Hubo en la historia de Chile dos poetas que se tiraron para presidente: Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Huidobro, hace ya cien años, el 17 de octubre de 1925, proclamó su candidatura por la "Gran Convención de la Juventud Chilena", la que incluía a la Federación de Estudiantes de la Chile. En su Balance Patriótico, escribió: “Decir la verdad significa amar a su pueblo y creer que aún puede levantársele y yo adoro a Chile, amo a mi patria desesperadamente, como se ama a una madre que agoniza”. Luego de un asalto a la FECH, su campaña fracasó y prefirió bajarse para apoyar al candidato José Santos Salas. De Huidobro se dijo, tiempo después, tras ser condecorado con la Cruz de Guerra: "En Chile, fue incluso candidato a la Presidencia de la República… en una campaña que no le dio muchos votos, pero que lo convirtió casi en un héroe popular". Pienso en un hipotético Chile huidobriano con una posible "República de los poetas". ¿Cómo habría sido nuestro país en esas circunstancias? Deje volar su imaginación sin paracaídas.
Sobre Neruda, él proclamó su candidatura en el año 1969. En su caso, no hubo una campaña tan activa como la de Huidobro, ni tampoco se le recuerdan frases o eslóganes para la posteridad. A lo mucho, hay un registro documental llamado "Pablo Neruda: Der Dokumentarfilm" del año 2004, dirigido por Ebbo Demant para la empresa de televisión alemana ZDF. En ese registro, se muestra la proclamación oficial del vate, que contó con el apoyo irrestricto de las filas del Partido Comunista. Allí, de hecho, aparece el poeta acompañado por Oscar Astudillo, Cesar Godoy, Gladys Marín, Volodia Teitelboim y Luis Corvalán, secretario general del PC chileno. Recordemos que Neruda bajó a último minuto su candidatura para apoyar, en cambio, a Allende. Pienso también en un hipotético Chile nerudiano, en el lugar del gobierno de la UP. ¿Cómo habría sido nuestro país en esas circunstancias?
¿Y, finalmente, por quién hubiera votado usted? ¿Por el antipoeta creacionista o por el poeta Nobel? ¿Por qué?
Hubo, sin duda, un Chile en el que los poetas tenían la intención política de tirarse a presidentes, aunque su campaña fuera más una performance que una realidad.
Hago una revisión de estas dos anécdotas políticas, a modo de ejercicio crítico, poético y lúdico. Piénselo de esa manera. O piénselo como quiera.
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