Cioran: "A medida que los años pasan, decrece el número de seres con quienes puede uno entenderse. Cuando no haya ya nadie a quien dirigirse, seremos al fin tal y como se era antes de sucumbir en un nombre." En efecto, amigos se cuentan cada vez menos, los precisos. Me aburren las conversaciones superficiales y prefiero el silencio de una buena lectura. De romances, ya hace mucho que no pasa nada auténtico, que me mueva el piso y que me motive a "jugármela". De chico, pensé que la vida adulta sería emocionante, llena de redes y plena de libertad. Demasiada idealización sin sentido pragmático. Y, en cambio, esa vida se ha vuelto rutinaria y solitaria al cubo. Exigente, demandante, impredecible y sin suficiente recompensa. Solo en la escritura, solo en la escritura vuelco mi frustración y sublimo la fantasía de lo porvenir, invoco el fantasma de la posibilidad.
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