Un interno de la cárcel de San Felipe está a punto de sacar un libro con sus memorias. Edinson Gutiérrez se propuso escribir una autobiografía "tras las rejas", en la que explora el grado de consciencia y de reflexión que resultó de su encierro. "Estando libre estaba tras las rejas", confesó. "Tuve que llegar a este lugar para poder darme cuenta que estaba perdiendo el tiempo afuera". Edinson ya ha escrito las siguientes memorias: “Oasis en el Desierto: La Última Gota”, "Las cosas que nunca te dije" y "Secreto a voces", a punto de ser publicadas, una vez que salga de la cárcel. Apenas cumpla su condena, busca dedicarse por completo a la literatura.
Poco se ha hablado de la "literatura carcelaria" o de la literatura escrita en prisión y, sin embargo, constituye un canon excepcional. Sin ir más lejos, se cuenta que el propio Quijote de la Mancha fue escrito por Cervantes en una cárcel de Sevilla. Hay algunos que niegan este hecho, pero Cervantes sí fue un prisionero, incluso antes de escribir su obra magna. También el poeta español Miguel Hernández estuvo entre los tantos que escribieron en prisión. Su Cancionero y romancero de ausencias lo escribió cautivo, por defender la Segunda República, en el contexto de la Guerra Civil Española.
No tan conocido fue el caso del poeta chileno Joaquín Cifuentes, poeta de principios de siglo XX quien, a raíz de un confuso incidente, fue condenado por un presunto homicidio. Durante su condena escribió las “Letanías del Dolor”. Se dice que sus versos fueron escritos entre barrotes y candados, en algunos papeles que sus amigos le llevaron de manera clandestina. Cifuentes finalmente logró salir de la cárcel con el patrocinio del mismísimo Neruda, quien movió sus influencias para que revisaran su causa, algo similar a lo que hizo Gabriela Mistral con María Carolina Geel, otra célebre escritora, quien escribió el libro "Cárcel de mujeres", siendo condenada por haber matado a tiros a su amante en el mítico Hotel Crillón.
La escritura contribuye a sublimar la experiencia carcelaria. Vuelve el encierro una cuestión un poco más humana. Hay mucha literatura escrita en la cárcel, porque la literatura es, en sí misma, un reducto de libertad. Como dijo Jesús G Maestro, en su "Crítica de la razón literaria": "No hay mayor libertad que la libertad que exige la literatura".
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