jueves, 7 de junio de 2018

Ad portas de la mal llamada "vuelta de página", del abandono de los ventisiempre, para comenzar los treintasiempre, y hasta siempre y nunca jamás, en un rodeo incesante de años y derrotas, de celebraciones y defunciones, solo puedo sostener lo que ya había dicho Virginia Woolf en su Orlando: 

"Así, a los treinta años más o menos, este joven señor había experimentado todo cuanto la vida puede ofrecer, y la vanidad de ese todo. La ambición y el amor, los poetas y las mujeres eran igualmente vanos. La literatura era una farsa".

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