Supe de una escritora penquista que realizó el lanzamiento de su libro en Concepción, al cual no fue nadie, ni siquiera sus amigos. Descuida: el solo hecho de ser publicado ya implica un logro personal. Que te lean o no te lean no debiera influir en la voluntad de tu proceso. Si fuera por la búsqueda de reconocimiento y aprobación, hace rato muchos hubiéramos desistido. No se trata de conquistar el éxito ni la fama, se trata de perseverar en la propia pasión al punto de la patología, porque hay en la escritura un oficio y también una cosa vital, recóndita, sin la cual no se podría imaginar ni expresar nada, excepto lo ya dado.
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