lunes, 19 de octubre de 2015


Ese fenómeno extraño que solo lo otorga la virtualidad, el vértigo de ver cómo tu lista de contactos (o debería decir, vida social) se reduce un poco cada día (un amigo o amiga fantasma que se resta) de manera abrupta y misteriosa, sin mediar palabra ni razones, como una bomba de tiempo que no se sabe si va a explotar o simplemente detenerse.

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