miércoles, 4 de octubre de 2017

Horacio Potel

“Cortar los envíos, es la muerte, y es esto los que los militantes fundamentalistas del copyright quieren imponer en la Web, quitándole todo potencial para domesticarla como instrumento de venta de baratijas. Pero como alguna vez dijo Derrida: «Heredo algo que también debo transmitir: ya sea algo chocante o no, no hay derecho de propiedad sobre la herencia». Es esta herencia que no le pertenece a nadie y que nos forma a todos, esta herencia que es el don común sobre el que se construye lo nuevo, lo que se está atacando al atacar la difusión y el acceso de todas y todos a la misma. Es lógico, la herencia de la filosofía, del pensamiento crítico es demasiado peligrosa para los hombres del mercado, puede hacer creer que no necesitamos de tutores ni de encargados para atrevernos a saber, tal como en la lejana época en que la burguesía era aún ilustrada, quería el viejo Kant”.

“La survie, la sobre-vida, la ultra-vida de Jacques Derrida, está asegurada en mi imposibilidad de decirlo todo. Pero ¿y de mí? no quisiera decir de mí todo, decir quién soy, decírmelo, ¿no es el escribir una carrera alocada para escribirlo todo antes de que la muerte ponga fin a todo, termine con todo? Pero acá hay otro error. Nada ni nadie termina nada ni nadie. Ni la muerte termina”.


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