domingo, 9 de agosto de 2015

Cuando se traspasa el umbral del sueño


Cuando se traspasa el umbral del sueño llega un punto en que ya no hay ganas ni de dormir ni tampoco de despertar; dilema de fin de semana. Uno le acaba rindiendo cuentas más a la noche que al sueño, porque tarde o temprano ella volverá en calidad de contadora a recordarte una deuda ficticia. Se cree satisfacer cierta obsesión poniendo al límite el insomnio, pero a la larga la noche como aval de tus días volverá a cobrarte esas horas muertas. Se llega a la conclusión inevitable: incluso los sueños son una especie de préstamos... Entonces, una cosa por otra: Regreso a la cama por puro placer o penitencia.