jueves, 30 de septiembre de 2021

Hoy en clase. "Cabros, terminó el toque de queda". "Ya era hora" dijo uno. "Supongo que van a celebrar". "El finde me lanzo, sin falta", dijo otra alumna, entusiasta como ella sola. Prácticamente todos, al unísono, apoyaron el fin del toque y nadie hizo hincapié en las aburridas medidas sanitarias. Hay que ser francos: nadie extrañará esa mierda. Esa era la energía de la sala, la energía de la libertad.
"Pa la vida hay que tener cuero e chancho, si no te mueres" escuchado en la calle.
"En el año 2060 estarán viviendo cerca de 1.000.000 de personas en Marte. Esto será posible ya que las naves que están planeadas para llevar al ser humano a marte, son reutilizables y se espera que la producción de naves sea cada vez más rápida y eficaz". Ideas al vuelo para un texto argumentativo, escritas por un alumno. Tiene que plantear una tesis en torno a esta idea. Según lo que salga, podríamos tener a un pequeño Ray Bradbury o a un pequeño Elon Musk.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Dirt

Cuentan que un día como hoy, en 1992, las sesiones de grabación de Dirt en Los Angeles coincidieron con los incidentes originados por la absolución de cuatro policías que agredieron al taxista afroamericano Rodney King. Al respecto, Jerry Cantrell afirmó: «Debíamos intentar salir de la ciudad ilesos. Llevamos a Tom Araya con nosotros, y nos fuimos de excursión al desierto de Joshua Tree durante cuatro o cinco días hasta que las cosas se calmaron».

Serie libros prohibidos: "El hombre racional" de Rollo Tomassi (fragmento)

El término "Poder" tiene muchas connotaciones erróneas. Cuando pensamos en gente poderosa, pensamos en la influencia, la riqueza, el prestigio, el estatus y la capacidad de hacer que otros hagan lo que nosotros queramos - todo esto no es poder. Por mucho que nos gustaría convencernos de que las mujeres se sienten atraídas por esta definición de Poder, esto es falso. Porque lo que he descrito como aspectos del Poder aquí son realmente manifestaciones de Poder. Aquí hay un secreto cósmico revelado para ustedes:

El Poder real es el grado en que una persona tiene control sobre sus propias circunstancias. El Poder real es el grado en que realmente controlamos la dirección de nuestras vidas.

Cuando permitimos que nuestro pensamiento, nuestros desórdenes de personalidad y nuestros esquemas mentales, combinados con sus conductas asociadas, determinen el curso de nuestras decisiones, renunciamos al Poder real. El hombre que sucumbe, por la fuerza o por voluntad, a las responsabilidades, obligaciones y deberes que le exige la sociedad, el matrimonio, el compromiso, la familia, la paternidad, la elección de una carrera, el ejército, etc. le deja muy poca influencia en el curso de su propia vida.

martes, 28 de septiembre de 2021

El artículo 44 inciso 2 de la Constitución dice: las medidas que se adopten durante los estados de excepción no podrán, bajo ninguna circunstancia, prolongarse más allá de la vigencia de los mismos.

El fin del Estado de excepción será el próximo 1 de octubre. A partir de ese momento, todas las medidas sanitarias de restricción deberían quedar sin efecto, al menos, en teoría. Entonces ¿bajo qué lógica se entiende la obligatoriedad de la mascarilla y el pase de movilidad para el transporte público e interurbano?

 Damas y caballeros ¿Qué les evoca esta nueva imagen de Greta Thunberg, cargada de simbolismo? Para mí es demasiado evidente. El ojo de Horus. El ojo que todo lo ve. El panóptico.

lunes, 27 de septiembre de 2021

"El totalitarismo del covid implica la inversión posmoderna de la realidad y la moral. Ahora hay que proteger a los vacunados de los no vacunados, a pesar de que se supone que la vacuna proporciona esa protección. Ahora es «moral» exigir que otros se inyecten contra su voluntad e «inmoral» resistirse a tales exigencias.

El régimen del covid implica la ciencia práctica posmoderna. «La ciencia» es lo que las autoridades afirman que es verdad, y toda otra investigación científica está prohibida de antemano. Aquellos que se dedican a la investigación y al debate científico abierto son ridiculizados y descartados a priori, y su reputación es destruida.

Al igual que la asamblea de teóricos posmodernos, el régimen del covid es una convención de charlatanes. Lord Fauci hace declaraciones ex cathedra, a pesar de que contradicen las normas epidemiológicas aceptadas y sus propias declaraciones anteriores, mientras que el estamento médico y los medios de comunicación le siguen la corriente.

El régimen del covid es un consenso de histéricos posmodernos. Los cumplidores observan rituales supersticiosos y dirigen su indignación a los no vacunados en lugar de a las autoridades responsables de su locura.

Todo esto se suma a la continua eliminación de los derechos individuales y al creciente poder de un estado burocrático delirante".

domingo, 26 de septiembre de 2021

No quiero sonar autorreferente, pero mi tesis de pregrado fue visionaria: América es un pandemonio y, en particular, Chile lo es. Es cosa de ver el auge del populismo, la intolerancia política y ahora, el pandemonio sobre la inmigración en Iquique. Puro separatismo oligofrénico, funcional a la idiocia y al poder. "La" unidad latinoamericana no es tal dada su fragmentación. "La" identidad se diluye en su malabar deconstructivo. Lo propio se vuelve ajeno. Lo ajeno se vuelve propio. Divide et impera.

Reseña de Nevermind en el suplemento La Escalera, de La Tercera, en 1992.

 


Sobre los sucesos ocurridos en Iquique, pienso que se ha hecho patente el doble estándar escandaloso de un sector importante de la izquierda. Soy ajeno a pulsiones patrioteras y xenófobas, por lo mismo, condeno la piromanía de ciertos manifestantes del Norte, pero "fascistizar" o "nazificar" la legítima indignación popular (que esa misma izquierda romantiza cuando conviene a sus fines), bueno, eso es, por lo bajo, injusto. ¿No se suponía que la regla era "Vox populi, Vox Dei"? Pues no; parece que depende. Es indignante la xenofobia; sí. Pero también es indignante que la izquierda trate al pueblo iquiqueño de “reaccionario", sólo por decir ¡BASTA! Ojo, que muchos de los migrantes (venezolanos) huyen del mismo régimen que el Partido Comunista defiende y, si cabe, busca imitar (lo dicen ellos, no yo). En suma, una mirada obtusa que solo considera legítimas ciertas banderas y denuncia las causas que no entroncan con su narrativa.

Aquí el problema de fondo, creo yo (y el cual casi nadie discute) radica en la ley de migración descontrolada pactada con la ONU y suscrita, respectivamente, por los gobiernos de Bachelet y Piñera, todo lo cual provocó una ola de migraciones masivas, avaladas por la burocracia internacional y luego por la propia política nacional, sin el protocolo necesario, redundando al final en un destino que acabó por romper los sueños y expectativas de muchos de los migrantes, trabajando en condiciones de precarización, bajo el yugo de empleadores abusivos, sin la “América” que les habían prometido. Sueño americano “a la chilena”.

Por otro lado, al permitir que ingresen todos, absolutamente todos, bajo el amparo de un derecho en el papel, se ha abierto la ventana para el pandemonio vivido hoy por hoy: delincuencia, trata de personas, pobreza extrema, incomunicación y violencia. Y, a su vez, esto ha provocado la inevitable y nefasta radicalización política que ya tiene al cuerpo social sumido en la enfermedad y al pensamiento en la parálisis. Lo más lamentable de todo, es que ya no cabe espacio para los matices ni para las identidades individuales en este asunto tan colectivo: o estás con nosotros, o estás con ellos. Separatismo oligofrénico, funcional a la idiocia y al elitismo. El migrante, más que sujeto de derecho, se volvió un objeto político al uso, sin distinguir su voluntad y su particularidad, más allá de la masa vociferante o del interés global del poder.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Allende versión MGTOW

Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre soltero, emancipado, libre del matrimonio y de las exigencias sociales.

La verdadera conspiración y el problema de la soberanía, Arturo Ruiz (fragmento)

“El temor a la enfermedad es virtuoso. Hasta los guerreros espartanos huyeron de Atenas cuando supieron que había peste. Su valor estaba hecho para combatir a otros hombres, no a los miasmas impuros, que era lo que se creía que trasmitía las enfermedades antes de que se conociesen los gérmenes. A pesar de los “avances” entre comillas del feminismo, todavía es relativamente vergonzoso para los hombres mostrar temor ante la agresión, porque la ingeniería social no puede deshacerse de la naturaleza humana y porque las mujeres, pese a su adoctrinamiento, no seleccionarán a machos cobardes. El miedo a la enfermedad en cambio, al ser virtuoso y no tener el estigma de la cobardía, permite que los hombres puedan mostrar miedo y permite controlar mejor a la población masculina, logrando que se encierren solos por temor y obediencia. Los ataques a la “masculinidad tóxica” entre comillas no son por mera ideología. Al feminizar al hombre, el poder reduce la posibilidad de rebelión. Recordemos que los preppers, que son estas personas que tienen armas y preparación para cualquier desastre y que comenzaron en los Estados Unidos bajo la amenaza de la guerra fría eran en su gran mayoría hombres que querían proteger a sus familias ante un eventual holocausto nuclear. En este caso, el miedo actuó en contra de los intereses del poder, ya que una población armada y con la capacidad real de rebelarse no es algo que los gobiernos deseen. El temor a la enfermedad, en cambio, sí puede neutralizar la masculinidad rebelde”.

“Fatale”: la psicopatía femenina desde la figura de la “mujer fatal” asesina en el cine B.

What else is a woman but a foe to friendship, 

an inescapable punishment, a necessary evil,

a natural temptation, a desirable calamity,

a delectable detriment, an evil of nature,

painted with fair colours!

(Malleus Malleficarum).


Cuando se piensa en psicópatas, se suele pensar en hombres. Este prejuicio se hace aún más patente cuando se piensa en psicópatas asesinos. Así, la mujer, cuando mata, suele ser excusada ante la sociedad como víctima de las circunstancias, actuando en defensa propia o movida por “impulsos incontrolables”. Si estas mismas excusas fueran aplicadas a un hombre, en las mismas condiciones, estoy seguro que no cabría lugar para la misericordia e inmediatamente sería considerado, ante la mirada pública, como un psicópata, peritajes psicológicos aparte. Por esto, cabe hacerse las siguientes preguntas ¿son los hombres aquellos que siempre ostentan la calidad de victimarios por defecto? ¿O existen casos de mujeres que pueden calificar como victimarias activas, inclusive bajo la denominación psicopática que tan arbitrariamente se le atribuye al sexo opuesto, casi como si fuese patrimonio de un solo género y no de la humanidad en su conjunto, a propósito de construcciones sociales?

Todos estos cuestionamientos se vuelven necesarios para poder profundizar en la psicopatía femenina desde la figura de la asesina en el cine b, en específico, con la película Fatale (2020) de Deon Taylor, protagonizada por Hilary Swank y Michael Ealy. La película se trata de un refrito de la clásica Atracción fatal (1987) de Adrian Lyne, con Glenn Close en el papel de Alex, la femme fatale ochentera por excelencia del cine b. En esta ocasión, Hillary Swank cumple el rol de la detective Valerie Quinlan, quien, después de una noche de pasión con Derrick (Michael Ealy), se reencuentra con él sorpresivamente, luego de ser la policía a cargo del caso en el cual él es víctima de un asalto en su propia casa. Tras este reencuentro, se da cuenta que Derrick le mintió sobre su estado civil al verlo con su esposa, lo que detona en la trama el nudo del conflicto, a partir del cual se suceden una serie de ires y venires, cargados de dramatismo, violencia y tragedia. Mismo esquema que en Atracción fatal, solo que, en esta película, Valerie cuenta con una relación conflictiva con su ex pareja, mediando un problema de tuición sobre la hija. Básicamente, estos dos relatos: el del “amante” y el del ex marido son los ejes sobre los cuales se desarrolla la historia de Valerie, con especial énfasis en su enfrentamiento con Derrick, quien acaba construyendo también una relación conflictiva con su esposa, al punto de la traición y la muerte.

Ahora ¿Por qué tratar esta película y no otra, habiendo tantas otras películas que son herederas de Atracción fatal? Pues, básicamente porque se trata de un refrito relativamente reciente, fresco y no del todo analizado, a causa de su tibia recepción de parte de la crítica y su etiqueta de cine de entretenimiento, restándole el mérito que pudiera tener a la luz de una lectura un poco más personal. Además, sobre Atracción fatal creo que ya se ha escrito lo suficiente. Ocurre lo mismo con Bajos instintos, La mano que mece la cuna o Malicious, todas películas icónicas, pero, por eso mismo, ya bastante asimiladas por el ojo crítico y el gran público. No así Fatale. Y por eso me tomé la tarea de verla (disfrutando la intriga y las actuaciones) para poder tratar el tema de la psicopatía femenina desde la ficción cinematográfica, tema tabú para la sociedad pero que, gracias a la mirada subversiva del cine, puede tener un cauce digno de interpretación y de pensamiento crítico.

I APROXIMACIÓN TEÓRICA A LA PSICOPATÍA FEMENINA

Para empezar con el análisis, habría que hacerse una pregunta de rigor: ¿Las psicópatas femeninas existen? Y de hacerlo ¿pueden llegar a matar por móviles y circunstancias similares a las de un hombre psicópata? En un principio, puede afirmarse que sí, solo que se trata de cuestiones políticamente incorrectas y, en todo momento, se sostendría que la psicopatía femenina es minoritaria y excepcional en comparación a la masculina, pero, como señala María Fernández López-Acevedo (2020) en su estudio Perfilación criminal de mujeres violentas y psicópatas: “Diferentes sesgos de género han apartado a las mujeres del lugar que les corresponde como autoras de delitos con conocimiento y voluntad de cometerlos, lo que ha convertido a la criminalidad en un área más monopolizada por hombres”.

Uno de estos sesgos, explicado por la propia autora, tiene relación con la imagen social de las mujeres como menos violentas y peligrosas, sesgo abiertamente contradictorio que en ningún momento se condice con la realidad, puesto que si lo que se busca es determinar la igualdad de condiciones entre los géneros, también se debe estar dispuesto a considerar el hecho de que las mujeres son tan capaces de la violencia como los hombres, evitando caer en una discriminación positiva y un paternalismo hipócrita que las ve como indefensas e incapacitadas, cuando lo que se busca es un empoderamiento, una cierta simetría y no un victimismo conveniente:

“Un meta análisis llevado a cabo por Loinaz (2014) confirmó que la violencia contra la pareja, delito que actualmente se aborda casi exclusivamente con el hombre como agresor, es más comúnmente llevada a cabo de manera bidireccional; es decir, también por parte de las mujeres hacia sus parejas y en una proporción considerablemente similar a la de la violencia de género”.

Ahora bien, es preciso entender que no toda persona violenta o incluso asesina es necesariamente psicopática. Entonces ¿en qué sentido una mujer asesina puede serlo? La propia autora del estudio aquí citado da luces al respecto. Ella hace hincapié en los móviles y en el modus operandi para marcar la diferencia con respecto a aquellas mujeres que simplemente matan movidas por un arrebato emocional, un ataque de celos o una disfunción psiquiátrica. De acuerdo a la autora:

“La violencia también está íntimamente relacionada con la psicopatía, en la medida en que la psicópata perciba que su uso le puede conducir a la consecución de sus propósitos, debido a la escasa tolerancia al aburrimiento que les caracteriza, así como el narcisismo, la baja tolerancia a la frustración, la impulsividad, la carencia de empatía y remordimiento y la búsqueda de sensaciones”. María Fernández López-Acevedo (2020) Perfilación criminal de mujeres violentas y psicópatas.

En este mismo sentido, la violencia de la psicópata suele ser instrumental, “que es planeada, sin emociones y motivada por objetivos externos” Wynn, Høiseth y Pettersen (2012).

Por otro lado, Robert Hare, doctor en psicología, experto en psicología criminal y uno de los más prominentes estudiosos de la psicopatía, ha señalado, literalmente, que “hay muchos casos clínicos de psicópatas femeninas, pero relativamente menos investigaciones empíricas sobre esos casos”. Así lo deja entrever el artículo titulado “The last frontier. Myths and the female psycopathic killer” de Frank S. Perri y Terrance G. Lichtenwald (2010).

En este mismo artículo, del cual solo existe versión en inglés, los autores comparten, a grandes rasgos, los mismos planteamientos del doctor Hare, sobre el hecho de que existen casi la misma cantidad de casos de psicópatas femeninos que de masculinos, solo que los estereotipos de género han influido mucho en la percepción clínica, jurídica y sociocultural a la hora de considerarlos. Así, por ejemplo, a un psicópata masculino siempre se le tenderá a pensar como un “malvado antisocial”; en cambio, a una psicópata femenina se le tenderá a pensar, simplemente, como una “perturbada” con un desorden histriónico o limítrofe de la personalidad.

Son esta clase de mitos, impulsados por una agenda ideológica, y una falta de reflexión y prejuicio generalizados, los que han llevado, de acuerdo a los autores, a minimizar los casos de violencia protagonizados por psicópatas femeninas y a exacerbar los casos de psicópatas masculinos, aun cuando existan diferencias en el carácter y en las formas, pero no tanto en los móviles ni las razones. Los autores Perri y Lichtenwald vuelven a sostener que:

“Las psicópatas femeninas están dispuestas a recurrir a la violencia brutal para satisfacer sus necesidades; la violencia es simplemente una solución que está disponible para ellas como otras formas de controlar a alguien (como el engaño, la manipulación, el encanto, etc). Mientras que la mayoría de nosotros tenemos fuertes inhibiciones para herir a otros, la violencia es una solución que usan los psicópatas cuando están enojados, desafiados, frustrados, porque su sentido de derecho narcisista está siendo amenazado, y dan poco pensamiento al dolor y a la humillación experimentados por sus víctimas”. The last frontier. Myths and the female psycopathic killer” de Frank S. Perri y Terrance G. Lichtenwald (2010).

Resulta interesante que, luego de un riguroso estudio desmitificador, los autores concluyan que “la violencia, especialmente el asesinato, es una cuestión humana y no un fenómeno de un género específico”.

Esta conclusión permite redefinir la situación de la mujer psicópata asesina no solo en relación a sus pares masculinos en sociedad, sino que también en relación a su configuración ficticia desde la mirada del cine. Para ello, habría que ahondar en mayores antecedentes sobre la figura de la mujer fatal como figura sobre la cual se ha encarnado su “lado más oscuro”, su “sombra” junguiana, su “resistencia al molde patriarcal”, su aspecto de subversión y de liberación catalizado desde una perspectiva masculina, en oposición a una mujer modélica, pura, casta y virginal. Sin embargo, para efectos prácticos, me limitaré a analizar al personaje de Valerie en Fatale (2020) desde el prototipo de la mujer asesina psicopática, en base al marco teórico aquí esbozado.

II VALERIE ¿ASESINA PSICOPÁTICA?

La detective Valerie Quinlan aparece en escena en una disco de Las Vegas, cuando el empresario Derrick Tyler va a una despedida de soltero. Siente que su esposa lo engaña con otro, entonces se lo cuenta a su amigo, socio de la compañía de deportes. Derrick se dirige a la pista de baile y es ahí donde conoce a Valerie. Encuentro casual. Atracción inmediata. Es tal la química que pronto acaban bailando. La cosa se pone tan candente que pasan la noche juntos.


Hasta ahí todo es fuego y pasión. El primer impasse, sin embargo, ocurre al día siguiente. Derrick debe volver temprano a casa. Valerie desea que se quede un poco más con ella. Pero le miente. Al punto que cambia de nombre, llamándose Darren, y de dirección, Seattle, por miedo a que su esposa descubra su infidelidad. Antes de irse, ni tonto ni perezoso, folla con Valerie por última vez.

El reencuentro con ella ocurre, como ya se explicó al principio, después de que Derrick y su esposa fueran asaltados en su propia casa por un hombre misterioso. La detective Valerie acude a la escena del crimen y se topa con su amante furtivo. Segundo impasse. Ella, desencajada, y él, sorprendido, disimulan no conocerse con tal de no levantar sospechas. Ella le arroja indirectas sobre su encuentro y sobre su identidad. Luego, cada uno sigue su camino, ella, como investigadora del caso, y él, en calidad de víctima.

Más adelante, se nos advierte sobre la relación que guarda Valerie con su ex marido. Ella acude a buscarlo para poder ver a su hija, pero él le niega la posibilidad, luego de incurrir en una irresponsabilidad que le costó la vida a su anterior hija. Este antecedente permite esbozar el cuadro traumático en la vida de Valerie, atormentada por esta muerte y por sus consecuencias. Hasta este punto, se puede llegar a comprender la impotencia y la rabia que ella siente, expresada de manera sutil en sus expresiones y, en especial, como se verá más adelante, en un odio proyectado hacia su marido y luego hacia Derrick.

Valerie acude a la sala de interrogatorios para hablar con Derrick sobre su caso. Este, sintiéndose culpable por haberle mentido, le plantea a Valerie que lo siente mucho. Ella, imbuida de hastío y decepción, le saca en cara su hipocresía. Es cosa de ver la escena completa para sentir la tensión entre ambos y, en particular, las emociones que brotan de Valerie al momento de confrontar a su amante mentiroso. “¿Lo sientes? Sientes que te haya atrapado mintiendo” menciona Valerie, con un tono entre sarcástico y despectivo. Esta escena también es clave para poder comprender el naciente conflicto entre ambos personajes, el cual irá in crescendo hasta llegar a un punto de no retorno.

Derrick queda intrigado al verse descubierto por Valerie y al saberla una policía. Entonces, investiga sobre su vida y da con el conflicto que mantiene con Carter Haywood, su ex marido. Mientras tanto, Valerie continúa investigando el caso del asalto, hasta que le pide a Derrick que la acompañe en su vehículo para ir a una casa en una playa y le revela una cruda verdad: su socio y su esposa, en realidad, eran amantes. Ellos siempre se encontraban en esa casa, a espaldas de Derrick. Y es más. El asalto que sufrió él en su casa fue maquinado por ellos mismos. Con el fin de la investigación y esta revelación el cuadro se completa. Derrick, cual Edipo, no puede creer lo que está viendo. Y la detective, cual oráculo, le muestra la verdad sobre su esposa. Ahora, ambos son amantes despechados y van desarrollando una extraña relación de complicidad culposa.

El punto decisivo, tal vez, para poder determinar la verdadera personalidad de la detective lo constituye el encuentro que tiene ella con Derrick en su casa. Él acude para indagar más sobre el caso. Entonces, Derrick, ebrio, empieza a maldecir su destino. En tanto, Valerie aprovecha eso para meterle ideas en la cabeza a Derrick, diciéndole que podría matar a su socio y a su esposa “para protegerse”. Derrick, enojado, menciona que no lo tiente, con cómo se siente ahora. Valerie intenta convencerlo, tratando de justificar esa idea de ir a matarlos. Producto de la tensión sexual entre ambos, acaban follando nuevamente. Pero luego Derrick se va, confundido. Esta otra escena es clave para poder entender el juego de manipulación psicológica que urde Valerie, valiéndose del contexto de vulnerabilidad emocional de Derrick para poder tenderle una trampa y, en cierta forma, proyectar sobre él sus propias frustraciones.

Más adelante, resulta que el socio de Derrick y su esposa acaban muertos. Todas las sospechas recaen sobre él. Valerie lo interroga en duros términos, acusándolo del crimen, diciéndole que, luego de salir de su casa, él fue a la casa de la playa para matar a su socio y a su esposa (muy conveniente, considerando que ella misma le había mencionado sutilmente la idea de ir a matarlos). Producto de esta acusación, y las supuestas pruebas que pesan contra él, Derrick acaba siendo investigado por el crimen, socavando su trabajo y su imagen pública.


Valerie acude luego a la casa de Derrick para “darle el pésame por su esposa”. Él se sorprende al verla por esos lados, en un acto, a todas luces, insolente. Entonces, Valerie termina por confesarle, de manera indirecta, que la asesina de su socio y de su esposa es ella. Derrick se sobresalta e intenta detenerla, pero Valerie, con rapidez, lo intimida, alegando que, si la ataca, podría matarlo por defensa propia, diciendo además que nadie le creerá su versión.

En esta parte es cuando Valerie despliega su verdadera personalidad psicopática. En un juego macabro, Valerie obliga a Derrick a que retroceda y se mantenga en silencio, para que actúe “como el esposo triste y dolido de la mujer que lo amó tanto que quiso matarlo”. A Derrick, sobrepasado por la situación, no le queda otra que retroceder y volver a la casa como si nada hubiese pasado.

Como se puede apreciar, todas y cada una de las acciones fueron fríamente calculadas por Valerie. Todo apuntó a incriminar a Derrick, desde el momento en que él fue a su casa para saber toda la verdad del caso. Se trata de una maniobra muy inteligente, con una lógica implacable y motivos sumamente retorcidos, por supuesto, contrarios a la moral. Es en este sentido que Valerie devela su ser psicopático. Pero tenemos que esta psicopatía no es gratuita. Es solo la manifestación de la oscuridad que Valerie lleva por dentro. Su deseo de vengarse. Sus emociones reprimidas producto de la impotencia. El odio que fue cultivando, a causa de la relación con su ex marido y luego el desengaño de su amante, se mostró al espectador en forma de un pandemonio de extorsiones. Como menciona María Fernández López Acevedo en su estudio sobre las mujeres violentas y psicópatas.

“Esto es coherente con los planteamientos de Rovelo y Borja (2019), según los cuales “La forma más común que tienen las mujeres de ejercer la violencia contra otras personas está caracterizada por el daño psíquico a través del uso de lenguaje degradante, la amenaza, el chantaje, la manipulación, el acoso, la mentira, etc. Estas formas de violencia se clasifican como violencia relacional”. María Fernández López-Acevedo (2020) Perfilación criminal de mujeres violentas y psicópatas.

Todos estos elementos se configuran en el carácter y en las acciones de Valerie, primero, tras el fin de la investigación del caso, y segundo, tras confesarle a Derrick que ella es la asesina. Desde ese momento, su “sombra” se desata y comienza su conspiración. A Derrick no le queda otra que defenderse, proteger su nombre, como le imploraba su madre. Por eso, trata torpemente de eliminarla, usando a su primo delincuente como matón, pero no contaba con que Valerie, aparte de ser una psicópata a sangre fría dispuesta a todo, es policía, por lo que, para ella, matar es solo un gaje del oficio. Así, liquida al primo de Derrick y a su socio matón sin problemas, alegando defensa propia.

Valerie y Derrick se reencuentran, tras un breve llamado. Ella le confiesa que ahora mató a su primo. Derrick se abalanza contra ella para quitarle el arma. Pero tampoco contaba con que la astuta de Valerie le había quitado las balas. Entonces, ella le apunta con otra arma para amedrentarlo. En esta secuencia, Valerie coacciona a Derrick mediante un chantaje. Si no quiere ser incriminado en el asesinato de su socio y de su esposa, tendrá que matar a Carter Haywood. “Yo cometí tus crímenes. Ahora tú cometerás el mío”, le dice, fuerte y claro. Derrick, atrapado, sobrepasado por la trampa en la que cayó, no tiene más remedio que cumplir los caprichos perversos de Valerie, si no quiere pasar el resto de sus días sin ver la luz del Sol. “Eres una jodida psicópata”, le grita Derrick a su ex amante. “Quizá… pero ahora me necesitas”, le responde ella, fría, segura de sí misma, aunque profundamente perturbada. Una psicópata auto declarada.

De acuerdo al estudio de María Fernández López Acevedo, existe una clasificación de mujeres delincuentes construida por Rovelo y Borja (2019) a partir del psicoanálisis freudiano. Habla de las delincuentes por consciencia culposa. Señala que "las mujeres que han tenido una vivencia traumática en el pasado se creen legitimadas a cobrarse la deuda resultado de esa injusticia (…) sujetos que poseen una conciencia de culpa que solamente puede ser aliviada llevando a cabo acciones culpables, tales como transgredir la ley”. María Fernández López-Acevedo (2020) Perfilación criminal de mujeres violentas y psicópatas.

Valerie en Fatale (2020) encaja muy bien con esta denominación de la delincuente culposa. Primero, la culpa por la muerte de su hija, que le acarreó el odio de su ex marido. Luego, la sensación de culpa por haber sido engañada y haberse sentido usada por su amante. Una suma de culpas que desencadenaron en Valerie un sentimiento irrefrenable de humillación, el cual, al ser tan inmenso, solo pudo tener su cauce a través de la ley de talión. Es en esta faceta que su psicopatía le viene de cajón, urdiendo un plan maestro para su venganza.

De acuerdo a otra clasificación de Michael y Kelleher (1998), a la luz del estudio del autora ya citada, Valerie, además, podría encajar perfectamente con el perfil de la “viuda negra”, al ser una mujer divorciada con rasgos de personalidad antisocial, un cociente intelectual alto y un poderoso móvil para matar a su marido, con un grado elevado de planificación.

Finalmente, Valerie fue capaz de vengarse por partida doble, usando a su amante mentiroso como sicario para matar a su ex marido al cual tanto odia. No cabe duda que Valerie es una psicópata asesina que no trepida en manipular a los otros con tal de conseguir sus objetivos. Tríada oscura. Pero, como ya se vio, toda esa frialdad y crueldad esconde un dolor y una angustia profunda no sublimada.

III CONCLUSIONES

¿Era Valerie acaso, conociendo su historia y su personalidad, solo una víctima de las consecuencias de sus decisiones en un entorno de “hombres insensibles”, o era plenamente responsable de cada uno de sus actos, incluyendo la muerte de su hija y el enredo con su amante? Esta es la pregunta reflexiva que cabe hacerse, con tal de enriquecer la interpretación psicológica y cinematográfica que se ha hecho sobre la figura de la detective. Más de alguien podría llegar a empatizar con Derrick, el malogrado protagonista de la película. Otros, en cambio, con la propia Valerie, la antiheroína, la antagonista que es interpretada genialmente por Hillary Swank, deslumbrante en este papel de femme fatale psicopática de cine b.

Fatale quizá no pase a la historia como una película memorable, a fuerza de repetir un tópico ya manido, pero sí constituye una propuesta fresca que se atreve a configurar un personaje femenino capaz de tantas viles acciones, en un escenario cultural cada vez más políticamente correcto y simplificador de la realidad, al punto de la caricatura.

Cabe repetir que “la violencia es una cuestión humana y no un fenómeno de un género específico”. Y tanto la mujer como el hombre pueden ser partícipes de ella. Solo espero que este tipo de propuestas artísticas contracorriente eche luces al respecto, y no se repitan en masa los mismos lineamientos ideológicos y hegemónicos de Netflix, que tanto daño hacen al disfrute y el entendimiento de la cultura pop.





Bibliografía


María Fernández López-Acevedo (2020). PERFILACIÓN CRIMINAL DE MUJERES VIOLENTAS Y PSICÓPATAS. Revista de Criminología, Psicología y Ley. Vol. 4. Septiembre 2020


Frank S. Perri, Terrance G. Lichtenwald (2010). The last frontier. Myths and the female psycopathic killer. THE FORENSIC EXAMINER. Summer 2010

viernes, 24 de septiembre de 2021

Hay quien ve en su historia personal o la de otros, por cuática que sea (y mientras más cuática, mejor), la materia prima para construir una novela, un thriller o cualquier otro relato. Hay un nivel de "literatosis" tal que resulta insoslayable, al punto de desdibujarse el criterio y el sentido de realidad. Y ustedes ¿Qué tipo de relato construyen sobre sus propias vidas?
Los políticos están politizados, Sichel dixit. Ergo, hay que despolitizar la política. 😂

jueves, 23 de septiembre de 2021

Versos convencionales

Todos tenemos un cáncer imaginario que nos roe por dentro. Todos tenemos una notaría extinta que nos pena. La democracia es una palabra al uso, paradójica, sarcástica, convencional.
Después de explicarle al curso la secuencia del conflicto en el género dramático, un cabro preguntó: "Profe ¿y la historia tiene clímax?". Quedé mutis. A los segundos, un compañero le respondió: "Solo si es dramática".

martes, 21 de septiembre de 2021

Ralph Waldo Emerson, La confianza en uno mismo (fragmento)

Hay voces que podemos oír en soledad, pero que se desvanecen en cuanto ponemos un pie en el mundo. En todas partes la sociedad se convierte en una conspiración contra la individualidad de cada uno de sus miembros. No es más que una sociedad anónima en la que, para asegurar mejor el pan de cada accionista, sus integrantes se ponen de acuerdo para quitar la libertad y la cultura a los comensales. La virtud más solicitada es la conformidad, la confianza en uno mismo es su antagonista. Esa sociedad no valora las realidades ni los creadores, sino los nombres y las costumbres.

lunes, 20 de septiembre de 2021

El final del Kali-yuga (fragmento)

"El origen de esta epidemia mundial en el extenso y superpoblado territorio de la China comunista es todo un símbolo del negro proceso en el que estamos inmersos. Un símbolo que hay que saber captar, apreciar y entender en todo su hondo significado. Es como si la maldición que Occidente, en su prepotencia y engreimiento, lanzó sobre Oriente y sobre otras muchas zonas del planeta, volviera ahora sobre nosotros como un funesto y sombrío bumerán rebotado por la inevitable lógica de la Némesis histórica o la ley del karma.

Esta epidemia planetaria, con su oleada de muertes, ha ocurrido justamente cuando muchos corifeos y heraldos del porvenir, fascinados por las excelencias del sistema imperante, enarbolando la bandera de la fe en el progreso y los esquemas mentales inculcados de forma masiva, pregonaban que ya estábamos casi a punto de vencer a la muerte y conseguir la inmortalidad gracias a los increíbles avances de la ciencia".


Los siete de Martinsville: lecciones sobre el derecho y la justicia.

El indulto a los “siete de Martinsville” nos enseña algunas lecciones importantes:

1) Que los tiempos de la justicia no siempre son los tiempos de los hombres.

2) Que la justicia debiera estar basada en la razón, y no en un afán punitivo impulsado por motivos emocionales e ideológicos.

3) Que las denuncias falsas existen y que, de hecho, existen muchos procesados y condenados por esta clase de denuncias, acarreando consecuencias irreversibles para su integridad moral, psicológica y social.

4) Que invisibilizar o minimizar estos casos puede abrir la puerta para otra clase de injusticias: extorsiones, revanchas personales, e incluso, instrumentalización de la denuncia falsa con fines políticos.

5) Que la pena de muerte siempre será inviable, por la sencilla razón de otorgarle al Estado el poder y la potestad de decidir sobre la vida de una sola persona, como si fuera un Dios, cayendo en la muy gran probabilidad de dar muerte a un inocente.

6) Que, dado lo anterior, se debe reconocer la presunción de inocencia como un derecho humano fundamental inherente a toda persona, al momento de ser acusada, y no simplemente como una garantía jurídica o un tecnicismo procesal.

Antes de hacer juicios apresurados, conviene investigar, revisar la historia y sacar conclusiones.

▷ Concedido el indulto póstumo a "Los Siete de Martinsville" 70 años después de su ejecución (contrainformacion.es)

domingo, 19 de septiembre de 2021

Versiones del mito de Fedra


Si de revisitar la mitología griega se trata, tenemos en el mito de Fedra, hermana de Ariadna, esposa de Teseo, uno digno de ser relatado. 

Existen varias versiones. En la tradicional, se cuenta que Fedra, que era madre de dos hijos, Acamas y Demófon, se enamoró de su hijastro Hipólito, hijo de Teseo. Este, al conocer los deseos de su madrastra, la rechazó sin más. Entonces, Fedra se sintió tan humillada que le mintió a su marido Teseo, diciéndole que Hipólito había intentado ultrajarla. Esto enfureció a Teseo, a tal punto que maldijo a su hijo con uno de los tres deseos concedidos por Poseidón. Así, el dios del mar convocó un enorme toro desde el fondo del océano, que asustó a los caballos de Hipólito, arrastrando al jinete hasta su muerte. Tras la tragedia, la mentira de Fedra se descubrió y, para evitar más humillaciones, decidió quitarse la vida.

En otra versión del mito, el deseo de Fedra por Hipólito se trata de una maldición de la diosa Afrodita, como revancha en contra de aquel por haberle rechazado. Fedra se sintió tan angustiada a causa de su deseo que le pidió ayuda a su enfermera. En un intento de conciliación, ella le contó a Hipólito lo que sentía su madrastra por él. Hipólito no podía sucumbir a este amor porque había hecho un pacto con la diosa Artemisa, la diosa de la caza y de la castidad. Como fiel seguidor, le había jurado que nunca amaría ni se casaría. Por esto, Hipólito rechazó a su propia madrastra. Luego de su rechazo, Fedra temió las consecuencias de ser descubierta por su marido y planificó matarse, no sin antes escribirle una carta a Teseo, acusando a Hipólito de intentar seducirla, con tal de lavar su imagen y proteger a su familia de la ignominia.

Según el relato de Eurípides, al final Hipólito sobrevivió al castigo divino y fue llevado ante su padre. Entonces, Artemisa le explicó a Teseo que su hijo nunca se sobrepasó con Fedra, sino que Afrodita había provocado que su esposa se enamorara de Hipólito. Teseo fue acusado de haber juzgado a su hijo sin averiguar la verdad, pero este le perdonó antes de morir.

Existe otra versión que es una reescritura de la versión tradicional. En esta, Artemisa se lamentó por la pérdida de Hipólito y le reveló la verdad a Teseo sobre Afrodita y la maldición que puso sobre Fedra. Al final, Teseo acabó maldiciendo a los dioses por la muerte de su esposa y de su hijo.

En una cuarta versión, Teseo mató a su hijo al conocer la acusación de Fedra contra él. Luego, Fedra se suicidó por culpa, porque nunca tuvo la intención de que Hipólito muriera. Artemisa, más tarde, le contó a Teseo toda la verdad.

Una quinta versión relata que Fedra no se suicidó, a pesar del rechazo de Hipólito y de la mentira que le contó a su marido Teseo. En esta ocasión, Dionisio intervino, enviando un toro salvaje que aterrorizó a los caballos de Hipólito, salvándolo de morir.

Una sexta versión cuenta que la enfermera de Fedra le reveló a Hipólito el amor que su madrastra sentía por él, pero este juró que lo guardaría como un secreto, para no mancillar su propia honra y la de su familia.

¿Qué es verdad y qué es mentira en el mito de Fedra? ¿Fedra actuó manipulada por un capricho divino o lo hizo a sabiendas? ¿Hipólito actuó de acuerdo a una ética personal o solo siguió el juramente de la diosa? ¿Quién era la víctima o el victimario en esta historia? ¿Las diosas? ¿Fedra o Hipólito? Como sea, el mito de Fedra nos permite repensar el sentido de la verdad y la consecuencia de la mentira en la maraña de las relaciones humanas, entrelazada por obsesiones recónditas, voluntades primigenias, motivaciones inconscientes que, a veces, conducen, verdaderamente, a un destino no del todo definido, o parecen ser la causa de una tragedia más viva que nunca. ¿Cuántas Fedras e Hipólitos en este mundo sin dioses, actuando bajo un manto de nihilismo, con hibris, destruyéndose y reconstruyéndolo todo, hasta sus propios relatos, su memoria, su futuro?

sábado, 18 de septiembre de 2021

Raymond Aron o cómo combatir sin odio

Raymond Aron: «El hombre que no espera cambios milagrosos de una revolución, no está obligado a resignarse a lo injustificable. Apelemos pues al advenimiento de los escépticos».

Mircea Cartarescu: "El comunismo era un fascismo repugnante"

En «La República», Platón dice que los filósofos que gobernaron la ciudad ideal no permitieron que los cantantes cambiaran sus modos porque cualquier cambio en la música generaría un cambio en el orden político, lo que querían evitar a toda costa. Todas las tiranías temen a los artistas, porque su libertad no puede ser reprimida. Los artistas y pensadores, como dijo Rilke, son banderas que comienzan a moverse con el viento mucho antes de que la gente sienta el viento.

«Vivimos en un mundo político», cantaba Bob Dylan, y tenía razón. Todo es político a nuestro alrededor, hasta el amor y la ternura. Estar del lado bueno en la vida, cuidar a la gente, no lastimar a nadie, alejarte de los extremos para pensar por ti mismo es tener una vasta vida interior. Y una visión política que me gusta y respeto. En cuanto a las elecciones, las ideologías, la izquierda, la derecha, los discursos y radicalizaciones, me parecen una realidad obsoleta, del siglo XIX. Evidentemente, hay una crisis en la política, como en todas partes del mundo: ya nadie se identifica con los partidos, la gente tiende a votar fantasías, mitos, no realidades.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Choreza no es viveza

Arriba de la micro dos compadres se "echaron la choreada", a vista y paciencia de todos los pasajeros. El primero le lanzó una lata de cerveza al segundo y luego lo increpó por botarse a choro. El aludido repitió que lo dejara piola, que nunca le hizo nada. Entonces, el otro lo invitó a bajarse de la micro para resolver el problema a los combos. Pidió disculpas a los pasajeros y al chofer por "los inconvenientes". Siguieron rumiando la rabia, hasta que el aludido quiso bajarse. "Voh no te bajai hasta que arreglemos esta wea", le dijo el otro, desafiante. "No me podi obligar wn", le dijo el aludido, tratando de zafar. Así, la micro continuó su recorrido, con la tensión manifiesta de ambos contendores, hasta llegar al próximo paradero. Luego de llamar por teléfono y contactar a unos "pilotos", el compadre de la lata "invitó" al otro loco a bajarse. Este no quiso. Ante la negativa, el compadre de la lata esperó un paradero más y advirtió al chofer, no sin antes increpar al aludido "¡Choreza no es viveza!", le gritó. "Viveza es respetar a los demás, sapo c..... Aprende", remató, haciendo sonar los dedos. Al final, el compadre se bajó rápidamente, volvió a pedirle disculpas al chofer desde la calle, pasó por el lado de la micro y pegó con un palo cerca de la ventana donde se encontraba el aludido. La micro siguió avanzando y el compadre, taimado, se cubrió la cara con una capucha y se bajó un poco más allá. "Ahora me toca a mí wn...", alcanzó a decir. Los locos no se tocaron ni un pelo, pero se habían empapelado a chuchadas. Nadie a bordo quiso intervenir. Había que dejarlos piola, en su ley, "a lo vivo".

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Quiero insistir en un punto, y es que tal vez el Acuerdo por la Paz sí fue, después de todo, una "cocina", pues pasaremos de una Constitución neoliberal de la mano de los Chicago Boys a una Constitución globalista amarrada por los intereses de la ONU y sus corporaciones y conglomerados asociados. En ningún caso, los "cambios estructurales" han venido empujados "desde abajo", y este puede que sea el descubrimiento más duro de todos. La anagnórisis definitiva. Viejas ilusiones se van destiñendo. La crisis se hizo herida en el cuerpo social, solo para levantar otros espejismos, otras luchas perdidas que acabarán formando parte de otra burocracia aún mayor. Kafka se volvió la regla: primero, en forma de estallido; luego, en forma de virus. La fibra emocional que te mantenía atado a tu red se quebró de manera irreversible. Las contradicciones se fueron agudizando. Las diferencias se volvieron irreconciliables. Viejos amores y amistades se perdieron. Nuevas verdades se van revelando. A la vez, otras mentiras vienen conspirando. El cambio se vuelve imperativo, pero, al mismo tiempo, ese cambio acarrea otro movimiento tras las sombras. Chile fue el pionero a nivel mundial de un modelo de capitalismo "crony", y ahora, pasará a ser el pionero de un modelo de capitalismo progresista y globalista, alineado con los objetivos de la agenda 2030 de las Naciones Unidas. Fuimos un experimento y seguiremos siéndolo, sin duda. Este es el hecho irremediable. Todo lo que comienza como tragedia, puede acabar siendo una comedia de muy mal gusto, aunque la cosa se esté recién cocinado, y todavía falte que los comensales reclamen su turno, con tal de no quedar bajo la mesa.
Durante la revisión, me encuentro con algunas respuestas a la pregunta ¿Qué perspectiva de la libertad personal se presenta en el cuento Qué difícil de Lydia Davis?

Paso a transcribir algunas de esas respuestas:

Alumna 1:

Platón dijo que la libertad está en ser dueños de la propia vida. La madre no puede decirle a la hija cómo ser, sí puede corregirle lo que hizo mal, pero no decirle que sea de tal forma o de aquella, porque uno escoge cómo ser y qué decidir.

Alumna 2:

Yo personalmente pienso que la libertad es fundamental, ya que uno decide si hace las cosas o no, por ejemplo, en el cuento que leímos anteriormente, la mamá le dio libertad y las condiciones para que la hija cambie. Ahora, la hija es libre de querer cambiar. Karl Marx pensó que la libertad tiene dos aspectos: primero, es ser capaz, y el otro, es querer. Si la hija no quiere, no lo hace.

Alumna 3:

La libertad personal (física/mental) es (explicada “profesionalmente”, por John Stuart Mill) el ser dueño/a de uno/a mismo/a, siendo quien quieres ser y siendo pleno/a con ello.

En este texto podemos apreciar una joven quien no tiene libertad personal, siendo de la manera que es por la relación que lleva con su madre, casi siempre estando ambas a la defensiva.

Desde mi punto de vista, la joven no ha logrado abrirse con su madre y no ha logrado vencer el orgullo que hay en ella, dejando que siempre mande sus actos, sus palabras y demás. En suma, dejando de ser libre.

Como sabrán, los criterios para la evaluación de respuestas argumentadas tienden a ser cualitativos. ¿Cuál de estas respuestas de desarrollo les pareció mejor o cuál les gustó más? ¿Por qué?

(Ahora ustedes responderán y sus respuestas serán igualmente evaluadas)
Ver Possession de nuevo en el Insomnia, en versión remasterizada ¿desde cuándo? ¿2008? fue una experiencia inquietante (y lo más bizarro es que la película te interpela más que nunca)

martes, 14 de septiembre de 2021

Susan Sontag: "El comunismo es fascismo"

“Yo sostengo que los recientes acontecimientos en Polonia ilustran una verdad que deberíamos haber entendido hace mucho tiempo, a saber: que el comunismo es fascismo... un fascismo que ha tenido éxito, si ustedes quieren. Lo que hasta ahora hemos llamado fascismo es más bien una forma de tiranía a la que es posible derrocar. Repito: el fascismo (y un gobierno abiertamente militar) no solo es el destino probable de todas las sociedades comunistas –sobre todo cuando sus pueblos sienten el impulso de rebelarse–, sino que el comunismo es en sí una variante, la variante que mejor éxito ha tenido, del fascismo. Un fascismo con rostro humano”. Susan Sontag, 1982, acto de apoyo a Solidaridad en el Town Hall de Nueva York

lunes, 13 de septiembre de 2021

"Todos los poetas, y quiénes mejor que los franceses para saberlo, inventan su pasado". Roberto Bolaño, La literatura nazi en América (algunos inventan mucho más que su pasado)
“Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? «Quiero ser feliz», dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia. (…) A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag. Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador, ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también, Cinco minutos después de la muerte de una persona en camino hacia la Gran Chimenea, los incineradores son abastecidos por helicópteros en todo el país. Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio. (…)”. Fahrenheit 451. Y una vez que el bombero comprende toda esta piromanía digna de la inquisición, comienza a recapacitar y a darse cuenta de lo que significa quemar un libro. Hay un viejo en la novela que le explica lo siguiente: el que no construye, quema. Y eso es lo que estamos viendo hoy en día con la quema de más de cinco mil libros –entre ellos, de Tintin y Asterix y Obelix- en escuelas de Canadá. La única excusa es que ahora se hace con el fin de “purgar” el racismo histórico sobre los pueblos indígenas. El progresismo posmoderno ha demostrado que no viene a construir nada. Solo le interesa “deconstruir”, préstamo conceptual de Derridá, que no es otra cosa que un eufemismo para “destruir”. Decía Heinrich Heine: "Donde se queman libros, se terminan quemando personas". ¿Cuánto faltará para que estos progresistas canceladores ter minen quemando a quienes no piensan como ellos?

El perseguido y el otro relato del 11/9 yanqui


Existen otros relatos sobre el 11 de septiembre, pero ojo, no el nuestro, sino el norteamericano, ocurrido hace veinte años atrás. Uno de ellos tiene como protagonista a Kurt Sonnenfeld, un camarógrafo yanqui de la FEMA (Agencia Federal para la Gestión de Emergencia) que fue enviado a la Zona Cero y que vio aquella mañana, según relata en su libro El perseguido, “algo que superaba cualquier cosa que hubiera visto antes”. La trama de esta historia ocurre mucho después de esa revelación. La gatilla la muerte de la esposa. Sonnenfeld fue considerado el principal sospechoso. Ante dicha acusación, siempre se declaró inocente, aduciendo que su esposa se había matado. Aun así, alcanzó a estar unos meses preso. Luego, fue liberado al descubrirse que no había huellas suyas en el arma homicida. Un antecedente significativo de la investigación consistió en una nota en el diario de vida de la difunta, que reproducía una cita de Walt Whitman: “Qué es bello, menos la muerte y el amor”. La palabra “amor” había sido tachada.

Tras la muerte de su esposa y su paso por la cárcel, Sonnenfeld decidió rehacer su vida en Argentina, donde conoció a otra mujer, Paula Durán, con la cual se casó. La vida de Sonnenfeld parecía feliz, pero no contaba con que la Interpol lo volvería a buscar por la causa de asesinato de su ex esposa, mediante una orden de extradición. Esta vez, sin embargo, Sonnenfeld tenía algo con lo cual defenderse: los registros de aquello que vio en la Zona Cero. Se trató de una cámara abovedada completamente vacía, utilizada por la CIA, bajo el edificio seis del World Trade Center. Sonnenfeld se preguntó, al indagar en sus registros, por qué el edificio siete se había desplomado si ningún avión había impactado en él. “¿Por qué estaba vacía? ¿Y cuándo pudo haber sido vaciada?”, escribió en su libro El perseguido: “El edificio seis fue evacuado en doce minutos después de que el primer avión se estrellara contra la Torre Norte. Las calles se atascaron de inmediato con los camiones de bomberos, los patrulleros de la policía y el tráfico embotellado. Por su parte, la bóveda era lo suficientemente grande como para necesitar más de un camión entero para retirar tan variado y sensible contenido”. Sonnenfeld concluyó que la bóveda había sido vaciada de antemano. Él lo sabía, y por eso el Estado profundo le perseguía. Esa es su verdad a lo Wikileaks, o bien su coartada perfecta.

Existe información que desmiente la versión de Sonnenfeld respecto a sus reveladores descubrimientos. Kirk Mitchell de 'The Denver Post' en 'The Spin Doctor. Hero or Cold-Blooded Killer?' declaró, por ejemplo, que él no llegó a la Zona Cero hasta semanas después de los atentados, por lo cual sería hipotéticamente imposible un registro in situ. Pese a esto, el curso de los acontecimientos siguió corriendo a favor del perseguido, hasta que, en el 2015, la Corte Suprema de Argentina decidió extraditarlo. Sin embargo, antes de que Macri llegara al poder, una orden ejecutiva resolvió que no devolvería al gringo a su país natal. “Si tengo suerte, y si Dios lo quiere, nunca más volveré a los Estados Unidos” dijo en El perseguido. “Es lo mejor que puedo esperar. Pero está bien. Tengo a Paula. También a Scarlett y a Natasha. Y esto es todo lo que necesito. Y contrariamente a lo que alguna vez me pareció, ahora también tengo esperanza. Eso es más de lo que puedo pedir”.

¿Sonnenfeld se volvió algo así como el Snowden o el Assange del 11/9? ¿O todo se trató de un montaje conspiranoico muy bien armado para ocultar su participación y responsabilidad en el crimen del cual se le acusa? No se puede saber. Todas son nada más que conjeturas. Por lo pronto, el protagonista de esta historia continúa con su vida en Argentina, insistiendo en la versión que construyó en su libro El perseguido. ¿Ficción o realidad? Su autobiografía novelada nos hace pensar en un meta texto que busca recrear su defensa ante su persecución política, unida al enclave policial que implica la muerte de su ex esposa. Ninguno de estos hechos en la vida de Sonnenfeld se puede separar, sin antes desarticular el entramado de la historia, con resonancias en el sentido de la justicia y en el pandemonio de conspiraciones que forman, hoy por hoy, nuestra contingencia mundial. Como decía Pablo Ianiszewski: “la política contemporánea es un campo minado por todo tipo de engaños y espejismos”. Le toca al ciudadano corriente sortearlos, para superar la lógica del poder y recuperar su campo vital.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Decía el Agente Smith: “Me di cuenta de que ustedes no son realmente mamíferos. Cada mamífero en este planeta instintivamente desarrolla un equilibrio natural con el ambiente que lo rodea. Pero ustedes los humanos no. Ustedes se mueven a un área y se multiplican y multiplican hasta que cada recurso natural es consumido y la única forma en que pueden sobrevivir es esparcirse a otra área. Se inclina hacia adelante. Hay otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón. ¿Sabe cuál es? Un virus”. El discurso del Agente Smith en Matrix viene a cuento con nuestro contexto pandémico. Sobre todo, ad portas de una nueva película de la saga. Según Agustín Laje, existe una verdadera “antropología de lo viral” circulando, para la cual el hombre se ha vuelto una especie de virus en el mundo. Ciertos sectores del ecologismo, al empezar la pandemia, tal cual el Señor Smith, pusieron en marcha este relato, que consiste en que los seres humanos (léase aquí los ciudadanos de pie, no los grandes conglomerados responsables de la emisión de energías fósiles) estamos pagando las consecuencias de nuestra irresponsabilidad e inconsciencia, en un planeta vivo (teoría de Gea) que activa su sistema inmunológico contra la amenaza que representamos todos nosotros. Ahora bien, las interrogantes que pueden viralizarse a raíz de esto son las siguientes: ¿hasta qué punto seríamos un virus para el planeta? ¿Quiénes serían los responsables del calentamiento global? ¿Quiénes se benefician y quienes pierden con este relato? ¿Cuál es nuestra parte en esta “coyuntura”? ¿Mutar, replicarse o desaparecer?
La banda sonora de la nueva película de Matrix la conforma el clásico White Rabbit de Jefferson Airplane. Lo que nadie sabe es que, durante el año 1965, el grupo convirtió una pizzería de San Francisco en un club nocturno, al cual nombraron The Matrix.

Baizuo

Hay una palabra, Baizuo, usada por los chinos para describir a los simpatizantes de esta “nueva izquierda progresista” de Occidente. La palabra se popularizó a tal grado que ya tiene una entrada en Urban Dictionary.

Baizuo es un epíteto chino que refiere a una persona occidental educada pero ingenua que aboga por la igualdad y la paz sólo para satisfacer su sentido de superioridad moral. A un baizuo sólo le importan temas como inmigración, minorías, LGBT y el medio ambiente, estando a la vez obsesionado con la corrección política al grado de que importan valores islámicos [sic] retrógrados en el nombre del multiculturalismo.

La autora Feifei Wang define el concepto de baizuo de manera más precisa:

Debes entender, no se trata de lo que los izquierdistas creen: Equidad racial y de género, no discriminación contra cierto grupo de personas basadas en su orientación sexual o religión, una red de seguridad social que ayude a los pobres y desprotegidos… es sobre la perspectiva que la izquierda blanca tiene de que son mejores, más avanzados, más progresivos y más civilizados.

Y usted, hipócrita lector ¿se considera un Baizuo?

sábado, 11 de septiembre de 2021

En algo concuerdo con Allende: que mis palabras no tienen amargura, sino decepción.

viernes, 10 de septiembre de 2021

"Nietzsche, recuerda Wolfe, predijo un siglo XX de «guerras como jamás las hubo», y un siglo XXI más pavoroso aún, una época de «transvaloración de todos los valores», predicción tan rocambolesca como la de las guerras mundiales hecha en la pacífica década de 1880". Ignacio Ruiz-Quintano, Litio.
Una hora fue suficiente para cambiar el mundo. La destrucción de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 no nos llevó al choque de distintas civilizaciones, sino que marcó el inicio de la era del nihilismo mundial. André Glucksmann nos invita a pensar la violencia nihilista a la luz de las grandes obras literarias. Escritores como Dostoievski, Flaubert, Pushkin o Chejov anticiparon este derrumbamiento absoluto de los valores.

Nuestro presente se empeña en reforzar la visión de Glucksmann: vivimos el tiempo del nihilismo consumado y la anomia global.



jueves, 9 de septiembre de 2021

Había un alumno que se negaba a hacer el formulario (prueba) de Lenguaje. Preocupado, fui a preguntarle por el motivo de su negativa. “Simplemente, no puedo. No sé nada”, dijo, sin más. “Pero ¿cómo? Algo debe saber. Por último, chamulle”, le dije, animándolo a hacer algo. “No, simplemente no”. “Ok. Medite entonces. Pero aún le queda tiempo”. “¿No entiende, profe? No puedo”. Su carácter negativo me sorprendió sobremanera. El alumno simplemente andaba “negado”. Incluso para mí, que era un adolescente raro, la actitud del cabro me resultó chocante. ¿Será que el tiempo y la experiencia te hace más estoico, luego de experimentar el cielo y el infierno? Como sea, el alumno dejó su tablet sobre la mesa, en blanco, con una postura rígida, dispuesto a no hacer nada y persistir en su negativa. Lo dejé solo. Por un instante lo comprendí. Lo único que alcanzó a anotar eran las características del Romanticismo, a partir de un poema de Gustavo Adolfo Bécquer. El poema rezaba: Yo me he asomado a las profundas simas/de la tierra y del cielo,/y les he visto el fin o con los ojos/o con el pensamiento./Mas ¡ay! de un corazón llegué al abismo/y me incliné un momento,/y mi alma y mis ojos se turbaron:/¡Tan hondo era y tan negro! El cabro no era el hablante lírico del poema, pero se me figuraba que iba a estallar, sin previo aviso, con un ánimo exultante, cosa que se contradecía con su hermética forma de ser. Subjetividad y rebeldía, fueron las respuestas que escribió el cabro en el desarrollo. Esas eran las respuestas que le había dictado ayer, en un repaso para la evaluación. Antes de su exabrupto, le repetí al cabro que la subjetividad podía verse reflejada en el primer y cuarto verso del poema y, de paso, en su propia actitud. “Si se fija, usted mismo se responde solo. El romanticismo tiene mucho que ver con la libre expresión de las emociones”, le mencioné, tratando de animarlo, nuevamente, sin éxito. Durante más de una hora, el cabro no hizo nada de lo que se le había pedido. Eso sí, se paró y se marchó de la sala, antes que todos los demás. Tal vez su única iniciativa, su único gesto de libertad siempre fue el de marcharse sin dar explicaciones. Soberano de sí mismo, simplemente, no sabía, no podía y no quería.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

martes, 7 de septiembre de 2021

—Tal como pasa con los derechos humanos, que si todo se considera como tal, al final nada lo es, ¿no ocurre lo mismo con la violencia? Se lo pregunto de nuevo a propósito de la comisión de Ética, que define incluso como violencia aquello que verbalmente provoque un malestar emocional.

—Creo que hay un ánimo inquisidor en la comisión de Ética, que supongo es algo que se va a corregir, pero hay como una especie de decálogo de lo correcto, que es un límite absoluto a la libertad de las personas, de los propios miembros de la Convención. Hay incluso una sanción de impedir que hablen por quince días. Y hay otra, que me parece la más estrambótica de todas, que es mandarlos a una especie de reeducación, que es lo que hacen los chinos con los musulmanes... O sea, ¿Qué es eso? ¿De dónde salen esas ideas? Me llama mucho la atención que en una instancia democrática se permitan ese tipo de licencias.

—Pero siempre se hacen en nombre de buenos valores: para que nadie le cause daño al otro, para que se respete la diversidad...

—Claro. Es lo que Todorov llama "la tentación del bien": esa tentación en que, por hacer el bien, terminas haciendo el mal, limitando las libertades, imponiendo tus propios criterios. En definitiva, imponiendo una dictadura: la dictadura del bien. Un demócrata sabe que la democracia no es para uniformar a las personas. Tampoco para redimirlas. Para eso son las religiones. O las ideologías totalitarias. Lo que hace la democracia es posibilitar convivir entre todos, respetándonos nuestras libertades. Esta idea de que tú puedes imponer el bien, o lo que crees que es el bien, es esencialmente totalitaria, ni siquiera autoritaria.

—Usted ha hablado de la elevación política de la víctima, donde ser víctima entrega una suerte de superioridad moral. ¿Cuál sería una forma sana de enfrentar el tema, asumiendo que hay víctimas, pero sin dar pie a abusar en nombre de ellas?

—Estamos en una era que algunos autores llaman la era de la víctima. Ante un evento histórico, antiguamente, se centraba la mirada en los triunfadores: el ejército que ganó, el líder que ganó. Hoy día no; es la víctima la que importa, el que fue derrotado. Entonces, estamos en un momento cultural en que la víctima se para al centro del debate y tiene como quien dice "privilegios", entre comillas, porque no es ningún privilegio ser una víctima, pero tiene privilegios en el debate público, porque tiene una autoridad moral. Yo pienso que la víctima tiene también una responsabilidad quizá mayor, pues vivió en carne propia lo que significó perder la democracia.

—¿Qué alcance puede tener todo eso? En principio parece sano asumir que hay víctimas que han sufrido.

—Es sano que tengan esa voz. Lo que pasa es que los actores políticos y los actores académicos no pueden seguir irreflexivamente el discurso de la víctima, porque se impide una reflexión crítica sobre lo que pasó y a veces incluso se adoptan verdades falsas. Por otro lado, la víctima se posiciona de alguna manera como un personaje virtuoso, en circunstancias que habitualmente es una persona normal. Hay una idealización cultural.

Conversamos con los chicos en la mañana sobre el tema de la libertad, a raíz del capítulo ocho de Política para Amador de Fernando Savater. Se me ocurrió rescatar la noticia sobre la joven desaparecida hace una semana en Limache, quien luego fue encontrada sana y salva. De acuerdo a los antecedentes manejados hasta el momento por la PDI, no existen indicios de participación de terceros, y ella habría salido de la casa, según dicen, luego de una discusión familiar. A pesar de eso, se siguen barajando otras hipótesis, conforme avanza la investigación. Por lo pronto, la versión que se maneja es la de la fuga de la joven, todavía sin motivo evidente para el escrutinio público.

La pregunta que les hice a los chicos tenía que ver directamente con el caso ¿Cree que la adolescente que se perdió en Limache fue libre de hacer lo que hizo? ¿Cree que fue responsable de sus acciones? El tema de la responsabilidad iba asociado al de la libertad, de manera unívoca, específicamente en el párrafo en el que Savater menciona que: “las libertades públicas implican responsabilidad (…) Ser responsable es ser capaz de responder por lo que se ha hecho, asumiéndolo como acto propio”. La pregunta la introduje dentro de la sesión en formato encuesta. Tenían que responder siguiendo la estructura argumentativa. Increíblemente, algunos chicos comenzaron a contar sus lazos con la joven desaparecida. “Mi tío es trabajador de la empresa de donde salieron los videos de ella la última vez”, decía una de las alumnas. “Mi mamá era profesora del papá de la niña”, decía otra. La alumna sobrina del trabajador de la empresa agregó que iban a tratar de sacar número de patente del auto donde ella se subió. Un chico desde la casa había dicho que estaba viendo el Mega y justo, durante la clase, estaban transmitiendo primicias sobre el caso de la joven.

Era evidente que muchos de los cabros estaban al pendiente de lo que le había ocurrido. Mal que mal, eso repercutió en toda la comunidad limachina. De ahí se sigue la relación libertad/responsabilidad. Aquel chico que vio el Mega respondió que con la edad de la joven ya sabía lo que hacía. Otra compañera, en la encuesta, le apañó. Otros cinco respondieron que sí, que era libre de hacer lo que hizo y, sobre todo, responsable. Una de las alumnas justificó su respuesta diciendo que “sí, porque es harto grandecita para saber la embarrá que se mandó”. Y luego, agregó que a ella, si hubiera hecho lo mismo, su mamá no le hubiera aguantado y le hubiera sacado cresta y media, y bien merecido se lo tendría. La chica sobrina del trabajador de la empresa volvió a participar y respondió también que sí, que la joven perdida era responsable, que ella “sabía lo que estaba haciendo, porque cuando supo que la estaban buscando, se escondió en un cerro”. Se me olvidó preguntarle si ese antecedente lo leyó en alguna parte o lo supo de primera fuente, pero para el caso daba lo mismo. El punto es que la mayoría de los cabros encuestados había concluido, de manera unánime, que, en el caso de la joven perdida en Limache, la responsabilidad tras tomarse la libertad de “mandarse a cambiar” y no dar señales de vida, preocupando a su familia y a su entorno, recaía sobre ella misma, sin lugar a dudas. Al descartarse, por el momento, cualquier atisbo de secuestro o manipulación, la joven –según los cabros- fue libre de decidir y, por lo tanto, asumir las consecuencias de su “numerito”.

Conviene volver al texto del cual germinó la encuesta y la argumentación. En el cuarto párrafo del texto de Savater se seguía desarrollando la amalgama libertad/responsabilidad y se hacía especial hincapié en la capacidad para dar razones respecto a acciones que involucran a los demás. Así, para el autor, “la verdad de las acciones con repercusión pública no puede tenerla nunca exclusivamente el agente que las lleva a cabo, sino que se establece en debate más o menos polémico con el resto de los socios”. Entiéndase, en este caso, por socios, a la comunidad involucrada, la limachina. Particularmente, los alumnos que argumentaron en torno a esta cuestión. Para efectos prácticos de la investigación, ninguno tenía conocimiento acabado sobre lo que ocurrió realmente con la joven, pero estaban lo suficientemente informados –incluso por fuentes externas a los medios- como para fundamentar sus puntos de vista.

Nunca podremos saber las motivaciones intrínsecas que llevaron a la desaparición de la joven limachina durante días. A lo sumo, podemos sacar conjeturas o presunciones. Sin embargo, nada de eso quita el hecho de que no podamos pensar en aquella joven como alguien, a fin de cuentas, libre y, por consiguiente, consciente de haber decidido tomar tal o cual acción, con lo cual se sigue su responsabilidad en las consecuencias de dicha desaparición y la posibilidad, que nos concede la luz pública, para dilucidar el sentido de dichas acciones, bajo el reflejo de nuestra propia e íntima consciencia y escala de valores. Ahora, si fuéramos incluso más allá de la pregunta de la clase ¿La chica fue realmente libre al momento de decidir? ¿Habrá tenido ella –como todos nosotros- razones, pulsiones o motivaciones secretas que nunca saldrán a flote? ¿Es ella responsable de las opiniones ajenas que de sus acciones y sus consecuencias puedan tener los demás? Sobre esto último, podemos aseverar estoicamente que no. Pero la primera y la segunda pregunta seguirán abiertas, para no extraviarse en el camino ni oscurecer la reflexión.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Caso Vade: la política de la mentira y la verdad del cáncer.

El problema con el caso Vade no es que haya dicho algo falso (que tenía cáncer para ocultar que, en realidad, tenía VIH). Sucede que, en este caso, Vade armó toda una pose basada en un montaje muy bien representado sobre su presunta condición de paciente con cáncer. Y lo hizo con tanta genialidad y poder de convencimiento que creó videos al respecto, dio entrevistas, participó en campañas, movilizó votantes, influyó en personas y usó recursos públicos para luego ser elegido Convencional por la Lista del Pueblo (al menos, se le reconoce su gran poder de actuación teatral).

Según San Agustín (que viene a cuento), la mentira se identifica con el hablar contrariamente a lo que se piensa: “dirá mentira quien, teniendo una cosa en la mente, expresa otra distinta con palabras u otro signo cualquiera”. Vade mintió conforme al hecho de que él sabía que tenía VIH, pero prefirió ocultar esta verdad con el velo de su narrativa cancerígena. Su vergüenza a reconocer públicamente aquella condición lo empujó a adoptar esta mentira del cáncer como bandera política. “El pecado del mentiroso”, decía San Agustín, “está en su deseo intencionado de engañar, bien sea que nos engañe porque le creemos, cuando dice una cosa falsa, o bien no nos engañe porque no le creemos, o porque resulta ser verdad lo que nos dice, pensando que no lo es, con intención de engañarnos”.

Podría decirse, como dicen muchos, que su causa, a pesar de mentirosa, haya sido hecha con buena intención, en nombre de los verdaderos pacientes de cáncer, bajo el contexto de las luchas sociales impulsadas desde el estallido. Sin embargo, el caso es que llevó su mentira demasiado lejos, al punto de engañar a una población entera, jugando, de ese modo, con sus ilusiones de representatividad para sacar, finalmente, réditos políticos. A fin de justificar el medio, acabó por contaminar la propia causa, por muy buena que fuese esta. Su sinceramiento a posteriori únicamente logró salvaguardar el impasse, tras ser descubierto por un reportaje de La Tercera en el cual se esclareció su inexistencia de registro en el sistema de salud.

No hay que justificar lo injustificable. Aquí se enarboló la idea de una nueva política, pero se está cayendo en la misma lógica de la vieja: entrar al sistema estatal a como dé lugar con la pretensión de un “fin superior”, a costa de la buena fe y del bolsillo de los contribuyentes, cada uno de los ciudadanos sinceros que nuevamente se compraron una imagen edulcorada con el marketing de la lucha social y el bien público, creyendo, con esa compra, ser representados, esta vez sí, como decía la propia franja de la lista: “sin mentiras”. Comparto plenamente las palabras de Oscar Contardo: “tener como referencia ética la dictadura, Pinochet o los robos cometidos por los adversarios políticos es poner la vara en el sótano. Para lo único que sirve es para degradar el valor de la verdad y de la responsabilidad. “Mentimos, pero no tanto como ellos”, no es excusa”.

Por eso resulta, por lo bajo, increíble, que justo días antes de la revelación de esta farsa, el niño youtuber chileno, Tomás Blanch, más conocido como Tomiii 11, famoso a nivel internacional por su lucha contra el cáncer cerebral, haya fallecido como un auténtico mártir; él, un pequeño paciente, libre de dobles intenciones, logrando el reconocimiento del propio Youtube y de muchos usuarios de la plataforma, al desbloquear los botones que sobrepasan el millón de suscriptores, solo gracias a su inocencia, su carisma y la honestidad de su padecimiento. El puro contraste de este hito admirable con la mentira revelada, abre la necesidad de un debate serio en torno a una mayor sensibilización de la verdad del cáncer, para ser tratado con el rigor, la sobriedad y la transparencia que se merece y, por sobre todo, lejos de manipulaciones populistas y de catéteres colgando cual disfraz revolucionario.

domingo, 5 de septiembre de 2021

¿Habrá sido acaso el amor para nosotros, como la política, el reino de la simulación? A falta de sustancia ¿se tuvo que recurrir a la posverdad, para salvaguardar nuestros marchitos deseos?
I

Con lo de Vade, quedó demostrado que el peor cáncer siempre será la mentira. OJO, en todo orden de cosas, no sólo en el político.


II

Primero, un notario muerto; luego, un cáncer imaginario. La pregunta es ¿Qué sigue?


III

Chile, la notaría extinta. Chile, el cáncer imaginario. Chile, la metáfora al uso. El reino de la ficción.

sábado, 4 de septiembre de 2021

“Profe ¿no le pasado que lo han intentado funar por opinar distinto? A mí me pasa en los foros de K Pop. Hay mucho troll”, me dijo una alumna de Tercero el viernes. “Incluso me han tratado de facha, de pinochetista, de todo. Imagínese”, volvió a decir, intrigada. Apenas terminó la clase, se acercó a mí, tras haber expuesto un ejemplo concreto sobre argumentación. Le respondí que hay ciertos temas que, al plantearse en redes sociales, causan de por sí polémica y que había que ser muy cuidadoso. El problema –le repetí- era la falta de discusión intelectual, prácticamente inexistente en aquellas redes, donde abunda la pura emocionalidad y el ataque personal hacia quien consideran su adversario. Tras escucharme, la alumna me siguió hasta el patio y continuamos hablando del tema. “En realidad detesto eso, profe. A una la tratan de facha por no estar de acuerdo con los saqueos y la violencia, y también de comunacha, por otro lado, por estar de acuerdo con ciertas demandas sociales. No sé, ya da como miedo decir algo”. La alumna se mostró preocupada, a la vez que intentaba encontrar respuestas, luego de haber expuesto el ejemplo sobre la Constituyente en clases. “Efectivamente, esos sitios no están hechos para el debate con altura de miras. Lo mejor es que no se desgaste en eso. Trate de estudiar sobre los temas y saque sus propias conclusiones. Luego, aprenda bastante sobre argumentación, que es lo que veremos la próxima clase”. En el fondo, comprendí la inquietud de la alumna y, hasta cierto punto, empaticé con ella. A su vez, ella también lo hizo conmigo, porque, de lo contrario, no se habría acercado de forma tan entusiasta. La chica quedó conforme con la recomendación, pero se notaba que aún no podía entender el por qué se caía en esa dinámica tan tóxica. “No sé, profe. A veces no dan ganas de decir nada y considero injusto que una tenga que callarse para que no te agredan”, volvió a decir la chica. “Por supuesto que es injusto, pero, a veces, lo más inteligente es no caer en eso y conversar con aquel que esté dispuesto a debatir”, le aconsejé, en ese momento. Palabras de profesor que dije de buena fe, aunque, en el fondo, tuviera la misma preocupación que ella, con respecto a los espacios de discusión en universidades, asambleas políticas y círculos, se supone, con sentido crítico. Lo verdaderamente agobiante es constatar que, fuera de las redes sociales y de los foros de K Pop, la cosa no funciona muy distinta a la lógica ad hominem, el impulso de deshumanizar y colonizar al otro, sobre todo en aquellos sitios que se suponen destinados para temas trascendentes. Aún nos queda la escuela, me digo, entretanto. La sala de clases como último reducto democrático, en donde las ideas puedan brotar, libres de ideologización y de ánimos caldeados, puestas en contraste bajo una sana disputa, pese al curriculum de fondo.

Dulce

Tras pagarte el trago, te acerqué hacia mí y te recité un verso de Huidobro: “El mundo está amueblado por tus ojos”. Dijiste que no conocías al poeta y que nunca antes te habían recitado algo así. Luego, te quejaste en broma del frío al pasarte las manos por la cintura. Entonces, nos acomodamos a la barra junto a una estufa que había. Me contaste que venías de Venezuela, aunque solo de paso, sin mayores planes. Que trabajabas en esto por mientras, para poder ayudar a tu mamá. Que se te ha hecho difícil por el tema covid, pero que, de todas formas, estás encantada con el país. Yo te conté que hago clases y que tengo pensado, a futuro, seguir estudiando. Me miraste, al principio, curiosa. Querías saber en dónde quería estudiar y qué cosa. Te respondí que en mi ex Universidad y que quería especializarme en algún posgrado en Literatura. “¿Tu ex?” preguntaste “¿Como una ex novia?”. Te volví a responder que no, riendo por la talla. Mencionaste que decirle ex a la casa de estudios era equivalente a borrarla de tu vida, que lo mejor era nombrarla con orgullo. Enseguida, me pediste que me acercara y me mostraste algunos videos de Tiktok por el celular. Te pregunté por qué me los mostrabas. Me respondiste que podía usarlos para mis clases, que la herramienta de Tiktok podía ser muy útil para trabajar con los chicos. “Casi todos los chicos andan en esa. Podrías subir algunos shorts o videos cortos por Tiktok, poesías o libros. O incluso, podrías pedir mandar de tarea hacer cortos tiktok con contenido literario”, me dijiste, muy convencida, a la vez que bebías el trago que te pagué. Para convencerme de tu idea, me volviste a mostrar videos, pero unos en que un joven recitaba rimas sueltas en tono lírico, con un estilo medio freestyle. Dijiste que podía hacer algo así con ellos, para engancharlos a la literatura mediante la aplicación, aunque cambiando el lenguaje. “Mira, ¿qué te parece? Algo así, como lo que hace él, pero sin caer en palabrotas”. Te dije que me parecía una idea genial y que nunca antes la había considerado, porque, para serte franco, siempre me había resultado más una tontera que una auténtica herramienta didáctica. “¿Ves? Aprendiste algo nuevo, profe. Valió la pena venir a tomarse un traguito conmigo”. Terminaste, luego de colocarte el abrigo sobre la silla. Me repetiste, al abrazarme, que nunca antes te habían recitado unos versos como los que te recité al principio. Te pedí que los repitieras, pero se te habían olvidado, así que te los volví a recitar. “El mundo está amueblado por tus ojos”. Agradeciste esas hermosas palabras y te me quedaste mirando, como si quisieras amueblarme. “Recuerda, cariño, eres un diamante en bruto”, me dijiste. Para ti, pretender estudiar literatura era ser algo así como un diamante humano. Tus dichos los sentí sinceros. De modo que te agarré las manos, el rostro y te lo volví a agradecer. “Si es que vuelves, seguimos hablando y me cuentas cómo te fue”, dijiste, antes de despedirte. Te pagué lo último y me abrazaste, para luego hablar con la cajera y volver al camarín con luces de neón.
La Corporación Humanas, Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género en Chile, de acuerdo a sus reportes financieros, recibió dinero (45 mil dólares), el año 2018 y 2019, de parte de la Open Society Fundations, principal fundación de George Soros. Como sabrán, este señor es conocido por financiar organizaciones encargadas de impulsar causas progresistas a lo largo del mundo, con miras a una visión de “fronteras abiertas” inspirada en la filosofía de Karl Popper. Se le ha acusado de quebrar la Banca de Inglaterra en 1992 y de promover un “travestismo filantrópico” que redunda en grandes divisas a costa de políticas de ingeniería social. Ahora, esto se puede discutir abiertamente, pero lo que todavía no cabe en la cabeza es cómo ciertos movimientos que se pretenden anti sistema y anti capitalistas, en teoría, pueden aceptar recibir fondos de parte de multimillonarios, legitimando así, una vez más, la concentración del poder económico. Hay, por lo bajo, una contradicción en los principios o una falta de transparencia ideológica. En el peor de los casos, derechamente, corrupción.