Para sobrevivir en el medio literario, hay que ser sigiloso, saber leer entre líneas, armar nuevas redes, crear otros espacios, transmutar a tus enemigos en personajes, abocarse al oficio y a la obra. Recordar que la literatura siempre está en otra parte, menos en el medio. Que solo resta la escritura misma, que todo lo demás es instinto gregario, fuera de control.
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