lunes, 11 de marzo de 2024

Crítica de la razón literaria, Jesús G. Maestro (fragmentos)

"Porque la literatura no es objeto de verdad, sino de realidad: no se trata de saber si lo que la literatura dice es verdadero o falso ―o posible, como pretendía Aristóteles―, sino de si es y está o no, es decir, de si tiene o no presencia ―y realidad― óntica. Dicho de otro modo: la literatura no es objeto de una gnoseología, sino de una ontología. La literatura no verifica nada gnoseológicamente, sino que lo construye ontológicamente. La literatura no confirma ni contiene ninguna «verdad». Ni trascendente, ni inmanente, ni categorial, ni filosófica, ni de ningún tipo. Ninguna obra literaria es un libro sagrado. Sólo las ciencias categoriales construyen verdades o errores, y sólo ellas resultan ser en consecuencia objeto de una gnoseología materialista, pero la literatura no, porque no es una ciencia, y porque se concibe y autoconcibe como una figura poética (mythos o fábula), no como una figura gnoseológica (verdad o falsedad). La literatura es una construcción ontológica, no un discurso gnoseológico.

(...)

Siempre es un error pretender un análisis gnoseológico de la literatura en términos de verdad o falsedad, porque la literatura es una construcción literaria que no instituye criterios de veridicción, sino que expone fenomenológicamente hechos, acciones, personajes, descripciones, etc., que pueden ser analógicos o sinalógicos, dialécticos o idénticos, afines o distantes respecto a referentes contenidos en otras obras literarias o artísticas, pero que serán siempre inmanentes, estructurales, formales, es decir, carentes de existencia operatoria en el mundo trascendental a la obra literaria, mundo en el que los seres humanos desarrollamos nuestra propia existencia operatoria, y en el cual la verdad de la literatura es una ficción. Esta es la razón por la que los moralistas de todos los tiempos, desde Platón hasta los progresistas posmodernos, pasando por los santos padres de la Iglesia, se han caracterizado por identificar la ficción de la literatura y de los personajes literarios con la verdad de la realidad extraliteraria y la existencia operatoria de los seres humanos. No hay moralista que no se tome en serio el juego de la literatura, es decir, que no haga trampa a la hora de interpretarla. Pretender que la literatura sea una verificación del mundo, y que, cual ciencia categorial o libro sagrado, sea posible exigir o extraer de ella el contenido o la revelación de una verdad, moral, ideológica, teológica o de cualquier otro tipo, es una falacia gnoseológica que sólo puede conducir al dogmatismo más irracional o a la ilusión más trascendente y absoluta."

Jesús G Maestro, Crítica de la razón literaria

No hay comentarios.: