Hoy se estableció que ya no era necesario el uso de mascarilla en espacios abiertos. Sin embargo, al salir a la calle, muchos aún circulaban con el bozal. ¿Costumbre interiorizada o ánimo de romper las reglas? Bosquejo de nuestra nueva normalidad, en que el rostro figura espontáneamente cubierto, y la mascarilla ya adquirió signo de identidad pública.
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