martes, 22 de diciembre de 2020

Chica tiniebla VIP

Cuando estaba a punto de salir, apareciste de improviso. Te apoyaste en el mesón cuando la niña de la barra me miraba volver y el tipo sentado a un costado (el reclutador) te observaba fijamente. Así que me acerqué para mirarte y saber precisamente qué era lo que querías de mí. Te pregunté: ¿Y tú? ¿De dónde apareciste? Respondiste: de las tinieblas. Después, insistí en que no podía quedarme. Dijiste que te podía encontrar los días sábados. Entonces te despediste, esperando que tu nuevo cliente se animara a elegirte para una próxima ocasión. Saliste de las tinieblas y volviste a ellas, perdiéndote más allá de las luces.
Todo es literaturizable, o nada lo es.