Hay en nosotros una pequeña Comala que escondemos celosamente, poblada de rostros sin mirada, desapariciones y abandonos, viejos rencores, rencillas no resueltas, sollozos, sueños necios, figuras de barro. Si viajamos a su centro es para perdernos. Puede que nunca hayamos salido de ahí y creamos, ahora mismo, estar en otra parte.
1 comentario:
Muy bueno.
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