Volví a comprar el Loto. Esta vez uno recargado. 600 millones. Un caballero y una señora también compraron y me miraron. ¿Cómo alguien como yo apostando a la lotería un día lunes, cuando se supone que debiera ir corriendo contento a mi pega, satisfecho de mi situación económica y personal, totalmente realizado en todos los sentidos?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario