sábado, 16 de enero de 2016

Mainstreet

Ayer un compadre me sugiere escribir sobre aquellas cosas que se dejan atrás, mejor dicho, sobre ese extraño fenómeno que apenas alcanzamos a definir en una pura palabra llamado nostalgia. Fenómeno en que a ratos se nos va la vida. El pasado como aquello que nos conforma pero también una suerte de sentimiento sobre la fugacidad de todo. Lo que intentaba decirme lo lograba comprender a nivel emotivo pero me costaba darle una forma desde el entendimiento. La sugerencia se le ocurrió mientras escuchaba una canción de Benny Mardones, Into the night,, seguida de otra pieza de The Band, I shall be released, en que colaboraban Neil Young, Neil Diamond, Bob Dylan, Ringo Starr, Joni Mitchell, entre otros maestros. Fue luego con el tema de Bob Seger, Mainstreet, que el tema de la nostalgia cobró forma. Dijo que en específico Bob Seger, y las raíces del blues y el country tienen un sentimiento arraigado con el espacio que habitan. La música de Seger evoca precisamente esos recorridos en carretera por el viejo Oeste en busca de un destino desconocido, lejos del mundo citadino, hacia alguna otra ruta, o simplemente desafiando los límites de la velocidad y del tiempo al dejar Detroit, y con él también dejarse a si mismo atrás. 

Con la música que pudo escuchar en la calle Pedro Montt, bajo un sol imponente y atestado de gente inadvertida y vendedores ambulantes, dijo que pasaba algo similar, solo que se trataba de música indeseable pero algo acorde con el alma del ambiente: cumbia, reggaeton, bachata, tocadas como en un hervidero de las emociones y de las hormonas. Hay quizá algo nostálgico en esos ritmos vulgares, dependerá de la percepción y el gusto de cada quien, pero a lo que iba el amigo era que se trataba de algo suma demasiado "cebolla", melodramático, siempre abocado al tópico del corazón roto y de la cacería seductora. Se refería a otro tipo de nostalgia, la nostalgia sobre el tiempo que simplemente pasa sin más remedio. Una especie de romanticismo que solo la música de Mardones y de Seger podían ilustrar. No sabía definirlo bien, creo que en el fondo hablaba sobre un espíritu beat, de saber que llega un punto en que se debe simplemente dejar la vida pasar, dejar ir ciertas cosas que no tienen otro remedio que cambiar, pero con cierta serenidad, no una serenidad apática, sino que con una serenidad musical. 

En el caso de Mardones, puede que sea el desgarro pero luego la lucidez de saber que el amor va y viene, pero a su vez definitivamente está condenado a cambiar, porque así son las cosas. En el caso de Seger, se trata más bien de dejar un mundo atrás, y con él, toda una vida guardada todavía en el tintero. La Mainstreet, evocada en la canción con nostalgia desde un paraje y un tiempo remoto. Quizá sea tiempo de emigrar, la nostalgia lejos de un estancamiento en el pasado se trata de un viaje interior, se trata de un impulso a recordarlo todo y también a recorrerlo todo desde la mente, los caminos inadvertidos y los todavía desconocidos e incomprensibles. Solo la música, (la buena música) tiene esa cualidad de transportar, de servir de vagón de la memoria. La nostalgia es el vehículo de la música. O la música es el vehículo de la nostalgia. De todas formas, se piensa, se recuerda algo o simplemente se avanza hacia alguna parte. Recordar algo, dejarlo ir, marcharse.