miércoles, 26 de febrero de 2025

"La necesito para mis sueños": ¿la inteligencia artificial puede escribir poesía?" Dylan Resnik

— ¿Puede existir literatura sin experiencia viva? En otras palabras, ¿puede la literatura reducirse a un cálculo matemático de probabilidades sobre el orden de palabras en base a decenas de miles de textos previos? ¿Es la literatura algo diferente a eso?

— Creo que nunca podremos perder aquello que hace que la literatura sea esencial para nosotros, sin importar si se desarrollarán inteligencias artificiales capaces de generarla. Aunque la creación literaria da lugar a un resultado tangible en forma de una obra literaria concreta, no puede reducirse únicamente a ello, pues el sentido más profundo del arte reside en la experiencia de su proceso de creación y en la vivencia directa de su disfrute. Por eso, nadie puede expresar en nuestro lugar nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos a través de un poema, nadie puede llorar por nosotros al leer poesía, ni experimentar la catarsis o sentirse menos solo tras la lectura. Precisamente por eso pedirle a una IA que escriba un poema carece de sentido, y por eso nunca podremos perder aquello que esencialmente nos distingue de las máquinas.

Ksenija Vraneš, en conversación con Página 12. 
Si sobreviviste a la asonada de octubre, al encierro obligatorio, al control policial arbitrario por pandemia, a la confrontación política en un país polarizado, a las repercusiones socioeconómicas del conflicto entre potencias, y ahora, al mega apagón, date con una piedra en el pecho. La tercera década del siglo XXI se vino rocambolesca y pandemónica. Hay mambo para rato.
Hablan de "operación no deseada" (excusa ambigua) como causa del apagón. En esa categoría también podrían caber los traspasos millonarios de Corfo al fisco chileno, ocurridos días antes, y si me apuran, todo lo ocurrido de un tiempo a esta parte, en materia política. Un radiante Sol ilumina Chile, y las interrogantes siguen más calientes que nunca.
“Hay que siempre mantener la luz del interior prendida, para iluminarse”, le comenté a mi polola, tras el apagón. Ella mandó una foto de una fogata que hizo en su casa. “Tener siempre la llama prendida entre nosotros”, agregó. “Mantener el fuego del corazón encendido para que nos prenda y nos ilumine”, le dije, a modo de remate. Escuché, de inmediato, el clásico "The flame" de Cheap Trick.

¿Qué será de nosotros, en medio de la oscuridad de la tierra?