Poema inspirado en el estilo lírico de las bandas de thrash metal de la vieja escuela.
Las palabras apuntan al final de finales
Hierven mentes y corazones
El desastre se vuelve la norma
Hombres y bestias azuzan el fuego
Descalabro de la razón
Traición de la luz
Se cierne la noche sobre el páramo
Se hunden las naciones
Se demuelen las obras
Las hienas del poder muerden la carne
La materia se resiente
El mal se vuelve metálico
Y los profanos pagan su deuda
El diablo renueva temporada
La Tierra precipita la agonía
Tras su rostro, reflota el horror
El vacío nihilista, hambriento de furia
Falso Dios de este mundo
Carcelero de ilusiones
disemina la mentira, cual peste
sobre su imaginario oxidado
Ya no hay misión, ya no hay sentido
Los bastardos acometen su crimen
Ecos sin voz se estrellan contra el muro
Sombras sin sustancia
Revelan lo real
La sangre ardiente y el alma desnuda
Se cierne la noche sobre el páramo
Se destruyen los proyectos
Se asfixian las gargantas
Los buitres de la discordia rapiñan la carne
La materia se retuerce y se revuelve
El caos se vuelve ácido
Y los blasfemos (de toda laya)
Montan su teatro
El absurdo renueva temporada
El cielo se precipita a su agonía
Tras la máscara, reflota el horror
El vacío absoluto
De lo que no tiene nombre
Ocaso de metal, cae el conjuro
Sobre los enemigos de espíritu
Ocaso de metal, cae el hechizo
Sobre los parásitos de la consciencia.
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