Hay cuestiones sobre el mega apagón que saltan a la vista, tales como la evidente falta de planificación y visión a largo plazo en materia energética. ¿Cómo es posible que una falla en el Norte chico, implique un corte abrupto de ese calado en todo el resto del país? Un síntoma del subdesarrollo ¿Abandono del Estado o negligencia empresarial?
Por otro lado, el hecho de que se haya cortado la energía eléctrica en casi todo el territorio, durante tanto rato, mostró lo dependientes que somos todavía de las redes, y lo más grave aún, lo vulnerable que se mostró Chile, en materia de seguridad, ante una calamidad como esta. Qué fácil sería, por ejemplo, invadirlo con un simple sabotaje al sistema eléctrico central. Qué fácil sería realizar un "blackout" indefinido y colapsarlo todo. No se trata de mero alarmismo. Se trata de anticiparse a la jugada y visualizar el problema de fondo.
“En Chile, la noche es eterna”, decía Ennio Moltedo. No dejemos que se apague el país. Antes bien, recordemos su lema del primer escudo de armas: “Post tenebras lux”.
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