martes, 31 de diciembre de 2024

Poder decir adiós

Hay en el adiós un deseo sublimado, el deseo de despedirse definitivamente de algo o alguien y consagrar lo despedido a Dios, a lo increado que lo trasciende todo. A veces, decimos adiós movidos por un ánimo benevolente, cerrando un ciclo de forma simbólica, o bien decimos adiós para nunca más volver y para desterrar de nuestro espacio y de nuestro tiempo aquello que se marcha, que no avizora un paradero conocido y que promete nunca regresar. En ambos casos, el adiós conjura una posibilidad. En ambos, se vuelve el mantra del destino, y quien lo pronuncia establece la medida de lo eterno. "Poder decir adiós es crecer", cantaba Cerati, porque el crecimiento implica un sacrificio, la superación de un estado anterior; "la vida sigue igual", cantaba Beto Cuevas, en la canción Tejedores de ilusión, porque la vida es la gran maestra que sigue su curso y arrastra el ciclo del tiempo consigo. Pero siempre abrigaremos en nuestro corazón una historia eternizada, una eternidad histórica que hará del mito su propia verdad. 

Juramos a Dios para que sea un hasta pronto, porque siempre se vuelve al origen, llegado el fin. 

martes, 24 de diciembre de 2024

Sobre el origen histórico de la Navidad y las antiguas Saturnales

La verdad es que no hay una fecha definida en los Evangelios para el nacimiento de Jesús. Debería ser en primavera, según algunos entendidos. Pero este dato no debiera por qué desanimar a los cristianos. En realidad, el 25 de diciembre fue establecido como fecha oficial del Nacimiento, por la mismísima Iglesia Católica, durante el papado de Julio I, en el siglo IV. Luego, con el auge del emperador Constantino, se extendió el culto cristiano de manera libre y abierta. ¿Y por qué el 25 de diciembre? Porque coincidió con los cultos paganos de los Saturnales, celebrado todavía por los romanos arraigados en sus tradiciones. La celebración a Saturno, dios de la agricultura y del tiempo, se realizaba entre el 17 y 23 de diciembre. La fecha coincidía además con el día del Sol invicto, asociado a Apolo, en la fecha del solsticio de invierno. Con este intercambio cronológico, con este sincretismo mítico, Jesús se volvió así el nuevo Sol para iluminar el mundo, el redentor, el milagro del cielo. Una conjugación de eventos cargados de un sentido trascendente, y que, juntos, construyeron el relato navideño para la posteridad, el relato de congregación, de regeneración.
Regreso a la crónica, inspirado en Navidad. Intento afinar el estilo de antaño, ya conocido por todos, aunque con los conceptos e ideas actuales:

Se aproxima la Nochebuena. Tras el ajetreo de la gente, imbuida por el espíritu navideño, afloran varios tipos humanos: las familias en los supermercados que compran la mercadería de Navidad a última hora; los ambulantes y su venta compulsiva que atesta el plan de la ciudad con sus puestos furtivos, llenos de toda clase de objetos y chucherías; los autos y los colectivos en panne producto del atochamiento vehicular, rumbo a sus casas para reunirse en torno al arbolito y el pesebre, o rumbo a los centros comerciales para las compras de último minuto.

Cada uno de estos tipos humanos se ha tomado la vida pública a vísperas de Navidad, dejando en evidencia, con su pasar frenético, una devoción sacrosanta al consumo o, si somos amables, a la cosa rutinaria y mundanal que precede, necesariamente, al acto ritual del nacimiento crístico.

Otros tipos humanos menos escandalosos se esconden detrás de la masa: el niño corajudo y vital que camina en plena calle, contra el tráfico, para venderle a los conductores algunas tarjetitas de navidad, tarjetitas que más de alguno colocará en los regalos destinados a sus propios hijos. Ese niño puede que no reciba un regalo con tarjetita, pero sabrá estar en paz con el solo hecho de haberla vendido a alguna familia constituida. El pequeño mensajero de los presentes tendrá su propia caravana veraniega, su propia misión estoica y generosa, aunque ya no cuente con el viejo pascuero en el reino de su imaginación.

El último tipo humano quizá sea el cristiano que, pese a su soledad, se siente en compañía consigo mismo y hace suyas las figuras de los Reyes Magos, de María, José y el niño Jesús, y los cobija en su lecho, porque entiende, de una manera muy rústica, pero auténtica, que el Nacimiento es una alegoría de su propio ser interno, que el Cristo vive en él, durante la noche mágica, aunque solo cuente con un techo en el hogar de Cristo; porque suya es la luz del Señor, aunque solo cuente con la luz de la luna como bálsamo para el alma.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Mercurio retrógrado

Mi ex me contó el otro día que, durante Mercurio retrógrado, pasaban muchas cosas inauditas. Atribuyó al fenómeno astronómico la ruptura entre su cuñado y su hermana, y de paso, deslizó también el efecto hacia nuestra relación. Cuando le conté que me habían echado del colegio, sugirió que podía deberse al “momento de crisis” experimentado tras la órbita del planeta.

¿Cómo se explica que ella crea en esto? Siempre hay una explicación lógica y científica, la cual subraya el carácter de ilusión óptica del movimiento retrógrado, toda vez que los planetas orbitan a diferentes velocidades, causando esa sensación de retraso y lentitud en Mercurio.

Para la creencia astrológica, dicha ilusión encierra un enigma que data de los orígenes de la civilización. En específico, en la cultura babilónica consideraban que los planetas y estrellas eran manifestaciones de los dioses, por lo que cualquier movimiento era una señal sobre el destino de los ciudadanos.

El nombre Mercurio es la reencarnación romana de Hermes, el mensajero de los dioses para los griegos. Era el que comunicaba a los dioses con los mortales, presidía los encuentros y las asambleas, maestro de la elocuencia, guardián de los viajes tanto físicos como interiores. Era, además, el guía de las almas humanas en su camino hacia el inframundo. Sus dones eran los de guía, guardián, asesor y comunicador.

Se trata, si se permite la metáfora, de un “coordinador metafísico”, encargado del “cableado” entre los mundos y los seres. Por eso, si el movimiento de Mercurio fallaba, o se retrasaba, la conexión entre los planos elevados e inferiores se perdía. No había comunicación posible. Se perdía la sintonía y reinaba la disonancia, provocando malos entendidos, pérdidas de alineación y de expresión genuina.

De una forma profana, lo “mercurial”, asociado a lo cambiante, a lo volátil, a lo errático, se habría manifestado en nosotros, en nuestras circunstancias vitales, empujándonos a situaciones irreversibles, desviándonos del camino trazado con amor y dedicación.

“El viento apaga la vela, pero enciende el fuego”, dijo mi ex, muy misteriosa, luego de conversar, largo y tendido, aquella vez que nos juntamos, tras mencionar lo del Mercurio retrógrado. Lo cierto es que la frase está atribuida a un tal Nassim Nicholas Taleb. Le manifesté que era una frase ad hoc, muy apropiada, pero que no sabía a qué venía. Ella solo dijo que ya tenía tarea para la casa: averiguar su significado.

¿Para reinterpretar lo nuestro? ¿Para reflexionar sobre los cambios abruptos en esta época del año? ¿Para buscar en los astros las respuestas que no encontramos acá en la tierra, por incomprensión, por frustración?

De todas formas, hay una relación oculta entre la frase y Mercurio retrógrado. Si lo vemos de manera simbólica, hay un nexo entre el viento, el fuego y el planeta del dios mensajero, un nexo que, si se lee y se descifra bien, puede tener un alcance trascendente.

De partida, Mercurio retrógrado representa una crisis, y esa crisis puede tanto condenarte al silencio y al abismo, como empujarte hacia otros rumbos desconocidos, aciagos, aunque abiertos a la experiencia. El viento es lo adverso. Una llama débil puede sucumbir ante su amenaza. Sin embargo, un fuego intenso se alimenta con ella. Y no hablemos de incendios alimentados con el calor satánico del verano. Hablemos de fuego interior, de pira prometeica, de voluntad ígnea.

Si uno logra reactivar ese fuego, entonces, puede reconocer el camino que lleva de regreso a la órbita trazada. Con sumo estoicismo, puede restablecer el equilibrio y no claudicar ante el flujo mercurial de los acontecimientos.

Hay en esta interpretación una magia vetada al escéptico, un sentido poético en un texto que se niegan a leer, por dogmatismo, materialismo o positivismo. Con la suficiente imaginación se puede revertir la lectura lineal de la realidad, y lo que parecía evidente, resulta, a la larga, un intenso ejercicio hermenéutico. Si aquel trabajo no nos estaba permitido, si dicho amor no nos estaba destinado, tal vez sí era posible, desde el punto de vista de los astros, reconectar con la fuente de nuestros deseos. Volver sobre nuestros pasos y regresar al origen.


domingo, 22 de diciembre de 2024

"Todo encaja en todo armoniosamente" Hernán Miranda Casanova

El macho encaja en la hembra y la hembra en el macho
tal como el cuchillo encaja en los labios de la herida sangrante
y el árbol de corteza arrugada en el paisaje que lo rodea.
Cada palabra encaja como un rompecabezas dentro de lo conversado
así como una mirada encaja entre otras miradas
o la columna atacante en el espacio del enemigo
que se repliega a duras penas.
El extremo oriental del Brasil encaja en la costa occidental de África
y el cuerpo del atormentado en el instrumento que lo lacera,
la mano del ladrón con su presa.
El vuelo de un pájaro y la caída de un pájaro encajan
y el fusilado en las balas que lo perforan
y el niño en su madre
y una boca que besa en otra boca que devuelve el beso.
La línea quebrada de las montañas encaja en la línea quebrada
del cielo que hay sobre las montañas.
El río encaja en su cauce
el mar en su lecho cóncavo
y en su cuenca el ojo lloroso y la llave en la cerradura.
Todo encaja con todo
y no parece tarea fácil desligarse de este designio.
Cómo separar al muerto de su ataúd
o la partida del viajero de su regreso.
Todo se relaciona con todo
y hasta el que se esconde en una isla solitaria
encaja como un alfiler en la solapa del olvido.
Cada cosa se disuelve dentro de otra
y hasta “el camino de subida es el mismo camino de bajada”.
Al poema le es dado envolverlo todo,
evidenciar las relaciones que hacen posible
la armonía del caos.

Del libro “De este anodino tiempo diurno”, 1990
Hernán Miranda Casanova.

viernes, 20 de diciembre de 2024

Nueva crónica que trata sobre la búsqueda de trabajo. La vida del profesor, a ratos, se debate entre la ficción y la realidad, entre lo posible y lo imposible:

Recorrer el centro de Curauma a pie, en búsqueda de pega, se sintió como un auténtico peregrinaje. Bajo un Sol que abrasaba, la faena adquirió de pronto un carácter penitente. Cada paso hacia el próximo colegio, curriculum en mano, era, en sí mismo, un ejercicio estoico. Si se lee de manera existencialista, un viaje arduo a la espera de la institución que me abra las puertas, como en un regreso a tierra desconocida.
Para no perderme, busqué en el GPS las escuelas más cercanas a mi radio de acción. Así, caminé un buen tramo y pude arribar a cuatro, hasta encontrar un colegio que llamó mi atención poderosamente: el Colegio Miguel de Unamuno. Me sentí obligado a pasar por ahí. El solo nombre del escritor me convocó. Así que caminé rumbo al colegio del escritor, a ver si allí se dignaban a contratarme y contar con mis servicios.
La ruta no fue expedita. El Sol pegaba fuerte contra el asfalto y las calles con sus esquinas se volvían más inaccesibles. En una, había que cruzar un sendero de arena. En otra, había que subir una calle muy empinada, tal como en Valparaíso.
Al llegar con la dirección que me indicaba el mapa, di con el colegio. Estaba instalado delante de una arboleda y alrededor de la cuadra no se percibía pasar a nadie. Seguramente, ya los estudiantes habían terminado su año escolar y solo quedaban los profesores y los auxiliares puertas adentro, a realizar una labor entre monástica y burocrática.
Primero accedí a un camino empinado, creyendo que allí estaba la entrada al colegio. Pero no. Solo encontré un muro de concreto que se prolongaba hasta cerca de unos troncos. Así que bajé de regreso y me dirigí a la calle de más abajo, en horizontal. Caminé unos cuantos metros más y logré dar con una puerta metálica. Toqué el timbre y me abrieron. Allí dentro solo estaba la secretaria, quien recibió mi currículum de manera muy amable.
Le pregunté a ella si ya habían terminado el año. Me respondió que sí, que ya no asistían los estudiantes. Y luego le consulté sobre los profesores. Dijo que estaban en su sala. No todos, algunos. Entonces era cierto que, pasado el año lectivo, la labor de los docentes era netamente administrativa, a ratos, una que otra actividad de esparcimiento, pero, en el fondo, se trataba de actividades propias de un pálido funcionario: papeleos, rendición de cuentas, planificaciones y cumplimiento de horario, como si las horas allí dentro pasaran a un ritmo diametralmente distinto al mundo de afuera, como si estuviesen suspendidos en un plano nebuloso.
La pura referencia a ese periodo posterior al año lectivo me hizo comprender que el tiempo de los docentes, durante el cierre de semestre, previo a vacaciones, tenía algo de neblinoso, de algo que aún no termina de ocurrir, un mero ejercicio de transición, y así me sentía yo, en un limbo, fuera de juego, en un cavilar constante.
Salí del Colegio Miguel de Unamuno como el personaje de Augusto Pérez hubiera querido salir de la novela que habitaba: prosaico, aunque impulsado por un deseo recóndito, el deseo de enfrentar al verdugo de la realidad y reescribir mi historia en el sistema educativo, esa nívola llena de ilusiones y de erratas. Comprendí que también en el profesor, así como en el escritor, descansaba la paradoja de la vida.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Y yo me pregunto: si los editores, poetas y escritores caen también en prácticas mafiosas y deshonestas, ¿qué los diferencia de un operador político? Me atrevo a ir más allá ¿qué diferencia al mundo literario del mundo político, si incurre en prácticas similares?

Dies Irae: Un paseo por la tienda Riffs y la Anarko Metal Shop

Fuerza para José “Toño” Cabezas.


Tras la noticia sobre el lamentable accidente del “Toño Cabezas”, fundador de la banda Betrayed y leyenda viva del metal porteño, supe de un amigo suyo, Eduardo Saavedra, “Lalo Thrash”, que tiene una tienda de discos y poleras metal en Viña. La tienda se llama “Riffs” y se encuentra en el Paseo Cousiño, cerca de calle Viana.

Hasta ese entonces, la única tienda metalera de la cual tenía conocimiento y que frecuentaba muy seguido era la tienda del “Toño”, la “Anarko Metal Shop” ubicada en la cima de la galería Tres Palacios de Avenida Pedro Montt, Valparaíso. Había que subir ese camino de caracol como quien se aventuraba hacia una dimensión “under”. Por lo mismo, recorrer esa galería y dirigirse a la tienda tenía una mística, porque se trataba de la única tienda porteña especializada en material exclusivamente metalero.

Sin embargo, también existía esta otra tienda “Riffs” y el propio Lalo Thrash dijo que la tenía hace ya más de diez años. La tienda del “Toño” es más antigua eso sí, y data, según entiendo, de los años noventa, un verdadero baluarte que, pese a la banalización, aún mantiene su vigencia. Entré a la tienda del Lalo Thrash. Tiene menos espacio que la del Toño, pero lo compensa con discos, vinilos y cassettes que son verdaderas joyas, auténticos “filetes”, inclusive rarezas que jamás habría pensado encontrar en formato físico. Así, por ejemplo, me interesé, de inmediato, en álbumes de Voivod, uno de Paradise Lost, otro de The Gathering, también de Type O Negative, y gran parte de las leyendas del heavy: Saxon, Maiden y DIO.

Cuando investigué un poco más, di con un disco que sencillamente no me esperaba: uno de Devil Doll, banda experimental de fines de los ochenta que mezclaba metal, música sinfónica tenebrosa y vanguardia, en una propuesta, en sumo, arriesgada. De inmediato, le mostré la joyita al Lalo: Dies Irae. “Son raros. Es como King Diamond con música de cámara”. Asentí y repetí la palabra bizarro, para entrar en sintonía con la visión de Mr Doctor. Me llevé el disco, sin pensarlo demasiado, ya que se trataba de un disco exclusivo, prácticamente inexistente en otra parte.

En eso, fue inevitable recordar al “Toño Cabezas”. “Acá hay puras joyitas”, le mencioné al Lalo Thrash. “Acá estamos hace como diez años”, respondió, breve y escueto. Luego le conté que la única tienda de metal que conocía era la Anarko Metal Shop, al menos la única de la Quinta. Entonces, el Lalo me preguntó si sabía lo que le había pasado al Toño. Le contesté que por supuesto, que lo habían atropellado, que, hasta donde yo sabía, se encontraba estable, pero muy delicado. La preocupación por el estado de salud del Toño, de hecho, fue gigante, entre los miembros de Betrayed y gran parte de la escena metalera local. Era cosa de ver la cantidad de seguidores atentos a cualquier novedad tras el comunicado de la banda. Me di cuenta que el Toño era muy querido entre la fanaticada y había, por ende, una gran hermandad que resurgía cual fénix en momentos oscuros.

Hacía poco había ido a la Anarko Metal, antes de Halloween, para comprar el disco Bajo una luna cámbrica de Dorso. Cuando uno llegaba pasadito la hora de almuerzo, era común ver a algunos amigos del Toño vacilando sus buenos tarros para luego ir a comprar chelita en la botillería. Al Toño también lo solía ver en el Baranda Bar, el ex Keops, un antro clásico donde todos los rockeros y metaleros del puerto iban a ranciar o a hacer la previa para luego ir a las tokatas. Por eso se le extraña, por su cercanía y buena onda. Y, por lo mismo, resulta algo chocante imaginarlo en otro contexto que no sea el de la buena música metal.

Salir a tomarse un copete de madrugada por la noche porteña se ha vuelto un auténtico ejercicio temerario, porque te pueden asaltar o te puede atropellar un conductor imprudente en estado de ebriedad o de intemperancia. Hay recorridos carreteros que ya lamentablemente no se pueden hacer, por temor a la parca o por temor al diablo, al diablo personificado en cualquier “pinganilla” de la esquina. La verdadera sombra asecha, sin duda, luego de una desenfrenada jornada de esparcimiento. Lo bueno es que todavía se puede sobrevivir, con un poco de apañe de los amigos, como hubiese cantado Joe Cocker. Así lo supo el gran “Toño Cabezas” y por eso mismo se mantiene cual viejo roble, resistiendo, resonando cual riff estridente desde las entrañas del inframundo.

Antes de salir de la tienda Riffs, a propósito, el “Lalo Thrash” me avisó que Betrayed realizaría un concierto a beneficio, concierto al cual de seguro voy a asistir. No me contó en qué local se haría, aunque la banda pronto daría aviso a sus seguidores, para realizar el evento a beneficio del querido “Toño”. Busqué el significado de “Dies Irae”. Se trata del “Día del Juicio Final”. La compra de ese disco no era coincidencia, era una señal, señal de que a todos nos toca enfrentar ese día, y señal de que algunos todavía permanecen entre nosotros, para dar la pelea y demostrarle al de la guadaña y al mandinga que hay metal y hueveo para rato.

lunes, 16 de diciembre de 2024

A propósito de "Nunca salí del horroroso Dungeon" de Pablo Rumel: Recuerdos de la era gamer

Leer el artículo sobre Dungeons and Dragons me hizo recordar aquella época de gamer, desde fines de los noventa hasta principios de los 2000. Partí con las consolas Super Nintendo y Nintendo 64. La leyenda de Zelda me voló la cabeza. Fue mi primer acercamiento al escenario RPG, role playing game. Luego, siguió la locura de la Play con Final Fantasy y Chrono Cross, franquicias que profundizaron aún más en el juego de rol prototípico, con toda su imaginaría épica y maravillosa. 

Tenía un par de amigos gamer con los cuales compartía experiencias de juego y compraba revistas, la Club Nintendo recuerdo, en aquella remota época pre internet, una época en que lo análogo era como el campo abierto, en que las horas perdidas de sueño tratando de pasar los niveles se sentían como horas infinitas recorridas a pie, con espada y escudo en mano. Se sufría y se sentía la "sombra del éxtasis", a decir de Bolaño, en esas extensas jornadas. 

Más tarde, cuando comenzó a masificarse internet, y ya contábamos con un computador en la casa, llegaron los juegos en línea. World of Warcraft y Lineage eran los universos de cabecera, experiencias mucho más abiertas y dinámicas, a la vez que aguerridas, en las que la relación con el avatar era mucho más simbiótica. 

Me compré una copia del Ragnarok. En aquella época venía en promoción junto a la incorporación de tu personaje. Fue mi primera experiencia de rol en línea, junto con otros jugadores, dentro de las denominadas campañas o partys. Se sentía como en una verdadera cruzada, toda vez que los RPGs de plataformas eran más como una "iniciación", una aventura solitaria, como la del héroe campbelliano llamado a la aventura mítica, en una suerte de transformación interior. Y así se sintió en efecto. 

Las partys de los juegos de rol en línea fueron, en cierta medida, la extensión de esos mundos de calabozos circunscritos a la consola física. Había ahí una transmutación del rol, una evolución del gamer que, irremediablemente, tuvo luego su momento de decadencia. 

Después de esa infinita posibilidad latente, estaba el riesgo de caer en el vicio, de nunca dar por terminada la partida, de ceñirse a una experiencia ilimitada, pero sin un clímax ni un remate de antología, como el de los videojuegos autoconclusivos de mi infancia. 

Entonces llegó la Universidad, y con ella, una era preñada de nuevas lecturas y nuevas emociones. Como en un juego de rol demasiado real, conocí los vericuetos de la academia de pregrado, las salidas a carretear en antros nocturnos. Profundicé aún más en la literatura, leí libros que entraban en sintonía con mi nueva sensiblidad. 

El nuevo rol a interpretar era el del lector aficionado y el del escritor emergente. Dejé para siempre la afición a los juegos de rol en línea, como quien supera un calabozo que parecía imposible, solo para adentrarme en uno mucho más cabrón. 

De tanto en tanto, sigo recordando con suma nostalgia esa etapa de gamer apasionado. De hecho, fueron mis primeros pasos en la escritura temprana, toda vez que resumía manuales enteros de jugabilidad y diseñaba, incluso, mi propia aventura épica, inspirada en el anime y las plataformas de segunda y tercera generación. 

Hoy, con más sabiduría y altura de miras, llegado a cierto "checkpoint", guardo la partida y vuelvo sobre aquellos años y sobre aquellos parajes, para desenterrar sus tesoros escondidos y volver a jugarlos, volver a escribirlos, a la luz de los desafíos presentes. Siempre supe, en el fondo, que el juego y la escritura me estaban destinados.

domingo, 15 de diciembre de 2024

"Espiritualidad y literatura: una relación tormentosa" de Juan Liscano

"El hombre de letras, el artista, yo mismo, no tengo derecho a obrar sobre el mundo sino en la medida en que puedo obrar sobre mí mismo. Pero la literatura debilita el esfuerzo hacia una ascesis personal cuando impera en ella el sentimiento de compensación o bien se erige en impedimento mayor cuando se pliega a los condicionamientos que propician el éxito, o se extravía en el cultivo de tautologías hedonistas.

Las cosas están detrás de las palabras. Son la realidad. En el momento en que las palabras entran a sustituir las cosas, impiden una toma de contacto completa con la realidad. Y se crea la ficción. Disipados los fantasmas de la mitología, fallecidos los dioses, perdidos los sustentos religiosos, ahogada la magia, decaído el verbo, no se puede pretender sustituir aquellas virtudes lustrales del lenguaje literario con la adoración del artificio del texto, con lo puramente escritural, con los signos en rotación."

sábado, 14 de diciembre de 2024

Sobre el oficio de escribir y la imitatio del estilo, a raíz de Tu enfermedad será mi maestro de Cristian Geisse

Yo: Para poder perfeccionar el estilo narrativo, hay que leer, leer y leer, sobre todo a los clásicos y, además, a los escritores vigentes que circulan en el medio. Se trata de una práctica solitaria, pero la escritura se "foguea" también en el campo simbólico.

Mario César Ingénito: Borges mientras pudo ver usó la imitatio tradicional. Copiaba las obras de autores que le gustaban, y así mataba mil pájaros de un tiro ya que internalizaba el estilo, la perifilosofía, la retórica, la sintaxis, la gramática, etc.

Yo: los apócrifos de Borges funcionan muy bien dentro de su universo. Al escribir siempre hay un sedimento de aquello que lees de manera significativa. Los símbolos, las imágenes y las metáforas de otros se adhieren al imaginario propio incluso de manera inconsciente. Lo importante es tener plena consciencia y saber ejecutarlo con estilo y rigor.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Se viene siguiente libro de cuentos: Onirómano:

"El libro comienza con un relato que nos habla de los sueños, moviéndose entre figuras imposibles, laberintos. El ritmo narrativo se presta para este juego de las escaleras, además de dibujar una psiquis en medio de tanta confusión. Este es un detalle más que relevante, dado que los sueños funcionan como regulación fisiológica a nivel emocional; una suerte de catarsis a través de recuerdos, al igual que sucede con la literatura. En ese sentido, nos encontramos con un hombre que se queda dormido en el bus, un guion incompleto de telenovela relacionado con el pop, Pablo de Rokha en pleno Festival de Viña del Mar, el inquilino de una casa donde ocurre un asesinato, dos chicos que comparten sus experiencia oníricas en Valparaíso, la lucha entre las acciones cotidianas y la intelectualidad, la pureza cinematográfica de Audrey Hepburn, una radio misteriosa que nos acompaña en el silencio, una criatura de otro plano, y hasta una relación entre las obras de El Cubo y El Resplandor.

El formato de cuento y microcuento encaja adecuadamente con el reino de los sueños, dejando ese sabor de boca que uno siente al despertar: es casi una idea, pero no tanto. Nos convoca y a la vez nos aleja. La sensación es más importante que la noción de coherencia, liberándonos de las ataduras que presenta la literatura. Y muchas veces se trata de un mundo hostil, como cuando llegamos a ese relato que mezcla el cyberpunk y Slayer; un campo de batalla contra nuestros demonios internos. También nos vemos en medio de una noche oscura de Halloween, figuras geométricas y preguntas literarias, músicos fallecidos y ciencia ficción, un misterio literario no resuelto, luces de Navidad que despiertan recuerdos, el surrealismo empapado de nazis, una plaza sin nombre que nos muestra cómo las capas de realidad y sueños se entrelazan, un set de filmación que rompe las barreras del cine, un poeta sospechoso, un sueño de terror y otro abocado al teatro, desencadenando esa preciosa explicación de Goethe para con los personajes: una reflexión profunda sobre la interpretación.

El ambiente a veces ocurre en Chile, mientras que otras veces el mar lo inunda todo con la memoria emotiva del cine, los libros y la música. La sensación de desasosiego se aviva en medio de conversaciones, con inscripciones que dejan pensando, una casona similar a Silent Hill, un páramo postapocalíptico, reflexiones sobre la pérdida, la resolución de nuestras ansiedades a través del pago de una deuda simbólica, cartas de tarot que custodian secretos, una noche de sexo caótico y una habitación llena de símbolos, el doppelgänger de un nombre que nos arroja a la cara la falta de identidad, el tornado como una forma de escape a la ansiedad, un matrimonio inexplicable, la ficción como una escalera de caracol interminable en pleno Valparaíso, un tiroteo en medio de la infancia, un árbol gigantesco y una promesa, la eterna lucha entre sentirse alumno o profesor, el fracaso y la lluvia que no permite descansar, una bruma tóxica y el fantasma de Lenin, una espada corroída por la poesía, la política como un insecto gigante que amenaza a la gente, el insomnio como un infierno y un exceso de realidad.

Los relatos adoptan todas estas formas, dejando a libre interpretación el legado de la lectura, permitiendo que nos acomodemos en el escenario, siempre interesados en la forma y el desenlace. Las proyecciones causan un efecto importante gracias a esta arquitectura lúdica e ingeniosa, recorriendo bares de mala muerte, agujeros insondables, obras clásicas de Edgar Allan Poe, enfermedades que se roban nuestra humanidad, círculos literarios viciados a modo de novela negra, la constante duda entre ser la víctima o el asesino.

Cada tramo y cápsula de relatos tiene una cita que nos ayuda a descifrar lo que vendrá. Parece un trabajo de relojería que, curiosamente, se aleja del tiempo. Que incluso nos amenaza con el plano espacial como plataforma para despertar nuestros peores miedos."

miércoles, 11 de diciembre de 2024

De satanismo y narco devoción: pandemonio hispanoamericano

Un experto en sectas dijo que lo de la decapitación del reo en Concepción, presuntamente, a manos del “Indio Loaiza”, le recordó mucho al crimen cometido por La familia, liderada por Charles Manson, contra Sharon Tate. La brutalidad y sangre fría son similares, aunque el contexto y los motivos son muy distintos. Aquí se trató, según dicen, de un asesinato con características de “ritual satánico”, ya que en la celda había inscripciones de pentagramas y símbolos como el número 666, el “número de la bestia”.

Nada de esto está confirmado. De hecho, muchos niegan que se trate de algo vinculado a una secta criminal. Incluso, se ha afirmado que al “Indio Loaiza”, sencillamente, le entró el “demonio”, pese a su prontuario delictivo. La investigación no ha arrojado todavía ninguna luz suficiente para aclarar este oscuro caso. Sin embargo, el vínculo entre la espiritualidad negativa y el crimen organizado es más estrecho de lo que se cree.

El terreno de lo oscuro está más próximo de lo imaginable y subvierte el límite entre lo ilegal, lo bárbaro y lo profano. Satanismo, brujería, magia negra, canibalismo, son todas prácticas propias de bandas criminales extranjeras. Hay una religiosidad sincrética en el mundo del narco latinoamericano que subvierte las formas y condensa, como en una “alquimia siniestra” el perverso imaginario místico.

Sin ir más lejos, en El Salvador, los Mara, más conocidos como los “Mara Salvatrucha” adoran a la “Santa Muerte” en narco altares, donde son ofrecidos animales y hasta humanos en sacrificio.

En República Dominicana están “Los Trinitarios”, que hicieron de las suyas hace poco por estos lares. Tras su captura, la PDI encontró un verdadero culto lleno de frascos con sangre, simbología satánica y otras ofrendas escabrosas.

En México, por su parte, está el cartel de “Los Caballeros Templarios” (irónico nombre), cartel dedicado de lleno al narcotráfico, al secuestro y a la extorsión para conseguir sus perversos fines, como si fuesen la sombra del espíritu de aquellos bizarros caballeros medievales. Tienen un salvaje rito de iniciación dirigido a los primerizos, que consiste en comerse un corazón humano. Puro canibalismo en los bajos fondos astrales. Barbarie interior.

En Perú, no hace mucho, fue detenida una banda llamada “Los satánicos de la Siberia”. Aparte de drogas, armas y municiones, los policías encontraron intestinos de animales colgando en cables. Se trataba, nada más y nada menos, que del culto a la “Santa Muerte”, tal como lo hacían los Mara.

A este mismo ídolo se encomendaban “Los Lobos”, una banda criminal ecuatoriana que también había abierto sus fauces en Chile. Luego de su detención, se incautaron tampones llenos de ketamina que las mujeres integrantes de la banda usaban para traficar la droga sin ser descubiertas. Uno de los narcotraficantes contaba con un registro en el que, con suma devoción, veneraba a la famosa “Santa Muerte” para pedirle éxito en sus operaciones. ¿No les recuerda eso a la novela La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo?

No es de extrañar entonces, dado este verdadero culto a la muerte, que la imaginería satánica detrás de la decapitación en la cárcel de Concepción tenga algún vínculo con esta faceta macabra del crimen organizado. Muy a pesar nuestro, ha esparcido sus tentáculos mortales en Chile, país del fin del mundo, a vista y paciencia de una fuerza estatal inoperante. El satanismo y la práctica pagana oscura son, en definitiva, una cosa identitaria para estos agentes corruptores, nunca una mera extravagancia.

Surge una batahola de interrogantes que conspira tras la sangre de los hechos. ¿Qué hay detrás de toda esta maldad? ¿Cuál es el trasfondo real de este pandemonio? Nayib Bukele, muy conocido por sus políticas severas, afirmó que la lucha contra el crimen es también, en cierta forma, una “batalla espiritual”, una en la que se procura mantener el sentido de lo humano frente al descalabro moral y valórico, frente a la desviación de la esencia, frente al libertinaje, la impunidad y la subversión de lo correcto, seguida muy de cerca por la relativización y la disolución de ciertos principios básicos que, durante mucho tiempo, fueron el baluarte de la civilización occidental. 

¿Qué queda por hacer, tras la avanzada barbárica que se nos viene encima, causada por los señores en las sombras y por las consecuencias kármicas del propio sistema? Por lo pronto, prepararse para lo peor, comenzar un entrenamiento adecuado y agudizar el espíritu crítico, para no perder la cabeza en el intento.

martes, 10 de diciembre de 2024

Demasiados acontecimientos paradigmáticos uno tras otro, y muy poco tiempo y espacio para escribirlos. La posible avanzada nuclear de Rusia, el conflicto en Siria y ahora la decapitación de un reo con ritual satánico incluido. Ya lo dije hace muchísimo en mi tesis de licenciatura: el mundo es un pandemonio.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Breve relectura de Ginsberg (poema)

He visto a los mejores escritores de mi generación

Fascinados con los cantos de sirena del progresismo

Empachados de materialismo dialéctico

Poseídos por un espíritu de deconstrucción y por un embrujo iluminista

Entregados de lleno a la pura inmanencia

Sin otra palabra que la efímera ni otro horizonte que el ocaso.

domingo, 8 de diciembre de 2024

Evoliana

Yo: El mundo moderno con sus diferentes cabezas es lo que se combate

El mundo posmoderno diría yo, y su disolución en todos los ámbitos de la vida

Cualquier frente que combata este mal para mí es bienvenido

Hay que reivindicar, por ende, el concepto de ser humano, pero un ser humano apegado a Dios, con metafísica y tradición

Desconfiar del concepto de progreso ilustrado y del positivismo y el materialismo reinante

Traer a la luz el mito y el símbolo, la trascendencia

Pablo Rumel Espinoza: e impulsarlo dentro de la literatura, yo soy firme creyente que un ser humano que carece de educación literaria vivirá ciego y muerto en vida.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Retrovisión (poema)

La luz se dobla temprano alrededor del caminante

El artillero susurra suavemente su sombra en la pared

La multitud estalla desde dentro,

Un animal solitario hurga en la basura

Antes que los energúmenos se tomen el espacio

Nos encierran en una coraza y blandimos nuestra materia

Cuerpos enfermos corren rumbo al vacío

Toda la noche, los ecos de cabezas suspicaces

Sobre el cielo rojo, la cámara está filmando

Caídas las estatuas, caídas las banderas

El mundo se está moviendo estrepitosamente

¿hacia el precipicio? ¿hacia el fuego sagrado?

¿hacia un perverso cambio en las reglas del juego?

De todas maneras, nuestros libros ya han visto la luz

Sin embargo, no han callado su sombra

Y no hay forma de enmendar las palabras acribilladas

No hay forma de recuperar el estado de cosas

Previo a nuestro calamitoso desencuentro

Los hechos están consumados y las razones consumidas

En la última noche, entonces, beberemos

Beberemos para purgar nuestras contradicciones

Nos mantendremos despiertos, volveremos a aquella época

Y escucharemos a los vecinos arrojar sus fuegos artificiales

Joviales y penitentes, en la zona cero de la historia.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Las creadoras de ángeles de Nagyrév

Fin de la Primera Guerra Mundial. En Hungría, al sudoeste de Budapest, se ubicaba una pequeña aldea llamada Nagyrév, con un poco más de 800 personas. Una comunidad sencilla sin muchas historias que contar. Eso cambiaría en 1911, con la llegada de Zsuzsanna Fazekas, una viuda cuyo esposo había desaparecido en circunstancias confusas, quien se convertiría en la doctora del pueblo por sus conocimientos en medicina y farmacéutica.

El periodo de guerra fue especialmente curioso para Nagyrév, un pueblo pequeño compuesto de unas cuantas calles rudimentarias, unas tabernas mohosas y una diminuta capilla. No había hospitales en el local, por lo que Fazekas fue prontamente considerada una autoridad de salud. La mayoría de los hombres se encontraban en la guerra y el pueblo comenzó a ser usado como un lugar de mantención de prisioneros aliados.

Especialmente, los jóvenes soldados rusos fueron obligados a laburar en las granjas y, dado que los hombres locales no estaban, las mujeres comenzaron a tener numerosos amoríos con los prisioneros, teniendo a veces más de un amante. Estas indiscreciones, a menudo, terminaron en embarazos indeseados, los cuales fueron atendidos por Fazekas, aumentando la confianza con las mujeres. Fue varias veces acusada de organizar abortos ilegales, pero nunca fue encarcelada por esto, debido al aprecio que se le tenía en el pueblo y a la simpatía que generaba en los jueces.

Su carrera como proveedora de muerte iniciaría con el retorno de los hombres de la guerra. El reencuentro entre maridos y esposas fue cualquier cosa menos alegre. Las mujeres habían gozado del encanto de los amoríos con jóvenes prisioneros y habían aprendido a vivir sin hombres. Los esposos, por su lado, a menudo llegaban con las secuelas físicas de la guerra, trayendo consigo desfiguraciones físicas, incapacidades como ceguera o bien, secuelas mentales que hacían que, en lugar de cumplir el rol de proveedores para sus esposas, se volvieran una carga que mantener. El matrimonio en Hungría era, a menudo, producto del acuerdo entre familias. No era extraño que marido y mujer sintieran poco o ningún afecto el uno por el otro y, de haber existido, probablemente haya desaparecido hasta ese punto.

Muchas comenzaron a resentir la idea de tener maridos dependientes. La señora Fazekas entonces anunció: "¿Por qué soportarlos? Yo tengo la solución". Esa solución era el arsénico. La primera benefactora fue una mujer de apellido Takacs. Deseosa de acabar con su marido bruto y alcohólico, dejó el veneno en la comida de su esposo y el trabajo estaba hecho. Ocultó fácilmente el crimen con la excusa de un ataque al corazón y, dado que la única médico en el pueblo era la que había facilitado el asesinato, nadie cuestionaría esta versión.

Las esposas del pueblo corrieron el rumor sobre el éxito de la señora Takacs en matar a su marido y Fazekas tenía un nuevo negocio: vender botellas de veneno a las esposas infelices. Pronto los hombres comenzaron a caer como moscas. Estas mujeres se llamarían así mismas como "Las creadoras de ángeles de Nagyrév"

Como improvisada organización tenían normas no escritas:

-Sólo las mujeres casadas pueden unirse.

-No se le puede ofrecer veneno a una mujer soltera.

-No se puede ayudar a un hombre a deshacerse de una esposa indeseada.

-Se prohíbe envenenar a mujeres o niños.

-Se prohíbe compartir información con las mujeres felizmente casadas o con las prostitutas.

Dado el abrupto incremento en la muerte de hombres en Nagyrév, ellos comenzaron a tenerle miedo al matrimonio. Casarse era similar a una sentencia de muerte. Fazekas recurrió a una cómplice que facilitara sus actividades: Susi Oláh, una mujer que envenenó a su primer y segundo esposo y cuyo hijastro era el encargado de firmar los certificados de muerte.

Las mismas eran descartadas como infartos, producto del alcoholismo u accidentes. Lo cierto es que las creadoras de ángeles tardaron poco en desacatar sus credos originales. Los envenenamientos se salieron de control: amantes indeseados, padres que se interponían en la obtención de herencias, hijos dependientes, parientes molestos y minusválidos.

Una mujer de nombre Palinka, encantada con matar a su esposo, decidió además envenenar a sus padres, hermanos, hermanastras y tías; Marie Kardos mató a su esposo, amante y a su hijo enfermo; María Vargas se deshizo de su esposo ciego cuando éste la acuso de tener un amante. A los pocos años, también enveneno al joven amante cuando se aburrió de él. Las mujeres comenzaron a matar por venganza, codicia e incluso por aburrimiento.

En 1929, Nagyrév era conocido como "el distrito de la muerte". Las creadoras de ángeles entrarían en problemas ese año cuando autoridades de Tiszakurt notaron el alza de muertos en Nagyrév. Fazekas y Oláh entrarían en el radar de las autoridades cuando una mujer de apellido Szabó las acusó de ser líderes de una cábala creadora de viudas, además de confesar que ella misma había asesinado a su esposo y a su hermano, pero las acusaciones no fueron suficientes para declararlas culpables, aunque sí para que los investigadores las tuvieron en la mira.

Lo cierto es que Fazekas se sintió alterada por su posible arresto y comenzó a visitar a todas sus clientas sin saber que tenía detectives siguiendo sus pasos. Mientras tanto, una líder del sindicato de las creadoras realizó un viaje a la capital para consultar con un farmacéutico: ¿Era posible que el arsénico pudiese ser encontrado en cadáveres? La señora Balint Czordas palideció al recibir una respuesta afirmativa, así que, alterada, regresó a Nagyrév a informarle a Fazekas y a Oláh.

Ellas lo tenían claro: debían tomar acciones inmediatas si no querían ser capturadas. Planearon acudir al cementerio de Nagyrév e intercambiar las lápidas. De ese modo, si alguien intentaba indagar en los cadáveres, lo harían en aquellos que no fueron envenenados. Todo acabó con la llegada repentina de la policía. Las creadoras escaparon, habiendo cambiado apenas unas pocas lápidas.

Esa noche, el cementerio se convirtió en una morgue improvisada, con doctores investigando los cuerpos exhumados. Curiosamente unas cuantas viudas se quedaron para apoyar la investigación y así "probar su inocencia”. En total, se exhumaron 50 cuerpos, de los cuales 46 tenían arsénico. Fueron arrestadas unas 100 viudas involucradas, incluyendo a Oláh. Fazekas, la líder original, se suicidó, bebiendo su propio veneno, mientras que la señora Balint Czordas se ahorcó en su celda, habiendo otras 3 viudas, ninguna de las cuales interfirió.

Unas 26 mujeres fueron llevadas a juicio. Varias mujeres fueron llamadas a justificar contra Susi Oláh, la gran mayoría declarando un serio pavor por la segunda al mando del sindicato. Declararon que Oláh emanaba un resplandor rubí en sus ojos y entrenaba serpientes y lagartijas venenosas para castigar a las posibles traidoras. Juliane Lipka, acusada de envenenar a toda su familia, se mostró despreocupada en su declaración: "¿Puedo irme a casa? Subastarán mi hogar mientras estoy aquí". Aparentemente creía que sería liberada y que podría pasar el resto de sus días con un joven amante.

De todos los miembros, 8 fueron condenadas a muerte, incluyendo a Susi y a su hermana Lydia. "Nosotras no somos asesinas, nosotras no apuñalamos a nuestros esposos, no los colgamos ni los ahogamos, ellos murieron por veneno y fue una muerte placentera para ellos", afirmaría sin arrepentimiento. Las mujeres fueron condenadas a prisión, de las cuales 7 recibieron cadena perpetua.

A pesar de que el escenario suena excéntrico, el historiador Ash Woods destaca que asesinas en serie de esposos han existido. En el siglo XVII, Giulia Tofana creó la Aqua Tofana, un veneno hecho de plomo y arsénico que ella vendía a esposas infelices como un producto cosmético. La Tofana fue responsable de la muerte de 600 hombres en Roma. Fue capturada y ejecutada por autoridades papales en 1651.

Por otro lado, en Francia, 1868, un boticario llamado Joye daría arsénico a 3 mujeres para matar a sus esposos. En 1909 en Rusia, la llamada Madame Popova fue arrestada por el asesinato de más de 300 hombres. Ella era una prolífica maestra del veneno con un servicio de asesinato-por-pedido, especialmente dirigido a mujeres que buscaban liberarse de "esposos tiránicos".

Ella solía envenenar a sus víctimas, los mataba con sus propias manos, usaba armas o contrataba asesinos. Presumía de haber liberado a cientos de mujeres de sus tiranos y su imagen causaba tal desagrado que una turba furiosa pedía quemarla viva. Las autoridades zaristas tuvieron que intervenir para salvarla de una muerte segura.

Fuentes:



jueves, 5 de diciembre de 2024

A cinco años de tu partida, primo Pablo, estoy seguro que partiste a advertir un último incendio y a atajarle un último penal al destino. Cada vez que escucho una sirena de carro bomba en el plan, te escucho en el sitio del siniestro, reportando el desastre. Cada vez que escucho, a lo lejos, los vitoreos de una pichanga de barrio, te escucho relatando las jugadas con esa pasión que te caracterizaba. La vida, ya lo sabías, tenía ese algo de emergencia y de intensidad, de peligro y de juego. Y tú eras el jugador estrella, el temerario. Te recordamos por esa sencillez y ese arrojo.

De tag, deixis y símbolo

Publicado por gragkia, 05 jun 2007

(Delírica.com)



El fin de la fractura gramatical

supone concúbito semiológico

de conceptos y metaconceptos

que, a su vez, redundan en no conceptos

anarquía en símbolo, pangea ideal

exquisita deixis de silencios y letras.

martes, 3 de diciembre de 2024

Arcano frenesí (poema)

El choque de los placeres y dolores del mundo

transmutó neuronas, originó un remolino de frenesí,

aun cuando ya habían puesto punto final,

liquidado el motor de la máquina recalcitrante,

el molino de los instintos, la redundancia industrial de los cuerpos.



Los vaivenes fueron réplicas de un tiempo arcano

Los estallidos se revelaron con aspavientos espectrales

Los símbolos fueron descifrados, libres de toda forma.



La convulsión se manifestó, envuelta de basura cósmica

Eyectó en el papel la materia de sus exclamaciones

Se convirtió en el signo del vacío sideral, indescifrable

Inscrito sobre la totalidad de los seres dolientes.



El universo se volvió, de pronto, un círculo vicioso

En el que el despierto soñó su sueño insomne

y no tuvo lugar nunca más una palabra ni una lengua.