sábado, 21 de junio de 2025

Digresiones de un invierno nuclear


Tras la escalada del conflicto bélico entre Irán e Israel, los poetas y escritores de Chile -todos juntos, consagrados y emergentes- se pronunciaron y tomaron posición, tomados de la mano, con muy buena retórica, batiendo sus poemas al cielo, mientras el napalm caía sobre sus cabezas. 

II

Los rumores nucleares vuelven a resonar en las conciencias, amplificados por la perversión del aparataje mediático. Los poderes fácticos impulsan la maquinaria del fin de los tiempos. El potencial de la guerra vuelve cual mito radiactivo en la historia.


III


"Nos espera una muerte lenta.
El ataque tendrá un solo efecto.
Condenados a la pena capital.
Por la espada nuclear de Damocles."
Sodom, Invierno nuclear

viernes, 20 de junio de 2025

Acorde letal

Conjunto de poemas que conforman una reimaginación del imaginario gragkiano


Acorde letal



Ocaso de metal

El encanto malvado de la lechuza

Reacción en cadena

La Gran Discordia

Cazador de la memoria

Spectrum

Abbadón

Llave para el cosmos incierto

Super rayo final

Por siempre cero







Ocaso de metal



Las palabras apuntan al final de finales

Hierven mentes y corazones

El desastre se vuelve la norma

Hombres y bestias azuzan el fuego

Descalabro de la razón

Traición de la luz

Se cierne la noche sobre el páramo

Se hunden las naciones

Se demuelen las obras

Las hienas del poder muerden la carne

La materia se resiente

El mal se vuelve metálico

Y los profanos pagan su deuda

El diablo renueva temporada

La Tierra precipita la agonía

Tras su rostro, reflota el horror

El vacío nihilista, hambriento de furia

Falso Dios de este mundo

Carcelero de ilusiones

disemina la mentira, cual peste

sobre su imaginario oxidado

Ya no hay misión, ya no hay sentido

Los bastardos acometen su crimen

Ecos sin voz se estrellan contra el muro

Sombras sin sustancia

Revelan lo real

La sangre ardiente y el alma desnuda

Se cierne la noche sobre el páramo

Se destruyen los proyectos

Se asfixian las gargantas

Los buitres de la discordia rapiñan la carne

La materia se retuerce y se revuelve

El caos se vuelve ácido

Y los blasfemos (de toda laya)

Montan su teatro

El absurdo renueva temporada

El cielo se precipita a su agonía

Tras la máscara, reflota el horror

El vacío absoluto

De lo que no tiene nombre

Ocaso de metal, cae el conjuro

Sobre los enemigos de espíritu

Ocaso de metal, cae el hechizo

Sobre los parásitos de la conciencia.



































El encanto malvado de la lechuza



El congelamiento de la edad de las luces

es el encanto de la nueva maldición

que se hará sobre todos ustedes,

los de la raza humana.

Háganse presentes, y cultiven la maldad

con retorcidos pensamientos

de caos, tragedia y aversión.

Consúmanse ustedes mismos

en los brotes herméticos

de la vida y sus avatares.

Los secretos de la buena nueva

ningún ángel de la guarda

estará ahí para ayudarles.

Una batalla psíquica oficial

Contra los agentes de la razón

Contra las mascotas de la muerte.

Háganse insectos, o serán capullo eterno.

Ese es el encanto, la nueva maldición

Que se hará sobre todos ustedes

Los de la raza humana

¡Vamos! Cultiven la maldad

con retorcidos pensamientos

de caos, tragedia y aversión.

Ultraje del amor mutante,

ultraje de quien falló en el amor,

y sólo así caerá sobre ustedes

el congelamiento de la edad de las luces

el encanto malvado de la lechuza.

























Reacción en cadena



Todos los hipócritas parados en línea,

Y ya estamos listos para hacer el jaque

Y jugar con sus vidas miserables.



Y si llegaras a creer

que la adrenalina de sus cuerpos no hizo combustión alguna,

piensa en el dedo que encendió la fiesta.

Las noches se han vuelto llamaradas suicidas

¡Aquí! en el planeta Tierra.



Todos los hipócritas parados en línea

Y ya estamos listos para hacer el jaque

Y jugar con sus vidas miserables.



Porque este mundo explotará

Hasta provocar una reacción en cadena

Y entonces será el momento de decir:

¡Hasta nunca!




La Gran Discordia



Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana.

Será la entropía higiénica

que acabará con los conceptos eternos

de la moral y la ética.



La agricultura del pensar

marginará a su ovejero,

así, la lana del caos será trasquilada,

para tejer el velo de Maya

que cautivará a parásitos y filósofos.



Se expondrán las vísceras del tiempo

y la carne de la galaxia

traerá las almas en pena,

que vagan en el espacio

sobre vibraciones intempestivas

y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.



Aquí viene la virulencia

La invencible virulencia

liquida ya la necedad

de tapizar el cielo de quimeras,

cuando bajo el radio de Dionisio

se implora la potencia de la carne,

por sobre los verbos,

por sobre la paja de los templos,

por sobre el yo y la ilusión del más allá.



Aquí viene el corazón del tiempo,

poniendo en marcha su incesante caos.

Su fracción de todo y de ente

será el agente que revele toda máscara.



¿Quién te hizo verdad, para decir: descubriré tu rostro?



Entre ellos, su falacia hermenéutica

Y la tiniebla de la incógnita

hay solo un lamento de siglos.

Es la lírica de los malditos

Los cautivos del velo de maya,

Atados a la magnánima Discordia.



La Gran Discordia, que prescinde de toda

pureza del espíritu

está ya aquí en cada rincón del universo

y en cada reducto cerebral

cumpliendo su obra perenne

escrita con el fluido de un vicio

llamado historia.



Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana

Será la entropía higiénica…

Nada, para siempre,

Discordia para todos

y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.









Cazador de la memoria



El que expele la noche,

el que captura los recuerdos

en una botella encantada.

El que mata pensamientos como mata moscas,

dominará expandiendo su sombra

a todos los moradores del pensar.



Mueran los grandes sabios,

mueran sus cabezas parlantes

y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas.

Quemen sus libros y manifiestos.

Que así se difumine, que así se cante.



Él morará en umbral de cuentos de hadas,

mientras rapta a las magnánimas musas.

Beberá de su licor y explotará su embriaguez,

La ingente matriz será suya propia.



Y su renacimiento,

Será otra vez como las palabras

O como el vómito de sus bocas.









Spectrum



Disonante agonía

tras las puertas,

sin equilibrio

sin vértigo

sin cerradura

sin llave.



Una opción tardía

Un abismo,

Sin espacio

Sin tiempo,

Entre clausura

y escape.













Abbadón



Y cuando llegue el último día

volverá como el ángel exterminador

tras el signo de la Gran Ramera

esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.












Llave para el cosmos incierto



Todo quieto, cuando la logia sube a la cima.

Las estrellas en forma de pentagrama

indican las cinco direcciones

que toma la discordancia de los sonidos.



No te dejan salir…



Cierran las puertas,

Y no sabes lo que harás



Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie

El misterio en la antesala indica que esto

es una completa jungla,

que existe más de esa influencia ultrasónica

Desmembrante.



No se quieren callar…



Abren sus bocas,

Y no sabes lo que harás.



Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre

Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.

¿Cuántos años te tomará saberlo?

¿Darte cuenta que todo este tiempo

Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?



Ahora no te dejarán salir

Ahora no se querrán callar

Prepárate para lo peor.













Súper rayo final



En carga está su cabeza de bomba

capaz de apagar al Día y su reinado falaz

Se arrastra así entre los peldaños de las sombras

que se crían en su cólera

y llega flagrante al existir en un portal.



La brecha entre el Sol y la Luna

calor y frío, misericordia y coraje

Su obra maestra está a puertas del menguante

En la torre suprema del cielo eléctrico

Se alimenta de frío

Se alimenta de la Luna

Se alimenta de lo salvaje.



Y no tiene dimensión porque es tabú

es el mal, es la energía, es la mácula

es la epidemia de la razón.



Sobre sus mundos objetivos y mentales

caerá el súper rayo final

de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte,

arrasando sistemas, instituciones, entidades.



Y llega más rápido que la luz a destruir

¡No hay razón ni locura que se le compare!















Por siempre cero



Lo que los vivos añoran como vela al viento

desaparece en cuanto lo nombran,

y no decanta pero quiere ser poseído.



Las sombras lo vigilan todo,

desde el oasis de aguas negras,

y cuando estés en el desierto de los desiertos

te darás cuenta de que vives

siendo sólo arena y olvido.



Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa.

Tus fuerzas consumidas,

tú consumido, vives siendo

un conjunto entre dos paréntesis,

y crees ser tú mismo ángel y demonio

cuando tu nombre apenas se distingue

entre los tantos ecos de la caverna.



La lluvia cae y cae en el espacio,

Los soles lloran su promesa inmaterial,

haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha.

Envilecida la piedra, inflamado el abismo,

El cielo se precipita hacia su descenso.



Las aristas van de aquí para allá,

y crees armarte en medio de la oscuridad,

siendo que tú eres el miedo en persona,

todo lo que temiste, temes y temerás eres tú,

y buscas alguna salida de emergencia,

y caes sin presente, y lames el eje de las luces,

y es producto de tu imaginación,

que todo lo puede al ser pervertida,

al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.



Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo,

hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos.

Todo cae como daga, deberías saberlo,

todo queda en cero.


jueves, 19 de junio de 2025

Adaptación a formato diario del relato “El viaje sentimental” de Edgardo Cozarinsky

La noche anterior traté de buscar una radiografía que perdí entre tantos papeles desordenados. Después de media hora, no pude encontrarla, pero descubrí un pasaje de avión demasiado antiguo. Me costó reconocerlo. Era el pasaje con el que había viajado hasta acá. La última página aún marcaba el recorrido de regreso, desde París hasta Buenos Aires.

Ha pasado más de un año desde que compré ese pasaje. Me negué a la idea de volver. Pensé en que quizá podía sacarle algo de guita, por lo que fui a la oficina de la compañía aérea a ver si podía recuperar mi dinero o canjear la última página por el equivalente a otro destino. Sin embargo, el empleado me explicó que no se podía, por la devaluación de la moneda argentina que obligaba a una política estricta de no conversión.

Pronto, me di cuenta que no iba a poder recuperar lo invertido, y que la suma que me darían sería irrisoria. Pensé en enmarcar la última página del pasaje, movido por mis reflejos de archivista de museo, pero finalmente, decidí quemarla. Fui al inodoro, le prendí fuego al cuadernillo y observé, con atención, cómo caían las cenizas.

domingo, 15 de junio de 2025

Rubicón (poema)

Frente a ti, una puerta cerrada

En el sótano, una llave

No puedes entrar ni tampoco salir

No sabes lo que aguarda afuera

Y temes lo que haya dentro

Un reguero de bombas

Inunda tu pantalla

Un cruce de plomo

Delinea un contorno invisible

Los ojos avizoran un fuego original

Dicen que la respuesta está en tus manos

Tus manos llagadas, indescifrables

No hay lugar donde no te alcance la bruma

Las llamas te acompañan por las noches

Abrigan tu ciudad interior

En un chamuscado retorno

Caminas otra vez para espantar el pasado

Caminas porque en la errancia

Ejercitas el consuelo y el rigor

Los perros rodean el lugar, silenciosos

Quieres huir, pero la llave no aparece

Fuerzas la salida y el tiempo te recibe visceral

Los rostros que creías reconocer

Son solo los reflejos de tu espejo enterrado

Quieres confiar en tus pasos

Y tu sombra delata a los necios

Persistes en la página ensangrentada

Aguantas la trama del instinto con todos sus ripios

Rehúsas mirarla a la cara

Y te avergüenzas de todas tus palabras

Porque temes borrar el relieve de su rostro

Su rostro pálido, su baile oscuro

Al ritmo del vértigo

la pasión engendra la historia

impregnada de tu máscara

la historia sin labios y sin secreto profundo

ningún otro misterio en su pecho

podrá ayudarte a sortear el laberinto

allí donde creíste vivir un mito

solo restó aquel golpe y la poesía

derramada contra el pavimento

Al fin huiste con el dolor a cuestas

Porque todo gritaba huida

Cruzaste, temerario, su río de veneno

Te endureciste ante la infamia

Cruzaste, huiste

Y el rostro fue arrancado de cuajo

El odio se volvió una pira salvaje

Al punto de la incineración

Y pronto el olvido alumbró el camino

De regreso a tu centro

te inclinaste ante la cruz del ocaso

y abrazaste, con orgullo, la sombra de la duda.
Versos de William B. Yeats que resuenan con el vigente estado de cosas: "Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente no puede ya el halcón oír al Halconero; todo se desmorona. El centro cede, la anarquía se abate sobre el mundo, se suelta la marea de la sangre, y por doquier se anega el ritual de la inocencia; los mejores no tienen convicción y los peores rebosan de febril intensidad". Yeats, "El segundo advenimiento". Llame anarquía al desconcierto generalizado de un mundo que resiente rumores de guerra.

sábado, 14 de junio de 2025

Sorber el olvido

Ejercicio narrativo de Escritura Creativa

Esa noche, compró un café distinto al que solían tomar a la hora de once. “-Traje Eco ¿quieres una taza?”, preguntó. “No, prefiero el café en grano, hijo. El otro no tiene la suficiente cafeína como para hacer soportable la vida”, respondió su madre, desde la terraza, mientras terminaba de colgar la ropa recién lavada, después de la lluvia. “Hacer soportable la vida” no había reparado en ese dicho. Lo conmovió profundamente, sobre todo de boca de su querida madre. De todas formas, se tomó solo su taza de Eco y salió al rato a dar una vuelta.

Recordó aquellos tiempos de Universidad en Valparaíso. Con unos compadres de la U, siempre iban a comprar café donde una tía que se ponía en Avenida Uruguay. La tía les vendía el café cargado a cien. Pensó en el Agente Cooper de Twin Peaks, sirviéndose uno "negro como la medianoche en una noche sin luna". Después de haber recorrido la avenida, repleta de vendedores y desechos del mercado, recordó haberse despedido de los compadres, cuando se dirigieron al cerro del único ascensor, en algún lugar clandestino, a buscar “algo para la mente”. Él nunca le hizo “a esas manos”. En eso se distinguía de estos quiltros. Nunca fue de volarse. Quería tomarse la vida como viniera, aunque fuera al seco. Por eso, siguió andando, café en mano, rumbo a la Plaza Victoria. Se lo tomó rápido, a sorbo caliente, procurando que la brisa del puerto no lo enfriara.

Llegó a la Plaza Victoria. El vaho del café oscuro se perdió y, en su lugar, una bruma comenzó a invadir el sector, una bruma que se confundía, a su vez, con el gas de las lacrimógenas a su alrededor. Botó el vaso vacío en un basurero roto de por ahí y corrió hacia un costado de la plaza, para evitar el aire denso. No alcanzó a distinguir a nadie conocido, en medio de la multitud que arrancaba de la fuerza pública. Apenas pudo ver nada, sus ojos comenzaron a picar. Solo atinó a seguir corriendo, de manera intuitiva, en dirección a la Plaza de los sueños. Fue allí a resguardarse del caos. Avanzó y avanzó, mientras se oía el griterío y las imprecaciones de la gente contra la fuerza pública, imbuido de una energía inusual. Quiso pensar que el café de la tía le había dado un impulso extra. Lo había vuelto a la vida, él, que se sentía morir por dentro.

Llegó a la plaza, como resucitado. Allí lo esperaba una antigua novia. -Tengo que contarte algo-, le dijo. -¿Qué cosa?-, preguntó él. –Será mejor que te lo diga en un café-, respondió, con misterio. Algo le ocultaba o algo había olvidado que ella intentaba recordarle. Era algo serio, de lo contrario, no lo habría citado. Fueron a un café de por allí cerca. Atardecía. Una aparente calma en el plan de la ciudad. Sin embargo, un frío espantoso. Entraron al Café Subterráneo. Se sentaron en la planta baja. Pidieron un americano doble. —Le he contado todo a tu madre—le dijo su novia, bastante indignada. Él frunció el ceño. —No entiendo ¿Qué le contaste?-, preguntó, nervioso. –No te hagas el leso, lo sabes perfectamente-, dijo ella, cortante. Él se levantó de su silla con un gesto brusco. Las palabras resonaron en el café como un eco discordante. Solo había un par de clientes más que ya estaban por irse. Ella se puso de pie. Su figura tembló bajo la presión. Luego de beberse lo último, él la acompañó a la salida.

La bruma volvió sobre el plan. Ella caminó rápido rumbo al paradero. Él la siguió, pero no quería nada. –No te lo volveré a repetir-, dijo ella, acelerada. –Tu madre lo sabe todo-, agregó, cada vez más agitada. ¿Qué era eso tan grave que ella y su madre sabían y él no? No comprendió qué era lo que trataba de decirle, hasta que la perdió de vista, definitivamente. A su mente regresaron escenas inconexas que apenas logró reproducir. Un estallido, una muerte, una mudanza fugaz. Volvió a conmoverse, de manera profunda. Necesitaba beber otro poco de aquel brebaje amargo, pero a esa hora no había nada abierto. Cerraron todos los negocios, sin explicación. Comenzó a llover, de manera estrepitosa. Frustrado por no entender nada, se dio la vuelta, rumiando aquellas tristes palabras. Luego, quiso regresar a la Plaza de los sueños, a pocos metros de su antiguo hogar, donde ya no había nadie.
Así como va la cosa, no quiero sonar agorero, pero todo va encaminado hacia una Tercera Guerra Mundial. Los distintos conflictos entre países y entre pueblos explotan cual olla a presión, sin una salida razonable. Creo que la expresión de la guerra externa - más allá de sus motivaciones y avatares geopolíticos- es un espejo oscuro de nuestra propia guerra interior. Hay quienes muestran conciencia, de cara a la galería, pero en otros planos no han sido plenamente concientes. Cargan con sombras no resueltas y no integradas. Ante el caos, cada quien trata de anclarse a sus certezas como pueda, aunque sus certezas sean difusas. La escalada bélica entre países "hermanos" por motivos de tierra y de religión, incomprensible desde la pura razón, es, sin embargo, entendible como expresión de una crisis mayor, una crisis civilizatoria, una crisis de época que resuena en todos nosotros, en nuestra división política, en nuestra sensación de incertidumbre, en nuestra fractura social. Cada conflicto con el otro y con el mundo, se resiente en uno mismo y en cada uno. Es el espíritu del siglo, zozobrando, vacilante. Que la guerra no tenga la última palabra y que nos sirva de espejo para purgar nuestras propias miserias. Meditaciones antes de dormir bajo el fuego.

viernes, 13 de junio de 2025

Aún espero el comunicado oficial de los poetas y escritores (veamos qué poetas y qué escritores) pronunciándose y tomando posición, con muy buena retórica, sobre la escalada del conflicto bélico entre Irán e Israel. ¿Será que todavía no se ponen de acuerdo? ¿Habrá mucha discordancia entre camaradas? Veremos cómo resuelven el entuerto esta vez. 

jueves, 12 de junio de 2025

El fuego negro de vacío

Unos delincuentes armados entraron a saquear la tienda Easy de Valpo. Para entorpecer la acción de Carabineros, habrían arrojado "miguelitos" (púas) en Avenida Brazil y quemado un par de vehículos en el cruce de Avenida Argentina con calle Yungay. Un video en el interior de la tienda registró el momento del ingreso de los saqueadores. Arriba de la entrada, un cartel que decía "Por un mundo mejor". Se alcanzó a ver a los sujetos con capuchas y con overoles, reduciendo a los guardias "a punta de fierro y de fuego".

Lucy Oporto lo dijo y nadie la escuchó en su momento: "En Valpo hay un lumpenconsumismo desatado". Fue tratada de fascista de inmediato, por los obtusos de siempre. Su texto del año 2019: "Lumpenconsumismo, saqueadores y escorias varias: tener, poseer, destruir", vuelve a resonar de manera inevitable, con mayor significado, a medida que aumenta la inseguridad en el puerto herido. Estos tipos no son "víctimas del sistema", son su excrecencia, productos de una metástasis materialista a ultranza, los parásitos de un modelo consumista que irrumpe con violencia para saciar su compulsión barbárica. "Tener, poseer y destruir" como hubiera mencionado Pasolini.

Al huir, los saqueadores procuraron que la llamarada bloqueara el paso. Los conductores, seguramente desviaron su camino. Los transeúntes, impotentes, de seguro tuvieron que huir, ante la arremetida. La llama aplacó el frío de la noche porteña, pero trajo consigo el peligro, la sombra humana. Sentencia Lucy Oporto, en su ensayo de crónica filosófica, con profunda amargura: "El lumpenconsumismo destella su fuego negro de vacío”.

Sobre Brian Wilson de los Beach Boys, que en paz descanse

“Cuando Brian Wilson terminó la canción “God only Knows” habló del impulso de desvanecerla en un bucle de coro, sugiriendo que eso crea una especie de espiral infinita. Un mundo donde la canción sigue sonando, tal como lo hacía en el momento en que la escuchabas. Un sueño sin salida”. En biografía “There’s always this year”.

“Últimamente había estado deprimido y obsesionado con la muerte… Al mirar hacia el océano, mi mente, como lo hacía casi cada hora de cada día, intentaba explicar las inconsistencias que dominaban mi vida: el dolor, el tormento, la confusión y la hermosa música que era capaz de crear. ¿Había una respuesta? ¿No tenía ningún control? ¿Alguna vez lo tuve? Sintiéndome náufrago en una isla existencial, me perdí en el equilibrio de la oscuridad que se extendía más allá de las olas rompientes hasta el otro lado del mundo. El océano era increíblemente vasto, el universo tan grande, y de pronto me vi en proporción a eso: una piedrita de arena, una medusa flotando sobre el agua; viajando con la corriente, me sentí diminuto, pasajero”. Brian Wilson, sobre su proceso al momento de escribir la canción “Till I die”.

El legado de Brian Wilson en la música nos confirma, una vez más, que no se puede alcanzar el genio sin una cuota de dolor y de tormento, aunque el dolor y el tormento por sí solos nunca serán suficientes para expresar lo que se quiere expresar. Tiene que haber algo más: un sentimiento profundo, una melodía atrapada en el interior, algo visceral revolviéndose en la zozobra del espíritu. En efecto, "solo Dios sabe" lo que sufrió.

Pese a que escribo de manera recurrente por pasión y por amor al arte, me metí al Magister para forzarme a escribir de manera más sistemática y más rigurosa, sin dejar de lado lo auténtico, lo que me llevó a debutar con un libro. Se trata de llevar el propio oficio más allá de sus propios márgenes y circunstancias, manejar otras herramientas, explorar otras vetas, perfeccionar el estilo, llevar la prosa y el pulso a límites insospechados.

miércoles, 11 de junio de 2025

Quiero creer que la mayoría de mis contactos se expresa de manera genuina. Quiero creer que queda todavía humanidad detrás de esos perfiles flotantes, pese a su escasa interacción. Quiero creer que, más allá del algoritmo perverso, es todavía posible la camaradería, la amistad y el romance, pero no basta con cerrar sesión para abrirse a la realidad. Hace falta desenredarse, articular las palabras correctas, encontrar en el otro un túnel y no un abismo, todas cuestiones que, dadas las circunstancias, exceden el límite de lo posible y lo tolerable.

martes, 10 de junio de 2025

Al entrar al Siclón del libro en Viña, el vendedor comentó algo sobre su madre, que ella podía ver a su ángel de la guarda, no en sentido alegórico, afirmó, sino que literalmente. La madre del vendedor de la librería se habría comunicado con su mismísimo abuelo difunto, sirviéndole de médium. Mientras contaba orgulloso las increíbles visiones de su madre, que en paz descanse, yo revisaba unos libros baratos. Saqué el libro “Fundadores del cuento fantástico hispanoamericano: antología comentada” de Oscar Hahn. Al revisarlo, hojeé un poco y leí la siguiente frase: “Nada ha logrado saberse con absoluta seguridad en las tres grandes expresiones de la Naturaleza: hechos, leyes, principios. Yo que he intentado profundizar en el inmenso campo del misterio, he perdido casi todas mis ilusiones”.

Quería creer que lo que decía el vendedor era cierto, quería interpretar aquellas visiones paranormales como una expresión del misterio de lo metafísico, pero faltaba algo más, alguna señal más contundente. Tomé el libro de Hahn sobre la literatura fantástica y lo llevé al mesón. El vendedor me vio, atento a mis movimientos. En eso, revisé el costado derecho de la librería y di con el libro “Atrapa el pez dorado” de David Lynch, una reedición actualizada de Penguin Random House, con motivo de la muerte del cineasta. Meditación, conciencia y creatividad, rezaba el subtítulo. Le pedí al vendedor que me pasara el libro para revisarlo. Hojeé con atención sus páginas, buscando algo iluminador: el campo unificado, la conciencia, ciencia moderna y ciencia antigua, el ritmo de la vida. Lo que se repetía harto, aparte de sus ideas sobre el cine, eran citas de los Upanishads. Destaco una del capítulo “Arriba el telón” que decía: “que la Naturaleza entera es un teatro mágico, que la gran Madre es la gran maga y que este mundo lo pueblan sus numerosas partes”. No había ahí una relación directa con los ángeles, pero sí con lo sutil, con lo que excede el plano físico.

El vendedor mencionó algo sobre los fenómenos cuánticos y sobre la posibilidad de una conciencia más allá de la materia. Sin ir más lejos, la propia existencia de Dios: “Hay que ir un poco más allá”, repitió, con seguridad. “Si somos energía, entonces podríamos trascender la materia”, agregó. Su volada reflexiva servía como una muy sofisticada forma de publicitarme el libro. Y acabó resultando. Ya tenía en Hahn y en Lynch un imaginario que desafiaba lo palpable, expresado en la literatura fantástica y la meditación trascendental. Entonces, tenía que tomar una decisión. No podía llevarme los dos libros. Finalmente, me incliné por el libro de Lynch. Supongo que resonó en mí, con mayor impacto, cuando dijo que: “la muerte en mi mente no es una finalidad. Hay un continuo: es como por la noche, que te vas a dormir y durante el día te despiertas”. Podría decirse, a la luz de esta idea, que hoy Lynch comparte el mismo reino que la madre y el abuelo del librero, un reino invisible que para él sería perfectamente alcanzable. Me despedí del librero. Asintió mi decisión. Agarré el libro sobre el pez dorado y salí de allí, sugestionado, creyendo que la realidad a la que salía no era la única realidad posible, mientras una grúa seguía su obra vial, taladrando el viejo pavimento de la avenida.

lunes, 9 de junio de 2025

El último café (cuento)

Ejercicio narrativo para Escritura Creativa, basado en hechos de no ficción. 

Fui al café Samoiedo de Viña del Mar. Quedé de juntarme con una chica que venía de España y con la cual mantuve, hace muchos años, una especie de romance por internet. Me sentí ansioso, pero no podía esperar a conocerla, después de tanto tiempo. Así que me acerqué a un mozo que había por allí. Le pregunté si podía atenderme afuera, en la terraza de Avenida Valparaíso. Me dijo que ningún problema, que ya iba para allá. Entonces fui a sentarme a una mesa cercana a la acera, la más próxima, con tal de divisar a la chica en medio de tanta gente que por allí circulaba.

Al llegar el mozo, le pedí un café americano con taza grande. Traté de recordar, mientras tanto, porque ella me citó en este lugar. Pronto me acordé que había estado un tiempo en un programa de intercambio en la sede Sausalito de la Católica de Valparaíso. Traducción e interpretación. A ella le gustaba tomarse un café en el centro de Viña, un café tan típico de la ciudad. Le recordaba a su madre, que tenía una pequeña cafetería en Madrid.

Cuando llegó el café, lo probé al instante. De una intensidad exquisita. Mientras tanto, seguí esperando a la chica. Algo que me llamó la atención poderosamente era que la terraza estuviera tan vacía a esta hora, cuando en otras ocasiones pasaba repleta, sobre todo para la “hora de once”, después de la jornada laboral. Pese a todo, el local seguía funcionando y las pocas personas que pasaban por ahí, siempre reservaban una que otra mesa.

Pasaron veinte minutos. Ella me mandó un mensaje: “Voy atrasada. Espérame”. No alcanzó a precisar cuán atrasada iba ni dónde venía, exactamente. Eso me incomodó un poco, aunque traté de no comer ansias. Pedí un segundo café que degusté de manera más calmada, para mantenerme tranquilo y dar una buena impresión. Los minutos seguían pasando. Poco a poco, se iba acercando la hora del atardecer. Alrededor de la terraza ya se veía cómo los caballeros que estaban al frente, sentados, pagaban la cuenta y se marchaban.

Pronto, estuve solo yo en la terraza. El mozo acudió de nuevo para preguntarme si necesitaba algo más. Le dije que no, que en cuanto llegara mi cita. Sabía que pronto tendría que avisarle sobre la hora de cierre, pero confiaba en que ella llegaría a tiempo, antes del final. Esperé pacientemente. La hora seguía pasando. Fue tanto que tuve que ir al baño para mojarme un poco la cara. Le pedí al mozo que cuidara la mesa. No quería parecer angustiado.

Al volver a la mesa, la terraza seguía vacía y quedaba poco para cerrar el café. De todas formas, fui a sentarme. Justo antes de tomar la silla, una suave mano tocó mi espalda: -¿Salvador?-, preguntó. Era ella, por fin. –Rocío-, le dije. Me di la vuelta, sonreí y la abracé. Nos sentamos a la mesa. El mozo volvió para ofrecernos algo. Ella pidió un capuchino y yo pedí una tercera taza de americano.

-Por fin viniste-, le dije.

-Tenía que venir-, contestó Rocío.

El resto del tiempo, hablamos sobre nosotros mismos, cosas más circunstanciales, hasta que Rocío sacó a flote una conversación que yo había olvidado por completo.

-¿No lo recuerdas? ¿En serio? Cuando andaba en Alemania, por motivos de estudio, te dije que soñé contigo, que siempre estábamos en Viña, que me hablabas muy despacio. En el sueño, me contaste de un bolso que yo había perdido en algún lugar de la ciudad. Ahí había una carta… Mira-.

Rocío se acercó, lentamente. Agarró su celular con intención de mostrarme algo. En la pantalla, estaba proyectada la vieja conversación que habían tenido aquella vez por mensajería interna. Asombrado, no lo podía creer.

-¿Aún quieres quemar esa carta, Salvador?-, Rocío me miró a los ojos fijamente, con un tono más serio.

-Yo te había dicho que esa carta tenía un secreto que prometía ser cálido, pero, a la vez, peligroso. Tú me dijiste que querías abrirla-.

La miré atento. No lograba recordar bien el contenido de aquel sueño.

-Trata de entender. Tú dijiste que tenías el corazón herido, y que al quemar esa carta podías sentirte libre, libre de amar de nuevo…

Ante esa revelación, por fin lo entendí. La miré por unos segundos. Pese a la distancia, pese a la incomunicación, no podía evitar sentirme cautivado, nuevamente, por Rocío. Ella sacó de su bolso la carta y me la entregó.

-Prométeme algo, Salva-, dijo ella. –Dime qué cosa-, le respondí.

-Que no la abrirás y no la leerás, hasta que ya no esté-, afirmó Rocío.

La noche caía y ya era hora de cerrar el café. Ella me intrigó. De todas formas, estaba tan contento de poder verla que no me cuestioné demasiado, así que guardé la carta a un costado de la billetera en el pantalón.

Pagué la cuenta. Al momento de salir de ahí con Rocío, la terraza estaba siendo poco a poco desmantelada. Le pregunté al mozo qué estaban haciendo.

-Lo que pasa es que el café cerrará su terraza desde mañana-, dijo el mozo.

-¿Cómo es posible?-, le pregunté.

-Por los delincuentes, joven. Han robado, han tirado lozas, les han pegado a los clientes, qué no han hecho estos desgraciados. Hace ya algunos años que la avenida no es muy segura. Mucho caballero y señora de edad viene y se guarda temprano, y ya perdimos la clientela que teníamos antes de la pandemia-, contaba el mozo.

-Nunca pensé que fuera a cerrar la terraza-, dijo Rocío, lamentándose. –Un café tan bonito. Una lástima. Por favor, le pido que solo sea temporal-.

-Ojala pueda hacer algo, señorita, pero no depende de mí. Si quiere hable con el administrador-, afirmó el mozo, resignado.

Según su versión, el Samoiedo no cerraba completamente sus puertas, pero la terraza dejaría de funcionar. Con esa mala sensación, salimos del café, mientras bajaban las cortinas y caminamos rumbo a la avenida. Antes de seguir avanzando, Rocío se detuvo.

-Salvador-, dijo, -lo siento, tendré que irme sola. Después te cuento-.

-¿Por qué tan rápido? Pensaba ir a dejarte-.

-Me iré en Uber. Es mejor que hablemos después. No lo tomes a mal-.

Rocío entonces se acercó y me dio un beso en la mejilla, a modo de despedida.

-Todo lo que tenía que decirte, está ahí-, dijo ella, antes de irse.

-Al menos dime qué pasa-, le dije.

-Ahora no, Salva. Solo cumple la promesa-, contestó Rocío, escueta y algo nerviosa.

Me quedé ahí, sin comprender bien por qué ella se iba sin dar mayores explicaciones. En el momento en que partió, un sujeto de negro apareció entre las sombras, en la esquina de Avenida Valparaíso y Plaza Viña, y me robó la billetera. Agitado, con la adrenalina a tope, corrí tras el ladrón. Lo perseguí hasta llegar al puente Libertad. De allí le perdí el rastro.

Se hizo tan tarde que no había nadie en toda la cuadra. Pensé en hacer la denuncia en la comisaría, pero antes revisé mi bolsillo y vi que tampoco estaba la carta. Traté de reencontrarme con Rocío, pero ella ya se había ido. Intenté hablar con ella por interno, y en el lugar de su antigua foto, solo figuraba un perfil vacío. En ese momento, mi corazón sacudido supo que nunca la volvería a ver.



Intertexto posible. Por interno, subir un reel de Niño Pudú, en el que sale una foto de María Luisa Bombal con la leyenda: “piden minitas así y luego no aguantan los tiros”. Enseguida, lo comparto y le agrego el tema de Soda Stereo: “Ella usó mi cabeza como un revólver”, seguido del verso, “incendió mi conciencia con sus demonios”.
Los saludos de cumpleaños fueron los precisos. Fueron más de los que esperaba, sinceramente. Siempre es bueno recordar que uno existe, pese al tiempo y sus giros sarcásticos.
-"Ya no creo que seas una promesa. A veces me parece que naciste con la pluma bajo el brazo, o la bic, en fin."

-"Nací con la pluma en la boca y con el lápiz incrustado en el pecho". 

sábado, 7 de junio de 2025

Slavoj Zizek "contra el progreso"

Slavoj Zizek contundente en su nuevo libro "Contra el progreso":

"El progreso y sus vicisitudes

En la película de Christopher Nolan El truco final (El prestigio) [2006], un mago hace un truco con un pajarito que desaparece en una jaula aplastada en la mesa. Un chiquillo del público empieza a llorar, afligido por la muerte del pájaro. El mago se acerca a él y termina el truco haciendo aparecer suavemente un pájaro vivo de su mano; pero el niño no está convencido e insiste en que debe de tratarse de otro pájaro, el hermano del muerto. Después del espectáculo, vemos al mago solo, tirando un pájaro aplastado a la basura, donde hay otros muchos pájaros muertos. El muchacho tenía razón. El truco no podía hacerse sin violencia y muerte, pero su efectividad depende de la ocultación de los residuos rotos y escuálidos de lo que ha sido sacrificado, deshaciéndose de ellos donde nadie importante los vea. Ahí reside la premisa básica de la noción dialéctica de progreso: cuando llega una etapa nueva y superior, debe de haber un pájaro aplastado en algún lugar.

Los pájaros aplastados del progreso

Lo primero a lo que hemos de renunciar es, pues, a cualquier noción del progreso lineal y global de la humanidad, ya sea formulada por Karl Marx, ya sea postulada por los liberales como Francis Fukuyama (quien declaró el fin de la historia) o dominada por la dialéctica de la Ilustración. La visión global de la historia de Marx es la de una sucesión lineal de modos «progresivos» de desarrollo social desde las sociedades primitivas, pasando por el modo de producción asiático, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, hasta el socialismo y el comunismo. Los problemas surgen casi de inmediato con la dinámica histórica imaginada por Marx; para empezar, la noción de un modo de producción asiático es problemática a todas luces (se trata de una categoría vacía en la que Marx arrojaba todo aquello que no encajaba en su lógica eurocéntrica de la historia y, por consiguiente, es en sí misma un receptáculo para pájaros muertos aplastados). En cuanto al socialismo, la afirmación de Rosa Luxemburgo de que «el futuro será socialismo o barbarie» también resultó ser falsa: lo que tuvimos con el estalinismo fue a un bárbaro socialista y todavía estamos contando los cadáveres. Por lo que atañe al liberalismo, su estado de crisis es evidente; tanto es así que hasta Fukuyama ha renunciado a su idea del fin de la historia.
No debería haber restricciones en la búsqueda de pájaros aplastados. Rusia y China gustan de presentarse como partidarias de un nuevo orden mundial multicéntrico en el que todas las formas de vida coexistan en pie de igualdad y en el que se erradique por fin la dominación colonial occidental económica e ideológica. En esta retórica podríamos ver jaulas enteras de pájaros aplastados barridas en Occidente..." Slavoj Zizek, Contra el progreso.

viernes, 6 de junio de 2025

Casa del dolor (en la isla del Dr Moreau)

Poema del imaginario de Gragko



Dentro del laboratorio de la isla

Los monstruos no son las criaturas engendradas

Entra un poco más profundo y verás

Probetas, químicos y metales pesados

Los creadores salen de su escondite

Engendran seres infelices

Condenados a la ignominia

El hombre darwiniano erige

Su dogma positivo

Capaz de crear de la nada

E interpelar a su Dios, su razón

Sigue con el método perverso

De mentalizar a las criaturas

Volver humano lo no humano

Lo que solo cuenta con instinto

Y voluntad arcana

Es el mito prometeico sin esencia

Es el pacto del hombre positivo

Que pretende ser superior

Aun a costa de lo creado

A expensas de su dolor e incomprensión

La ley del Homo Deus se cumple

Su ficción satiriza el sentido

Corroe los cuerpos, codifica las mentes

Solo un par de dígitos hará posible

El paso del corazón al espíritu

Y del espíritu a la máquina

Chirriar estridente su fracaso

Cuando las bestias permanecen orgánicas

Fieles a su violencia

Fieles a sí mismas

Así el proyecto antrópico se desmorona

Deviene en historia grotesca

que propicia, cínica, el desconcierto

La acumulación de los odios y las rabias

La rebelión de los energúmenos

El íntimo engranaje del ser

El atávico mecanismo

Sin alma ni arraigo.

jueves, 5 de junio de 2025

Idiotas ebrios de connotación

Mario César Ingénito dijo: soy un idiota ebrio de metáfora y exiliado de la crucificción de lo literal.

Le respondí: ergo, los poetas son idiotas ebrios de connotación.

martes, 3 de junio de 2025

La profesora de Escritura Creativa mostró en clases un ejercicio narrativo de mi autoría sobre el punki profanador de tumbas, para ejemplificar el manejo de la tensión, y un breve relato mío sobre un escritor encerrado en su pieza, llamado “el último capítulo”, para ejemplificar la elaboración de la atmósfera. En las dos ocasiones, ella me preguntó si podía presentar los textos, sin mencionar a su autor, quien suscribe. Para mí fue un orgullo. Eso sí, durante la lectura, me puse nervioso. Era evidente, pero nadie en el curso lo notó. Parecían tan absortos que solo siguieron escuchando atentamente. Yo y la profesora fuimos los únicos que comprendimos lo que estaba pasando. Así, mientras ella leía, una tensión velada iba en aumento, una tensión interior que parecía escribir un relato de la propia experiencia, un relato sobre la realidad de la lectura de un cuento basado, a su vez, en hechos reales. Ninguna insinuación tenía lugar ahí, solo el acto de leer invocando su comunicación implícita, y los textos siendo aludidos más allá de su referencia inmediata.

lunes, 2 de junio de 2025

Sobre "Himno de retirada. La muerte de la libertad de expresión y por qué nos saldrá cara" de David Mamet

El virus woke, al igual que el COVID, pasó de pandemia a enfermedad endémica, tratable con una simple dosis de raciocinio y pensamiento crítico. Afortunadamente, para bien de la humanidad, hoy vivimos su declive progresivo.

"Cómo la cultura woke nos empobrece intelectualmente y amenaza la democracia
Cada vez son más las voces que se alzan contra la insaciable tiranía de la corrección política. David Mamet, uno de los autores más importantes de las últimas décadas en Estados Unidos, expresa en estas páginas su hartazgo con la pendiente resbaladiza de la cultura de la cancelación y con la asfixiante atmósfera del neopuritanismo.
En Himno de retirada, el dramaturgo critica, se burla y disecciona el virus de la ideología de género, la Racial Theory y el resto de ideas que plantean una amenaza existencial para Occidente. En esta recopilación de ensayos, Mamet proclama un canto fúnebre por el librepensador en un momento en que las universidades, los medios y la política se han infestado de este moralismo pacato e intransigente.
En estas páginas se examina el descenso de Estados Unidos a los infiernos de la barbarie en los últimos años, auspiciado por la censura de la libertad de expresión en pos de evitar la ofensa a colectivos minoritarios. Mamet advierte de que la proliferación de literatura moralizante y adoctrinadora está creando entre las nuevas generaciones una mentalidad dogmática que impide asumir el carácter disruptivo, provocador, conflictivo e incómodo que ha caracterizado a la producción cultural bajo la civilización occidental."

domingo, 1 de junio de 2025

Los huesos bajo la casa de Cerati

"Soy un profanador/estoy desafiando al tiempo" El rito, Soda Stereo

Se descubrieron huesos humanos enterrados en la antigua casa de Gustavo Cerati. El hallazgo ocurrió después de haberla vendido y antes de comenzar con su demolición. Tiempo atrás, la casa había sido un geriátrico y algunos dicen que existió una capilla en ese mismo terreno. Cerati vivió allí a comienzos de la década del dos mil. Más tarde, la casa fue habitada por otros artistas.

Apenas aparecieron los huesos, se abrió una investigación policial para averiguar qué pasó realmente. Por supuesto, los medios y las redes explotaron ante la noticia, volviéndola viral y explotando el morbo. "Horror en Coghan", se lee en Página 12, aunque, sin duda, los más creativos son algunos usuarios que asociaron el hecho con las letras y los títulos de algunas canciones de Soda Stereo y de Cerati solista.

Así, por ejemplo, escribieron los siguientes comentarios : "Come de mí, come de mi carne, entre caníbales"; "Otro crimen quedará sin resolver"; "Quiero que me exhumes suavemente"; "El cuerpo del delito"; "Crimen fue una confesión"; "Se tomó el tiempo de desmenuzarlos"; "Sus manos siguen frías"; "No fue nada personal"; "las víctimas de Charly"; "me verán caer"; "soy un profanador, estoy desafiando al tiempo"; "usó su cabeza como un revólver"; "un zoom anatómico"; "somos cómplices los dos"; "no seas tan cruel"; y finalmente, la alusión directa a "Corazón delator", tema de Soda que se refiere al cuento homónimo de Edgar Allan Poe, un cuento que trata básicamente sobre un asesino que esconde a su víctima bajo las tablas del suelo de su casa y luego imagina que todavía está viva y que su corazón late fuerte: "Un señuelo, hay algo oculto en cada sensación".

Algunos de los chistosos que comentaron han sugerido incluso que Cerati pudo haber tenido algo que ver con las personas allí enterradas y, con una mezcla de humor negro y surrealismo, han pedido de todo, hasta "que lo revivan para que dé un último concierto y vaya a juicio". Más allá de cualquier rigor informativo y del debido respeto que merece la memoria de Cerati, no cabe duda que la noticia de los huesos despertó una cierta fascinación macabra que había permanecido oculta, una suerte de anti homenaje post mortem, con motivo de un posible crimen que solo existe en el imaginario musical de los fanáticos y cuya resolución podría perfectamente repercutir en el futuro.

Conversación con un amigo en España sobre la Crítica de la razón literaria de Jesús G. Maestro.

J.P: Yo intenté hacer mi tesis doctoral en teoría literaria a secas, pero ningún profesor quiso apoyarme en esa travesía. Me decían que estaba demás, que ya no tenía sentido. Me fui a la filosofía, ahí una vez hablé con un profe acerca de la teoría literaria y me dijo que ya no tenía sentido preguntarse qué era la literatura. Otra anécdota: en un seminario una vez opiné sobre unos poemas, que cómo podíamos estar seguro que esos "poemas" para mí panfletarios, eran de verdad poesía y no un discurso ideológico haciéndose pasar por literatura. Me respondieron que mi pregunta ya no tenía validez. O sea, si el autor decía que era literatura, literatura era y punto. Última anécdota, de las varias que tengo. Clase de filosofía sobre hermenéutica e interpretación. Foucault, Derrida, Barthes y algunos otros. Leíamos a Barthes, creo, tal vez a Foucault, sobre la interpretación literaria. Le dije al profe: si todo es interpretable, nada puede sostenerse, si no podemos responder qué es algo, cómo podemos interpretarlo. Me dijo que si quería pasara yo a hacer la clase. Esto es solo una muestra de lo que he visto y vivido en la Universidad Europea.

Me hizo todo el sentido del mundo lo que escribió el profe Jesús Maestro. Soy partidario de hacer teoría literaria con sentido y he vivido lo que ha hecho esta pseudo teoría a los estudios literarios. La sobre interpretación, el rechazo a lo formal, la Ideología como forma de hacer estudios literarios, los estudios culturales, etc. Te contara, te caes de culo. Yo he visto más abajo de la punta del iceberg en lo que está la literatura en Europa. Actualmente no se estudia literatura en la universidad, se estudia Ideología y se enmascara como literatura, así como pasa lo mismo en prácticamente todas las áreas humanistas... así estamos...

Yo: La postura de Jesús Maestro se opone precisamente a lo que conocemos como "estudios culturales" de literatura, que de literatura no tienen nada. Por eso él advierte una contaminación de la academia con teorías foráneas, teorías de calado posmoderno, mercantilista, que intentan encapsular lo literario dentro de un ámbito volátil y políticamente correcto, al punto que cualquier definición precisa sobre el término "literatura" acaba siendo relegada a un espacio marginal. Es paradójico, porque yo igual veo que existe la crítica, el nicho, el mercado literario, pero pareciera que está difuminado en diferentes discursos o en diferentes intereses. El punto es que si no podemos definir qué es literatura y qué no lo es, entonces cualquier cosa lo es, por lo tanto, la crítica y la producción literaria se vuelve estéril o derechamente un sinsentido.

sábado, 31 de mayo de 2025

Arthur Rimbaud, citado por Ricardo Piglia, sobre el cuento: "la visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato".
El blog cumple más de dieciocho años. El único espacio en el que he trabajado de manera ininterrumpida y obsesiva todo este tiempo, y el único libre de censura, cancelación y lobbismo de todo tipo. Solo el estilo forjando su propio carácter. 
Creo en la escritura sin filtros, porque creo fervientemente que lo más íntimo de uno mismo, la verdad dentro de uno mismo, no admite ediciones ni concesiones. Como dijo Antonin Artaud: "ahí donde otros exponen su obra, yo expongo mi espíritu".

viernes, 30 de mayo de 2025

Hay un sacrificio en levantarse temprano un día sábado y pegarse un pique tan lejos, pero tengo un propósito. Busco que todas esas incontables horas de lectura y desvelo, de constante y machacante ejercicio de la palabra, puedan encausarse, en un proyecto tangible, un proyecto que postergué durante años, producto de malas decisiones, situaciones peligrosas y vaivenes existenciales. Al carajo el lastre del pasado. En todo caso, que sirva de combustible para arrancar a toda pala. La respuesta siempre ha estado ahí, frente a la página en blanco, y no la había podido ver, hasta ahora. Que empiece el juego, otra vez.

jueves, 29 de mayo de 2025

Frente a la escritura chatgpteana, yo reivindico la escritura a pulso, que prueba la caligrafía, la ortografía, la habilidad psicomotora, la capacidad de redacción y la compenetración física y emocional con el texto y con el propio acto de escribir.

Mario Cesar Ingénito me dijo: "hasta que mil no te eliminen no estarás en el camino correcto". Paráfrasis de un apotegma sufi.

"Aún me falta entonces, seguiremos", le respondí.
Juan Villoro en la Conciencia narrativa, conferencia: "la supervivencia de la especie ha dependido, en gran medida, de las historias que se cuenta a sí misma".

miércoles, 28 de mayo de 2025

Tornado en Valparaíso: un desastre desconocido

“Un tornado arrasó a mi ciudad y a mi jardín primitivo”.

Sumo, Mejor no hablar de ciertas cosas

Un tornado arrasó Puerto Varas el día martes. Los vientos fueron feroces, dejaron una decena de heridos y destruyeron muchas viviendas. Sin duda, somos un país atravesado por desastres naturales, sobre todo sismos e inundaciones, pero sobre tornados no habíamos tenido suficiente registro. Al menos, hasta ahora. Según dicen, este extraño y amenazante tornado se manifestó debido a un fenómeno climático conocido como “la mancha cálida”, una zona del mar que ha subido su temperatura más allá del límite, provocando una acumulación de vapores de agua que aumentan la energía necesaria para la aparición de vendavales y huracanes salvajes.

Fue tanta la potencia del tornado en el sur que puso en alerta a todo Chile. Y, de paso, trajo a la memoria, cual escombro que vuela a través del tiempo, el registro de un tornado ocurrido en Valparaíso en el año 1991. Sí, Valparaíso también sufrió en su momento la arremetida de un tornado. Ocurrió durante la mañana del 19 de junio, en la zona intermedia entre el puerto y Viña del Mar, específicamente entre los cerros Recreo y Barón, alcanzando el sector de Rodelillo. Aquella vez, el tornado derribó antenas de radio, arrancó techumbres en el plan y en el cerro, dejó muchos lesionados e incluso provocó la desaparición de un niño.

El tornado porteño se mostró implacable. Voló una Comisaría de Fuerzas Especiales en Santos Ossa, atacó postes, casas y árboles en la República independiente de Playa Ancha, arremetió contra la Terminal Agrícola y Pesquera y contra la Maestranza de la Municipalidad en Portales. A medida que seguía avanzando, el viento soplaba cada vez más fuerte, seguido de truenos, rayos y relámpagos. Un gran estruendo asoló el anfiteatro de Valparaíso y sembró el pánico entre los porteños, sin miramientos ni contemplaciones. La Avenida España quedó afectada, llena de carteles de publicidad arrancados por las ráfagas de viento. La antena de radio Valparaíso cedió, y los servicios telefónicos quedaron caídos, dejando incomunicada a mucha gente de la comuna.

Lo ocurrido en Puerto Varas puede ser una señal, considerando que nuestro puerto ya fue afectado en el pasado, ¿será posible que un nuevo tornado pueda ocurrir en Valparaíso? ¿Estaría la “ciudad patrimonio”, nuestra ciudad estoica, preparada para enfrentar una amenaza de tales magnitudes? La ciudad se resiente, otra vez. El daño de Chile es el suyo propio. Mira con un trauma severo cualquier otra calamidad ocurrida en su país. Pareciera que el tiempo la embiste, destinada a perecer. Aun así, aguanta, porfiada.

Por Valpo han pasado amenazas de tsunami, inundaciones, lluvias torrenciales, una gran cantidad de temblores y terremotos, mega incendios, destrucción de inmobiliario público, “estallidos sociales”, la amenaza de explosión de un gasómetro, el deterioro progresivo de su forma y de su esencia. Nada de eso ha logrado tumbar por completo la ciudad. La han herido, sí. De gravedad, a punto de pasar a ser una sombra de lo que fue hace mucho en un pasado glorioso. Sin embargo, Valparaíso permanece de pie, desvencijado, desmoralizado, pero de pie. Si no está la suficiente voluntad para mantener a flote nuestra embarcación, si no basta con la iniciativa ciudadana ni con la agencia política de lado y lado, la ciudad, nuestra ciudad encontrará la forma de enfrentar el vendaval que venga, aun a costa de su futuro.