miércoles, 10 de noviembre de 2021

El androide aproximativo

Hace más de quince años (2005) escribí un poema llamado El androide aproximativo, en una especie de relectura del poema El hombre aproximativo de Tristan Tzara, mezclado con elementos alusivos a la ciencia ficción y la distopía tecnológica. En unos versos del poema, mencioné repetidamente a Bill Gates como personaje siniestro que, de alguna manera, preside esta especie de revolución del “androide aproximado”, el nacimiento del hombre-máquina. Hoy por hoy, en pleno contexto covid, luego de investigar el interés creciente de Bill Gates en el transhumanismo, me sorprendió la vigencia de estos versos, escritos, en un comienzo, como mero ejercicio poético.

Mientras deducen su velocidad,

él socava las vísceras del tiempo.

Mientras absorben su luz,

él entierra la médula del espacio.

El ejército del androide aproximativo,

la clave ancestral desbloqueada,

la abismal consecuencia de Bill Gates,

domador de programas y dictador tecnológico.

Desde el pasado, se describirá y revivirá

al desalmado substituto,

al único y cibernético substituto,

y este volará por lo remoto,

para desafiar a la gravedad:

poseída libido de la raza humana.

Y para que no quepa duda respecto a esta alusión, solo puedo señalar que Bill Gates recomienda de manera ferviente uno de los libros más famosos sobre el tema: Homo Deus: Breve historia del mañana de Yuval Noah Harari. En este libro, Harari señala que “los humanos no lucharán contra las máquinas, se fusionarán con ellas. Nos dirigimos hacia el matrimonio más que a la guerra”. ¿Qué puede ser peor que un futuro a lo Terminator? Uno en que el hombre sea inseparable de la máquina, y apenas distinguible de ella.

No hay comentarios.: