lunes, 26 de octubre de 2015


Rimbaud a los 20 ya había escrito toda su obra. Ian Curtis con 23 años ya había triunfado con Joy Division. Y luego muerto. El club de los 27 alcanzó la cumbre y se suicidó. Se presume que David tenía 18 cuando mató a Goliat. Ni hablar de Jesucristo. Hoy la gente parece vivir más tiempo, pero por eso se posterga más a si misma. Cerca de los 30 con unas cuantas victorias morales, un título en mano y un trabajo, sobreviviendo, todavía proyectándose, proyectándolo todo.


A menudo, la palabra mundo hastía. O no basta, para expresar lo que se siente. Aburre ante tanta sobre exposición. O queda pequeña por lo manoseada y redundante.