lunes, 15 de abril de 2024

En la escuela hicieron una efeméride por el Día del Carabinero. Aproveché de hacerle a algunos cabros de Cuarto Medio un trabajo con punto extra basado en el crimen del teniente Emmanuel Sánchez. Les pedí que escribieran una breve crónica relatando los hechos más importantes del caso, para luego plantear un punto de vista respecto a la delincuencia y la seguridad. Algunos cabros se interesaron más por el punto extra que por la suerte del teniente, cuya muerte no les conmovió demasiado. Pero al percatarse de la sonrisa burlona de Yolvi González, uno de los imputados venezolanos, esos mismos cabros mostraron indignación. "Basura, lacra" fue lo más suave que le dijeron. Los estaba paseando, y eso no lo podían permitir. "Si se pasea por mi barrio lo acribillan al perkin", comentaron algunos. Choreza pura. Incluso señalaron que solo ellos tenían el derecho de enfrentar a Carabineros, no esos delincuentes extranjeros. La indignación contra el imputado burlón continuó y volvió la actividad un rotundo éxito, por este mismo motivo. La risa del criminal que no siente ningún remordimiento por su crimen, del que busca la provocación como una forma de engrandecer su miserable ego, fue lo que les "pateó" a los cabros. En cierta forma, la burla les llegó de cerca, porque no solo iba dirigida a las fuerzas del orden: iba dirigida a todo Chile, ¡a ellos mismos!

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