“Hay que siempre mantener la luz del interior prendida, para iluminarse”, le comenté a mi polola, tras el apagón. Ella mandó una foto de una fogata que hizo en su casa. “Tener siempre la llama prendida entre nosotros”, agregó. “Mantener el fuego del corazón encendido para que nos prenda y nos ilumine”, le dije, a modo de remate. Escuché, de inmediato, el clásico "The flame" de Cheap Trick.
¿Qué será de nosotros, en medio de la oscuridad de la tierra?
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