodia no debería dejar títere con cabeza. El auténtico humor no reconoce ídolos. Puede cuestionar por igual a particulares, instituciones, religiones, culturas y a figuras políticas de un lado y de otro. Es tan legítimo parodiar a Piñera como a Bachelet, a Allende como a Pinochet. Sobre todo es válido criticar a los políticos y no veo por qué los soldados de la Fuerza Armada sean una excepción a la regla. Lo que se está diciendo aquí es: para el resto, parodia; para nosotros, respeto. Y menos aun cuando existen casos comprobados de espionaje a civiles por denuncias de corrupción. Entonces los militares denunciaron el programa Políticamente incorrecto (nombre, por lo demás, predecible), y yo creo legítimo que como institución se puedan ofender y puedan criticar a quienes los critiquen, pero buscar una censura a toda costa, de modo impositivo, eso es negar el ejercicio democrático de la libertad de expresión, y por eso mismo han recibido críticas incluso desde la Human Rights Watch, organismo que cuestionó esta denuncia, señalando que el concepto de la libertad de expresión, a nivel internacional, permite la parodia en todos sus formas y especialmente para figuras públicas o funcionarios públicos, ya que tienen un nivel de poder más alto y, sobre todo, monopolios de poder otorgados por el Estado.

En lo particular, me desagrada la centralización del poder, pero parte de su argumento radica en que después los civiles pueden criticarlos, para así tener un mayor nivel de tolerancia, justificando luego su hegemonía. Esto se suma, por supuesto, a la denuncia contra Piñera ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos por limitar la libertad de prensa, la cual se debió a su intervencionismo en diferentes medios de comunicación, haciendo presión para que cambiaran las editoriales que no se ajustaran a los lineamientos de la presidencia. Cabe insistir en este punto: más allá de si uno está de acuerdo o no con lo que profese tal o cual medio, es parte de su derecho exigir que el Estado no los censure en ese ámbito. Si tú tienes un medio que es privado, tú pones las reglas que quieras porque es tuyo, y también vas a entregar un determinado tipo de mensaje, un determinado tipo de programación, que puede ser muy seria o muy jocosa, puede ser condescendiente o puede ofender, pero, al fin y al cabo, ese es el costo y el precio de convivir en una democracia. No corresponde al poder del Estado interferir con esa regla de oro, porque la libertad de expresión se manifiesta precisamente como algo inherente al individuo, como un derivado de la propiedad sobre sí mismo, sobre la capacidad de emitir juicios de opinión mediante ese derecho inalienable, ante el cual ninguna autoridad tiene ni tendrá jurisdicción.

Por otro lado, no es menos cierto que se aprecia un grado de hipocresía enorme ¿Y por qué digo esto? Porque hay que separar la apreciación personal o ideológica que uno tenga sobre lo que se está diciendo, del derecho a los particulares para poder decirlo. Uno puede estar de acuerdo o no con que los particulares digan o hagan ciertas cuestiones, pero una cosa es que tú creas que está bien o está mal que lo hagan o no, y otra cosa muy distinta es decidir sobre su voluntad para poder hacerlo. ¿Y dónde está la hipocresía? En que la derecha ha manifestado que se debe censurar esto y aquello, que no deben tocar a sus queridas Fuerzas Armadas, que para su sector son “vacas sagradas”, en circunstancias de que los evidentes casos de corrupción jamás son mencionados y jamás hacen un mea culpa, so pena de perder su mellada credibilidad. ¿Cuándo han hablado abiertamente sobre la corrupción de las Fuerzas Armadas? Prácticamente nunca. Solo un silencio funerario parecido al de nuestro incómodo tiempo de paz. Así es fácil criticar, desde ese trono de silencio, a otras facciones del Estado. Pasa lo mismo con otras cosas que ya han ocurrido, y aquí es donde digo que, en esta materia, existe la hipocresía de lado a lado. Por ejemplo, la derecha presentó hace no mucho, el 19 de Noviembre del 2020, un proyecto de ley que tipifica como delito la “incitación al odio” contra las FF.AA y Carabineros ¿Qué sería “incitación al odio”? Algo, un dicho o una acción, que pueda provocar el odio contra ambas instituciones o contra una persona en particular. Ahora ¿Qué significa esto? Básicamente, pena de cárcel para todo aquel que pueda decir cosas en pro de ese odio. De esa manera, mostrar casos de corrupción y cuestionar algunas prácticas también podrían interpretarse como incitación ¿por qué? Porque, a raíz de esto, la gente se indigna y se escandaliza, al igual que con los casos de espionaje, como los investigados por la ministra Rutherford. Entonces vemos que la derecha denuncia solo cuando su reputación se ve mermada. En cambio, esa misma derecha toma la bandera de la libertad de expresión cuando se trata de frenar los intentos de la izquierda por criminalizar ciertos discursos o ciertas declaraciones, particularmente asociadas al negacionismo. De modo que toda esta campaña de desprestigio y de lavado de imagen solo ha funcionado a conveniencia del nicho de turno.

Sin embargo, es preciso aclarar que la izquierda tampoco se salva, porque ellos han estado haciendo exactamente lo mismo. Como salieron a flote severas críticas a las FF.AA, han salido a defender la libertad de expresión, pero ellos han propuesto leyes mordaza, prácticamente en el mismo tenor de la derecha, que buscan criminalizar o sancionar a todos aquellos que incurran en el negacionismo u otras posturas consideradas hostiles. Justamente aquí reflota el fascista interior, porque, al pecar de autoritarismo y de colectivismo (tal como la derecha, dicho sea de paso), se desea sin más acallar a todo aquel que se muestre contrario a su visión. He ahí que cobra especial relevancia, otra vez, el derecho a la libertad de expresión, porque este derecho existe precisamente para que el Estado monopólico no censure la disidencia y la diferencia en todo plano, y esto debería aplicarse, en todo momento, para cualquier causa o color político. Bajo esa libertad de expresión existe la parodia, el humor como dispositivo desacralizador, iconoclasta. Criticar la autoridad, porte la corona que porte, se siente en el trono que se siente. Abogar por la censura siempre será resucitar al fascista interior y, al manifestarse su hálito reaccionario, todos corremos el riesgo de volvernos “copitos de nieve” cuando amenazan nuestra cosmovisión, cuando se meten con nuestra trinchera simbólica.
Llamar machista a un show en donde la creadora de la máquina del tiempo es una mujer resulta un contrasentido.

jueves, 15 de abril de 2021

Anotaciones sobre La peste y el coronavirus.

Para Camus, “cada uno lleva en sí mismo la peste, porque nadie, nadie en el mundo está indemne de ella”. De acuerdo a La peste, la normalidad es un orden ilusorio. De hecho, la existencia de nuevas normalidades confirma el absurdo mismo de la existencia, ya que si esta tuviera sentido por sí sola, esa sería la norma, pero las circunstancias que se presentan indistintamente en la novela y en la realidad han demostrado justamente todo lo contrario. El virus no es lo absurdo. El virus solo expone la fragilidad de la norma, la falta de articulación de un sentido unívoco.

miércoles, 14 de abril de 2021

Posible bulo: circula por algunas páginas disidentes a la plandemia un supuesto extracto de un libro del 2006 llamado “Une Brève histoire de l’avenir” (Breve Historia Del Futuro), escrito por el intelectual y economista Jacques Attali. El extracto es bien particular y reza lo siguiente:

“…En el futuro será cuestión de encontrar la forma de reducir la población. Empezaremos por el viejo, porque en cuanto supera los 60-65 años el hombre vive más de lo que produce y le cuesta caro a la sociedad.

Luego los débiles y luego los inútiles que no aportan nada a la sociedad porque cada vez serán más, y sobre todo finalmente los estúpidos.

Eutanasia dirigida a estos grupos; la eutanasia deberá ser un instrumento esencial de nuestras sociedades futuras, en todos los casos.

Por supuesto, no podremos ejecutar personas ni organizar campamentos. Nos desharemos de ellos haciéndoles creer que es por su propio bien.

Una población demasiado grande, y en su mayor parte innecesaria, es algo económicamente demasiado caro. Socialmente, también es mucho mejor que la máquina humana se detenga abruptamente en lugar de deteriorarse gradualmente.

¡No podremos pasar pruebas de inteligencia en millones y millones de personas, se puede imaginar!
Encontraremos algo o lo causaremos; una pandemia que apunte a ciertas personas, una crisis económica real o no, un virus que afectará a los viejos o los mayores, no importa, los débiles y los miedosos sucumbirán.

El estúpido lo creerá y pedirá ser tratado. Nos habremos cuidado de haber planificado el tratamiento, un tratamiento que será la solución.

La selección de los idiotas se hará, pues, por sí sola: irán solos al matadero… “.

El tenor del fragmento de por sí suena a la hipérbole de un pro eutanasia filonazi. Muchas de estas páginas disidentes citaron el fragmento, señalando que Jacques Attali habría predicho en aquellos tiempos la conspiración de las élites financieras, que consiste en instrumentalizar el desastre provocado por la pandemia para crear la urgencia de un Gran Reseteo en la economía del globo y, de soslayo, cumplir con una agenda política, la agenda 2030, que sería otra forma de instaurar un Nuevo Orden Mundial. Sin embargo, al descargar el libro de origen y buscar la referencia al extracto señalado, este no figuraba por ninguna parte. Entonces queda la duda sobre la autenticidad de la cita. ¿Habrá sido manipulada, tergiversada o derechamente inventada con el fin de dar credibilidad a la teoría de conspiración, o sumarle más horror e inquina al asunto? De ser así ¿de quién o quiénes fue la genial idea de viralizar este fragmento apócrifo puesto en boca del escritor?

Debo reconocer que el tema me dejó intrigado. Investigué y di con escasas fuentes en español, como mucho la de un sitio en el que se menciona otro bulo desmentido sobre una frase también atribuida a Attali, de parte de ciertos sectores de la derecha. Esta frase fue extraída de una colección de entrevistas realizadas por el periodista Michel Salomon en 1981, titulada "El futuro de la vida". Continué con la búsqueda de alguna alusión a los dichos del economista, hasta dar con un sitio en francés de nombre Media Part. En este, se publicó un artículo que desmiente de plano la legitimidad de aquella cita viral, considerándola una calumnia. Si bien confirma que se trata de algo falso, no menciona a la mente maestra que lo empezó todo, a lo sumo, indica el sitio donde sacó la referencia. El propio autor del artículo luego menciona al presidente Macron como posible culpable, quien “capitaliza su nombre como un disgusto, una antipatía”. Así, la falsa cita viralizada sería, en realidad, según el autor del artículo, una velada campaña de desprestigio político contra el protegido de Attali, el mismísimo mandatario francés.

¿Qué se puede concluir al respecto? Pues que, a pesar de los cuestionamientos a la plandemia y de ciertos secretos revelados, se puede caer fácilmente en la manipulación bajo el sesgo de confirmación, sobre todo cuando lo que leemos refuerza nuestro punto de vista respecto de las oscuras empresas de las élites en esta encrucijada histórica.

sábado, 10 de abril de 2021

En la saga Fundación de Asimov, el cuarto libro creo, se plantea la siguiente pregunta: “¿cómo saber que el sistema está en crisis?”. Uno de los personajes responde: "por el ruido de los trenes", y luego dice que la decadencia comienza con un chirrido. Según explica, cuando el tren es nuevo apenas emite sonido, pero con el tiempo y la falta de mantenimiento, este comenzará a hacer ruido, hasta que el chirrido resulte insoportable, señal de que el tren ya no da para más. Al parecer hay una peligrosa analogía entre aquel chirrido y la bulla de la maquinaria actual. La crisis se manifiesta así, con un sonido casi inaudible que aumenta progresivamente hasta volverse intolerable. Todos los extremismos políticos, la radicalización de las ideologías, el complot del poder de las élites, la decadencia de la democracia de los Estados, la situación demográfica del mundo, parecen conformar, últimamente, una pura orquesta disonante provocando en la consciencia colectiva una sordera generalizada. Estamos llamados a no escuchar ese canto de sirenas o a dejarse llevar por el encanto de la irreflexión.

viernes, 9 de abril de 2021

Bicentenario de Baudelaire

«El mundo va a acabarse... Pido simplemente a todo hombre que piense que muestre qué subsiste de la vida... No es en especial por las instituciones políticas como se vendrá a manifestar por cierto la ruina universal... sino por la vileza a que llegarán los corazones. ¿Es preciso que diga que lo poco que quedará de lo político se debatirá entre la opresión de una animalidad ya general, y que los gobernantes se van a ver forzados, para mantenerse y proyectar un fantasma de orden, a recurrir a medios que harían estremecer nuestra humanidad de hoy, sin embargo ya tan endurecida?... Esos tiempos están quizá muy próximos; ¿Quién sabe si no han llegado ya, y si el pesado espesamiento de la que es nuestra naturaleza no es el único obstáculo que impide que apreciemos ese medio en el cual respiramos?». Charles Baudelaire, Cohetes.

jueves, 8 de abril de 2021

Lógica de la cancelación: no tengo pruebas de lo que estoy afirmando, pero tampoco tengo dudas.

miércoles, 7 de abril de 2021

Tiempo hace que no me tocaba una alumna escritora. Ella me mandó un correo largo en el que me confesó que escribe, y lo hace, según ella, debido al bullying por el que pasó en la otra escuela. Dijo que prefería mantener esta afición en privado, porque, a su juicio, no todos saben apreciar el arte de las palabras, y cita: “las palabras tienen un gran poder, tanto para calentar un corazón ajeno como para enfriarlo”. Se atrevió a revelarme este su secreto de escritura, luego de haberle contado que yo también escribía. Siguió diciendo que le gustaría formar cierto lazo conmigo, simplemente porque adora escribir y el hecho de que un profesor le haya dicho que lo hacía bien realmente le ha ayudado a no dejar de hacerlo. Tras esta confesión, me mandó algunos textos suyos que son fragmentos de un solo escrito. Pasajes de actitud apostrófica y con harta carga melancólica. Dijo que solo deseaba compartirlos para poder darles una lectura a conciencia. La chica insistió en que su estado emocional no ha sido muy bueno últimamente, y que por eso había tenido que ausentarse de clases. Así, concluyó señalando que ese tiempo libre bajo el encierro lo había pasado precisamente revisando su humilde trabajo. Ante sus sentidos dichos, solo puedo decir que la joven estudiante está descubriendo lo que todo escritor en ciernes palpa o presiente, al menos, de manera incipiente, en algún momento de su vida: ese impulso, ese llamado, esa suerte de tabú discursivo u oficio culposo. Eso resulta intransferible, irreductible al individuo, y jamás se puede enseñar. Siempre es algo que sorprende gratamente, sobre todo de parte de una chica tan joven, ya que se repiten más o menos los mismos patrones y motivaciones que uno también experimentó en su tiempo. Hay un boca a boca en la mente de los escritores que los sintoniza con un espíritu en común, un ánimo recóndito de sublimación, venganza o sencillamente una pasión sin horizonte reconocible.

martes, 6 de abril de 2021

Hoy, un profesor fue detenido por la PDI, acusado de ser el "cerebro" de una banda criminal que clonaba vehículos y falsificaba licencias. Según consta, habría hecho clases de robótica en un colegio de la zona sur de la capital. Incluso, había sido premiado en la feria Open Science de invención de productos científicos, luego de crear una impresora 3D Kreabot V4R. Actualmente, investigan si su curriculum es auténtico o es tan apócrifo como los documentos que falsificó para llevar a cabo su plan. Al ser apodado como “el profesor”, recuerda inmediatamente al líder de La Casa de papel, quien organizó un atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid para imprimir 2400 millones de euros. O mejor aún, guarda una peligrosa semejanza con su colega, el profesor de química Walter White de Breaking Bad, quien descubrió el mundo de la drogas y poco a poco fue construyendo el imperio de la metanfetamina, llegando al punto de crearse un alter ego, Heisenberg, el capo del “cristal azul”. Nuestro profesor de robótica, en todo caso, simpatizaría mucho más con un Walter White que con un Sergio Marquina, puesto que se puede intuir en él aquel quiebre, aquel conflicto ético que acaba finalmente “volviéndolo malo”. La prensa, junto a la teleaudiencia, se preguntan de inmediato cómo es posible que un profesor, un educador, supuestamente, un símbolo de rectitud, pueda traicionar sus principios y sus valores para incurrir en actos contrarios a la ley. Sin embargo, hay unas preguntas todavía más inquietantes, que son las mismas preguntas de Breaking Bad: ¿El poder se posee o te posee? ¿Existe acaso en la voluntad del poder una voluntad de disociación? ¿El precio del poder siempre será el de la desintegración moral del individuo? Sería revelador saber si Patricio Sepúlveda vio alguna vez la serie, se inspiró realmente en su protagonista o solo se trata de una comparación demasiado ambiciosa, un eco ficcional en la caótica contingencia.

domingo, 4 de abril de 2021

El actor Luca Lionello, que interpretó a Judas en La Pasión de Cristo de Mel Gibson, era un declarado ateo hasta antes de comenzar el rodaje de la película. Cuando este acabó, se convirtió al cristianismo, y no solo eso, también bautizó y confesó a sus hijos. Su personaje traicionó al Mesías en el filme, pero en realidad esto acabó siendo el rito para su conversión fuera de la pantalla. Ya vemos que el celuloide tiene cualidades evangélicas: envuelve tanto a traidores como escépticos.
La sentencia que absolvió a un hombre acusado de transitar por una calle vacía en pleno toque de queda y sin salvoconducto fue calificada como "Supremazo", ya que se consideró prácticamente como algo disonante con la ley y el sentido común. Sin embargo, si uno indagase en las razones de la absolución, daría por probado que el acto de transitar por una calle vacía no implica necesariamente un peligro potencial a la salud pública, toda vez que el sujeto caminante en cuestión no podía contagiar a nadie, puesto que todos se encontraban en sus casas a esas horas de la noche. El fallo de la Corte apuntó que el hombre deberá responder por la vulneración del toque de queda, mas no por la responsabilidad penal atribuida en un comienzo. Si no fuera por esta interpretación legal, literalmente, el solo acto de caminar a la intemperie habría sido concebido como un delito. Demuestra que el Leviatán llamado Estado ha abusado de su potestad punitiva, en nombre de la Salud y el Orden. Como diría el clásico liberal Herbert Spencer: "Limitar la libertad de cada uno a la libertad del otro, excluye de realizar acciones impropias, pero no excluye a otras más inadecuadas"

sábado, 3 de abril de 2021

De sincronías entre Lovecraft, la estrella del Demonio y el Estallido Social chileno.

Hay un video de un canal de youtube llamado Paragnosis que desafía el sentido común, planteando una hipótesis sobre las posibles sincronías astrológicas entre Lovecraft, la estrella del Demonio y el Estallido Social chileno. Para los más escépticos, sonará a una chorrada conspiranoica o a pseudo esoterismo, pero no deja de ser una teoría transgresora, no deja de significar un misterio digno de la literatura de horror cósmico. ¿Y qué tal si pensásemos todos los acontecimientos políticos del país y del mundo desde una mirada mágica, cableada con el poder de la ficción? En circunstancias como las actuales, llena de hechos imprevistos y cuestiones oscuras, la influencia del maestro de Providence podría ser mucho más que meramente literaria, podría alcanzar a los tejidos mismos de nuestra historia y nuestra realidad.



viernes, 2 de abril de 2021

Viernes Santo. El vacío que deja la crucifixión, la simbólica muerte de Dios, se confunde con el vacío de las calles tras el confinamiento. Los creyentes en sus casas experimentan el nihilismo de un mundo sin Dios, y a la vez, viven la incertidumbre de una plaga sobre la cual ninguna doctrina parece tener suficiente influencia. Solo el Estado, en el lugar del extinto Dios, mantiene a raya a su rebaño, sacrificando la libertad del presente en pos de la seguridad del mañana. Y mientras la ciencia encuentra en la vacuna una posible panacea, la fe cristiana proyecta, en su duelo, el temor al sinsentido y la expectativa del milagro. ¿Qué virus podría hacerle frente al poder de la fe? Se preguntan con profunda convicción los más creyentes ¿Qué prueba esta plaga sino la necesidad de una renovada trascendencia? Se vuelven a preguntar, encerrados en sus casas, limpiando los crucifijos con alcohol gel, aguardando el día de la resurrección del Señor.
“Las mismas leyes que nos mantienen a salvo, nos condenan al aburrimiento” así rezaba Chuck Palahniuk, el año 2001, en su novela Asfixia. La frase cae como mascarilla al rostro bajo esta cuarentena soporífera. Incluso parece un oráculo. Y ojo, que en Bélgica la justicia se aburrió y obligó al gobierno a retirar todas las medidas restrictivas anti covid en menos de un mes. De seguro apelarán, y el bicho seguirá cagado de la risa, paseándose entre huéspedes humanos, sin leyes ni Estado que lo confinen.

jueves, 1 de abril de 2021

Yo: -Jóvenes ¿cuál es la idea principal del texto?

Alumno 1: -¿La existencia?

Alumna 2: -La existencia jaja suena a película de terror

Yo:- Muy bien… pero existencia de qué?