Mi polola me pidió que leyera un poema suyo, inspirado en nosotros. Lo hizo para que lo revisara y se lo corrigiera. "Revísalo bien", dijo, "si hay algo que corregir, dímelo". Y es que ella se toma en serio la escritura. No pretende publicar, pero le pone empeño, cuidando el ritmo, la redacción y la ortografía. En calidad de editor y en calidad de amante, me pongo manos a la obra. En mi vida, escasas han sido las veces en que ambas cuestiones pudieron sobrevivir a la vorágine de la soledad, para poder coexistir en armonía. Se escribe como se ama, con las manos abiertas.
jueves, 31 de agosto de 2023
Segundo poema escrito a mano, por correspondencia amorosa, en clave romántica, dedicado a ella:
Y viniste a mí
Y viniste a mí, musa de la noche
Cual estrella a su órbita
Constelada, tocaste a la puerta de mi corazón
Yo te abrí y te invité a entrar
Permanecimos dentro, ardidos
Y fuimos reflejo del otro, en cada mirada
Encendida al calor de la pasión
Y el tacto que, salvaje y audaz, desató
La hebra de nuestros instintos.
Huimos arrinconados para amarnos en la oscuridad,
Sin que nadie nos viera, porque
El misterio de esta pasión merecía
Un escape y un verso atrapado entre los labios,
Una palabra, una promesa de amor
Fundida en la carne y declarada por la mañana.
Abrimos el cielo con un abrazo
Y pactamos lo prohibido con un beso
Así, realizamos el acto definitivo
Sellando el clímax de la historia
Un canto a la vida, un sí a todas las cosas,
Consagración de lo nuestro.
Tuyo,
Gabriel.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)