martes, 31 de diciembre de 2024

Poder decir adiós

Hay en el adiós un deseo sublimado, el deseo de despedirse definitivamente de algo o alguien y consagrar lo despedido a Dios, a lo increado que lo trasciende todo. A veces, decimos adiós movidos por un ánimo benevolente, cerrando un ciclo de forma simbólica, o bien decimos adiós para nunca más volver y para desterrar de nuestro espacio y de nuestro tiempo aquello que se marcha, que no avizora un paradero conocido y que promete nunca regresar. En ambos casos, el adiós conjura una posibilidad. En ambos, se vuelve el mantra del destino, y quien lo pronuncia establece la medida de lo eterno. "Poder decir adiós es crecer", cantaba Cerati, porque el crecimiento implica un sacrificio, la superación de un estado anterior; "la vida sigue igual", cantaba Beto Cuevas, en la canción Tejedores de ilusión, porque la vida es la gran maestra que sigue su curso y arrastra el ciclo del tiempo consigo. Pero siempre abrigaremos en nuestro corazón una historia eternizada, una eternidad histórica que hará del mito su propia verdad. 

Juramos a Dios para que sea un hasta pronto, porque siempre se vuelve al origen, llegado el fin. 

martes, 24 de diciembre de 2024

Sobre el origen histórico de la Navidad y las antiguas Saturnales

La verdad es que no hay una fecha definida en los Evangelios para el nacimiento de Jesús. Debería ser en primavera, según algunos entendidos. Pero este dato no debiera por qué desanimar a los cristianos. En realidad, el 25 de diciembre fue establecido como fecha oficial del Nacimiento, por la mismísima Iglesia Católica, durante el papado de Julio I, en el siglo IV. Luego, con el auge del emperador Constantino, se extendió el culto cristiano de manera libre y abierta. ¿Y por qué el 25 de diciembre? Porque coincidió con los cultos paganos de los Saturnales, celebrado todavía por los romanos arraigados en sus tradiciones. La celebración a Saturno, dios de la agricultura y del tiempo, se realizaba entre el 17 y 23 de diciembre. La fecha coincidía además con el día del Sol invicto, asociado a Apolo, en la fecha del solsticio de invierno. Con este intercambio cronológico, con este sincretismo mítico, Jesús se volvió así el nuevo Sol para iluminar el mundo, el redentor, el milagro del cielo. Una conjugación de eventos cargados de un sentido trascendente, y que, juntos, construyeron el relato navideño para la posteridad, el relato de congregación, de regeneración.
Regreso a la crónica, inspirado en Navidad. Intento afinar el estilo de antaño, ya conocido por todos, aunque con los conceptos e ideas actuales:

Se aproxima la Nochebuena. Tras el ajetreo de la gente, imbuida por el espíritu navideño, afloran varios tipos humanos: las familias en los supermercados que compran la mercadería de Navidad a última hora; los ambulantes y su venta compulsiva que atesta el plan de la ciudad con sus puestos furtivos, llenos de toda clase de objetos y chucherías; los autos y los colectivos en panne producto del atochamiento vehicular, rumbo a sus casas para reunirse en torno al arbolito y el pesebre, o rumbo a los centros comerciales para las compras de último minuto.

Cada uno de estos tipos humanos se ha tomado la vida pública a vísperas de Navidad, dejando en evidencia, con su pasar frenético, una devoción sacrosanta al consumo o, si somos amables, a la cosa rutinaria y mundanal que precede, necesariamente, al acto ritual del nacimiento crístico.

Otros tipos humanos menos escandalosos se esconden detrás de la masa: el niño corajudo y vital que camina en plena calle, contra el tráfico, para venderle a los conductores algunas tarjetitas de navidad, tarjetitas que más de alguno colocará en los regalos destinados a sus propios hijos. Ese niño puede que no reciba un regalo con tarjetita, pero sabrá estar en paz con el solo hecho de haberla vendido a alguna familia constituida. El pequeño mensajero de los presentes tendrá su propia caravana veraniega, su propia misión estoica y generosa, aunque ya no cuente con el viejo pascuero en el reino de su imaginación.

El último tipo humano quizá sea el cristiano que, pese a su soledad, se siente en compañía consigo mismo y hace suyas las figuras de los Reyes Magos, de María, José y el niño Jesús, y los cobija en su lecho, porque entiende, de una manera muy rústica, pero auténtica, que el Nacimiento es una alegoría de su propio ser interno, que el Cristo vive en él, durante la noche mágica, aunque solo cuente con un techo en el hogar de Cristo; porque suya es la luz del Señor, aunque solo cuente con la luz de la luna como bálsamo para el alma.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Mercurio retrógrado

Mi ex me contó el otro día que, durante Mercurio retrógrado, pasaban muchas cosas inauditas. Atribuyó al fenómeno astronómico la ruptura entre su cuñado y su hermana, y de paso, deslizó también el efecto hacia nuestra relación. Cuando le conté que me habían echado del colegio, sugirió que podía deberse al “momento de crisis” experimentado tras la órbita del planeta.

¿Cómo se explica que ella crea en esto? Siempre hay una explicación lógica y científica, la cual subraya el carácter de ilusión óptica del movimiento retrógrado, toda vez que los planetas orbitan a diferentes velocidades, causando esa sensación de retraso y lentitud en Mercurio.

Para la creencia astrológica, dicha ilusión encierra un enigma que data de los orígenes de la civilización. En específico, en la cultura babilónica consideraban que los planetas y estrellas eran manifestaciones de los dioses, por lo que cualquier movimiento era una señal sobre el destino de los ciudadanos.

El nombre Mercurio es la reencarnación romana de Hermes, el mensajero de los dioses para los griegos. Era el que comunicaba a los dioses con los mortales, presidía los encuentros y las asambleas, maestro de la elocuencia, guardián de los viajes tanto físicos como interiores. Era, además, el guía de las almas humanas en su camino hacia el inframundo. Sus dones eran los de guía, guardián, asesor y comunicador.

Se trata, si se permite la metáfora, de un “coordinador metafísico”, encargado del “cableado” entre los mundos y los seres. Por eso, si el movimiento de Mercurio fallaba, o se retrasaba, la conexión entre los planos elevados e inferiores se perdía. No había comunicación posible. Se perdía la sintonía y reinaba la disonancia, provocando malos entendidos, pérdidas de alineación y de expresión genuina.

De una forma profana, lo “mercurial”, asociado a lo cambiante, a lo volátil, a lo errático, se habría manifestado en nosotros, en nuestras circunstancias vitales, empujándonos a situaciones irreversibles, desviándonos del camino trazado con amor y dedicación.

“El viento apaga la vela, pero enciende el fuego”, dijo mi ex, muy misteriosa, luego de conversar, largo y tendido, aquella vez que nos juntamos, tras mencionar lo del Mercurio retrógrado. Lo cierto es que la frase está atribuida a un tal Nassim Nicholas Taleb. Le manifesté que era una frase ad hoc, muy apropiada, pero que no sabía a qué venía. Ella solo dijo que ya tenía tarea para la casa: averiguar su significado.

¿Para reinterpretar lo nuestro? ¿Para reflexionar sobre los cambios abruptos en esta época del año? ¿Para buscar en los astros las respuestas que no encontramos acá en la tierra, por incomprensión, por frustración?

De todas formas, hay una relación oculta entre la frase y Mercurio retrógrado. Si lo vemos de manera simbólica, hay un nexo entre el viento, el fuego y el planeta del dios mensajero, un nexo que, si se lee y se descifra bien, puede tener un alcance trascendente.

De partida, Mercurio retrógrado representa una crisis, y esa crisis puede tanto condenarte al silencio y al abismo, como empujarte hacia otros rumbos desconocidos, aciagos, aunque abiertos a la experiencia. El viento es lo adverso. Una llama débil puede sucumbir ante su amenaza. Sin embargo, un fuego intenso se alimenta con ella. Y no hablemos de incendios alimentados con el calor satánico del verano. Hablemos de fuego interior, de pira prometeica, de voluntad ígnea.

Si uno logra reactivar ese fuego, entonces, puede reconocer el camino que lleva de regreso a la órbita trazada. Con sumo estoicismo, puede restablecer el equilibrio y no claudicar ante el flujo mercurial de los acontecimientos.

Hay en esta interpretación una magia vetada al escéptico, un sentido poético en un texto que se niegan a leer, por dogmatismo, materialismo o positivismo. Con la suficiente imaginación se puede revertir la lectura lineal de la realidad, y lo que parecía evidente, resulta, a la larga, un intenso ejercicio hermenéutico. Si aquel trabajo no nos estaba permitido, si dicho amor no nos estaba destinado, tal vez sí era posible, desde el punto de vista de los astros, reconectar con la fuente de nuestros deseos. Volver sobre nuestros pasos y regresar al origen.


domingo, 22 de diciembre de 2024

"Todo encaja en todo armoniosamente" Hernán Miranda Casanova

El macho encaja en la hembra y la hembra en el macho
tal como el cuchillo encaja en los labios de la herida sangrante
y el árbol de corteza arrugada en el paisaje que lo rodea.
Cada palabra encaja como un rompecabezas dentro de lo conversado
así como una mirada encaja entre otras miradas
o la columna atacante en el espacio del enemigo
que se repliega a duras penas.
El extremo oriental del Brasil encaja en la costa occidental de África
y el cuerpo del atormentado en el instrumento que lo lacera,
la mano del ladrón con su presa.
El vuelo de un pájaro y la caída de un pájaro encajan
y el fusilado en las balas que lo perforan
y el niño en su madre
y una boca que besa en otra boca que devuelve el beso.
La línea quebrada de las montañas encaja en la línea quebrada
del cielo que hay sobre las montañas.
El río encaja en su cauce
el mar en su lecho cóncavo
y en su cuenca el ojo lloroso y la llave en la cerradura.
Todo encaja con todo
y no parece tarea fácil desligarse de este designio.
Cómo separar al muerto de su ataúd
o la partida del viajero de su regreso.
Todo se relaciona con todo
y hasta el que se esconde en una isla solitaria
encaja como un alfiler en la solapa del olvido.
Cada cosa se disuelve dentro de otra
y hasta “el camino de subida es el mismo camino de bajada”.
Al poema le es dado envolverlo todo,
evidenciar las relaciones que hacen posible
la armonía del caos.

Del libro “De este anodino tiempo diurno”, 1990
Hernán Miranda Casanova.

viernes, 20 de diciembre de 2024

Nueva crónica que trata sobre la búsqueda de trabajo. La vida del profesor, a ratos, se debate entre la ficción y la realidad, entre lo posible y lo imposible:

Recorrer el centro de Curauma a pie, en búsqueda de pega, se sintió como un auténtico peregrinaje. Bajo un Sol que abrasaba, la faena adquirió de pronto un carácter penitente. Cada paso hacia el próximo colegio, curriculum en mano, era, en sí mismo, un ejercicio estoico. Si se lee de manera existencialista, un viaje arduo a la espera de la institución que me abra las puertas, como en un regreso a tierra desconocida.
Para no perderme, busqué en el GPS las escuelas más cercanas a mi radio de acción. Así, caminé un buen tramo y pude arribar a cuatro, hasta encontrar un colegio que llamó mi atención poderosamente: el Colegio Miguel de Unamuno. Me sentí obligado a pasar por ahí. El solo nombre del escritor me convocó. Así que caminé rumbo al colegio del escritor, a ver si allí se dignaban a contratarme y contar con mis servicios.
La ruta no fue expedita. El Sol pegaba fuerte contra el asfalto y las calles con sus esquinas se volvían más inaccesibles. En una, había que cruzar un sendero de arena. En otra, había que subir una calle muy empinada, tal como en Valparaíso.
Al llegar con la dirección que me indicaba el mapa, di con el colegio. Estaba instalado delante de una arboleda y alrededor de la cuadra no se percibía pasar a nadie. Seguramente, ya los estudiantes habían terminado su año escolar y solo quedaban los profesores y los auxiliares puertas adentro, a realizar una labor entre monástica y burocrática.
Primero accedí a un camino empinado, creyendo que allí estaba la entrada al colegio. Pero no. Solo encontré un muro de concreto que se prolongaba hasta cerca de unos troncos. Así que bajé de regreso y me dirigí a la calle de más abajo, en horizontal. Caminé unos cuantos metros más y logré dar con una puerta metálica. Toqué el timbre y me abrieron. Allí dentro solo estaba la secretaria, quien recibió mi currículum de manera muy amable.
Le pregunté a ella si ya habían terminado el año. Me respondió que sí, que ya no asistían los estudiantes. Y luego le consulté sobre los profesores. Dijo que estaban en su sala. No todos, algunos. Entonces era cierto que, pasado el año lectivo, la labor de los docentes era netamente administrativa, a ratos, una que otra actividad de esparcimiento, pero, en el fondo, se trataba de actividades propias de un pálido funcionario: papeleos, rendición de cuentas, planificaciones y cumplimiento de horario, como si las horas allí dentro pasaran a un ritmo diametralmente distinto al mundo de afuera, como si estuviesen suspendidos en un plano nebuloso.
La pura referencia a ese periodo posterior al año lectivo me hizo comprender que el tiempo de los docentes, durante el cierre de semestre, previo a vacaciones, tenía algo de neblinoso, de algo que aún no termina de ocurrir, un mero ejercicio de transición, y así me sentía yo, en un limbo, fuera de juego, en un cavilar constante.
Salí del Colegio Miguel de Unamuno como el personaje de Augusto Pérez hubiera querido salir de la novela que habitaba: prosaico, aunque impulsado por un deseo recóndito, el deseo de enfrentar al verdugo de la realidad y reescribir mi historia en el sistema educativo, esa nívola llena de ilusiones y de erratas. Comprendí que también en el profesor, así como en el escritor, descansaba la paradoja de la vida.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Y yo me pregunto: si los editores, poetas y escritores caen también en prácticas mafiosas y deshonestas, ¿qué los diferencia de un operador político? Me atrevo a ir más allá ¿qué diferencia al mundo literario del mundo político, si incurre en prácticas similares?

Dies Irae: Un paseo por la tienda Riffs y la Anarko Metal Shop

Fuerza para José “Toño” Cabezas.


Tras la noticia sobre el lamentable accidente del “Toño Cabezas”, fundador de la banda Betrayed y leyenda viva del metal porteño, supe de un amigo suyo, Eduardo Saavedra, “Lalo Thrash”, que tiene una tienda de discos y poleras metal en Viña. La tienda se llama “Riffs” y se encuentra en el Paseo Cousiño, cerca de calle Viana.

Hasta ese entonces, la única tienda metalera de la cual tenía conocimiento y que frecuentaba muy seguido era la tienda del “Toño”, la “Anarko Metal Shop” ubicada en la cima de la galería Tres Palacios de Avenida Pedro Montt, Valparaíso. Había que subir ese camino de caracol como quien se aventuraba hacia una dimensión “under”. Por lo mismo, recorrer esa galería y dirigirse a la tienda tenía una mística, porque se trataba de la única tienda porteña especializada en material exclusivamente metalero.

Sin embargo, también existía esta otra tienda “Riffs” y el propio Lalo Thrash dijo que la tenía hace ya más de diez años. La tienda del “Toño” es más antigua eso sí, y data, según entiendo, de los años noventa, un verdadero baluarte que, pese a la banalización, aún mantiene su vigencia. Entré a la tienda del Lalo Thrash. Tiene menos espacio que la del Toño, pero lo compensa con discos, vinilos y cassettes que son verdaderas joyas, auténticos “filetes”, inclusive rarezas que jamás habría pensado encontrar en formato físico. Así, por ejemplo, me interesé, de inmediato, en álbumes de Voivod, uno de Paradise Lost, otro de The Gathering, también de Type O Negative, y gran parte de las leyendas del heavy: Saxon, Maiden y DIO.

Cuando investigué un poco más, di con un disco que sencillamente no me esperaba: uno de Devil Doll, banda experimental de fines de los ochenta que mezclaba metal, música sinfónica tenebrosa y vanguardia, en una propuesta, en sumo, arriesgada. De inmediato, le mostré la joyita al Lalo: Dies Irae. “Son raros. Es como King Diamond con música de cámara”. Asentí y repetí la palabra bizarro, para entrar en sintonía con la visión de Mr Doctor. Me llevé el disco, sin pensarlo demasiado, ya que se trataba de un disco exclusivo, prácticamente inexistente en otra parte.

En eso, fue inevitable recordar al “Toño Cabezas”. “Acá hay puras joyitas”, le mencioné al Lalo Thrash. “Acá estamos hace como diez años”, respondió, breve y escueto. Luego le conté que la única tienda de metal que conocía era la Anarko Metal Shop, al menos la única de la Quinta. Entonces, el Lalo me preguntó si sabía lo que le había pasado al Toño. Le contesté que por supuesto, que lo habían atropellado, que, hasta donde yo sabía, se encontraba estable, pero muy delicado. La preocupación por el estado de salud del Toño, de hecho, fue gigante, entre los miembros de Betrayed y gran parte de la escena metalera local. Era cosa de ver la cantidad de seguidores atentos a cualquier novedad tras el comunicado de la banda. Me di cuenta que el Toño era muy querido entre la fanaticada y había, por ende, una gran hermandad que resurgía cual fénix en momentos oscuros.

Hacía poco había ido a la Anarko Metal, antes de Halloween, para comprar el disco Bajo una luna cámbrica de Dorso. Cuando uno llegaba pasadito la hora de almuerzo, era común ver a algunos amigos del Toño vacilando sus buenos tarros para luego ir a comprar chelita en la botillería. Al Toño también lo solía ver en el Baranda Bar, el ex Keops, un antro clásico donde todos los rockeros y metaleros del puerto iban a ranciar o a hacer la previa para luego ir a las tokatas. Por eso se le extraña, por su cercanía y buena onda. Y, por lo mismo, resulta algo chocante imaginarlo en otro contexto que no sea el de la buena música metal.

Salir a tomarse un copete de madrugada por la noche porteña se ha vuelto un auténtico ejercicio temerario, porque te pueden asaltar o te puede atropellar un conductor imprudente en estado de ebriedad o de intemperancia. Hay recorridos carreteros que ya lamentablemente no se pueden hacer, por temor a la parca o por temor al diablo, al diablo personificado en cualquier “pinganilla” de la esquina. La verdadera sombra asecha, sin duda, luego de una desenfrenada jornada de esparcimiento. Lo bueno es que todavía se puede sobrevivir, con un poco de apañe de los amigos, como hubiese cantado Joe Cocker. Así lo supo el gran “Toño Cabezas” y por eso mismo se mantiene cual viejo roble, resistiendo, resonando cual riff estridente desde las entrañas del inframundo.

Antes de salir de la tienda Riffs, a propósito, el “Lalo Thrash” me avisó que Betrayed realizaría un concierto a beneficio, concierto al cual de seguro voy a asistir. No me contó en qué local se haría, aunque la banda pronto daría aviso a sus seguidores, para realizar el evento a beneficio del querido “Toño”. Busqué el significado de “Dies Irae”. Se trata del “Día del Juicio Final”. La compra de ese disco no era coincidencia, era una señal, señal de que a todos nos toca enfrentar ese día, y señal de que algunos todavía permanecen entre nosotros, para dar la pelea y demostrarle al de la guadaña y al mandinga que hay metal y hueveo para rato.

lunes, 16 de diciembre de 2024

A propósito de "Nunca salí del horroroso Dungeon" de Pablo Rumel: Recuerdos de la era gamer

Leer el artículo sobre Dungeons and Dragons me hizo recordar aquella época de gamer, desde fines de los noventa hasta principios de los 2000. Partí con las consolas Super Nintendo y Nintendo 64. La leyenda de Zelda me voló la cabeza. Fue mi primer acercamiento al escenario RPG, role playing game. Luego, siguió la locura de la Play con Final Fantasy y Chrono Cross, franquicias que profundizaron aún más en el juego de rol prototípico, con toda su imaginaría épica y maravillosa. 

Tenía un par de amigos gamer con los cuales compartía experiencias de juego y compraba revistas, la Club Nintendo recuerdo, en aquella remota época pre internet, una época en que lo análogo era como el campo abierto, en que las horas perdidas de sueño tratando de pasar los niveles se sentían como horas infinitas recorridas a pie, con espada y escudo en mano. Se sufría y se sentía la "sombra del éxtasis", a decir de Bolaño, en esas extensas jornadas. 

Más tarde, cuando comenzó a masificarse internet, y ya contábamos con un computador en la casa, llegaron los juegos en línea. World of Warcraft y Lineage eran los universos de cabecera, experiencias mucho más abiertas y dinámicas, a la vez que aguerridas, en las que la relación con el avatar era mucho más simbiótica. 

Me compré una copia del Ragnarok. En aquella época venía en promoción junto a la incorporación de tu personaje. Fue mi primera experiencia de rol en línea, junto con otros jugadores, dentro de las denominadas campañas o partys. Se sentía como en una verdadera cruzada, toda vez que los RPGs de plataformas eran más como una "iniciación", una aventura solitaria, como la del héroe campbelliano llamado a la aventura mítica, en una suerte de transformación interior. Y así se sintió en efecto. 

Las partys de los juegos de rol en línea fueron, en cierta medida, la extensión de esos mundos de calabozos circunscritos a la consola física. Había ahí una transmutación del rol, una evolución del gamer que, irremediablemente, tuvo luego su momento de decadencia. 

Después de esa infinita posibilidad latente, estaba el riesgo de caer en el vicio, de nunca dar por terminada la partida, de ceñirse a una experiencia ilimitada, pero sin un clímax ni un remate de antología, como el de los videojuegos autoconclusivos de mi infancia. 

Entonces llegó la Universidad, y con ella, una era preñada de nuevas lecturas y nuevas emociones. Como en un juego de rol demasiado real, conocí los vericuetos de la academia de pregrado, las salidas a carretear en antros nocturnos. Profundicé aún más en la literatura, leí libros que entraban en sintonía con mi nueva sensiblidad. 

El nuevo rol a interpretar era el del lector aficionado y el del escritor emergente. Dejé para siempre la afición a los juegos de rol en línea, como quien supera un calabozo que parecía imposible, solo para adentrarme en uno mucho más cabrón. 

De tanto en tanto, sigo recordando con suma nostalgia esa etapa de gamer apasionado. De hecho, fueron mis primeros pasos en la escritura temprana, toda vez que resumía manuales enteros de jugabilidad y diseñaba, incluso, mi propia aventura épica, inspirada en el anime y las plataformas de segunda y tercera generación. 

Hoy, con más sabiduría y altura de miras, llegado a cierto "checkpoint", guardo la partida y vuelvo sobre aquellos años y sobre aquellos parajes, para desenterrar sus tesoros escondidos y volver a jugarlos, volver a escribirlos, a la luz de los desafíos presentes. Siempre supe, en el fondo, que el juego y la escritura me estaban destinados.

domingo, 15 de diciembre de 2024

"Espiritualidad y literatura: una relación tormentosa" de Juan Liscano

"El hombre de letras, el artista, yo mismo, no tengo derecho a obrar sobre el mundo sino en la medida en que puedo obrar sobre mí mismo. Pero la literatura debilita el esfuerzo hacia una ascesis personal cuando impera en ella el sentimiento de compensación o bien se erige en impedimento mayor cuando se pliega a los condicionamientos que propician el éxito, o se extravía en el cultivo de tautologías hedonistas.

Las cosas están detrás de las palabras. Son la realidad. En el momento en que las palabras entran a sustituir las cosas, impiden una toma de contacto completa con la realidad. Y se crea la ficción. Disipados los fantasmas de la mitología, fallecidos los dioses, perdidos los sustentos religiosos, ahogada la magia, decaído el verbo, no se puede pretender sustituir aquellas virtudes lustrales del lenguaje literario con la adoración del artificio del texto, con lo puramente escritural, con los signos en rotación."

sábado, 14 de diciembre de 2024

Sobre el oficio de escribir y la imitatio del estilo, a raíz de Tu enfermedad será mi maestro de Cristian Geisse

Yo: Para poder perfeccionar el estilo narrativo, hay que leer, leer y leer, sobre todo a los clásicos y, además, a los escritores vigentes que circulan en el medio. Se trata de una práctica solitaria, pero la escritura se "foguea" también en el campo simbólico.

Mario César Ingénito: Borges mientras pudo ver usó la imitatio tradicional. Copiaba las obras de autores que le gustaban, y así mataba mil pájaros de un tiro ya que internalizaba el estilo, la perifilosofía, la retórica, la sintaxis, la gramática, etc.

Yo: los apócrifos de Borges funcionan muy bien dentro de su universo. Al escribir siempre hay un sedimento de aquello que lees de manera significativa. Los símbolos, las imágenes y las metáforas de otros se adhieren al imaginario propio incluso de manera inconsciente. Lo importante es tener plena consciencia y saber ejecutarlo con estilo y rigor.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Se viene siguiente libro de cuentos: Onirómano:

"El libro comienza con un relato que nos habla de los sueños, moviéndose entre figuras imposibles, laberintos. El ritmo narrativo se presta para este juego de las escaleras, además de dibujar una psiquis en medio de tanta confusión. Este es un detalle más que relevante, dado que los sueños funcionan como regulación fisiológica a nivel emocional; una suerte de catarsis a través de recuerdos, al igual que sucede con la literatura. En ese sentido, nos encontramos con un hombre que se queda dormido en el bus, un guion incompleto de telenovela relacionado con el pop, Pablo de Rokha en pleno Festival de Viña del Mar, el inquilino de una casa donde ocurre un asesinato, dos chicos que comparten sus experiencia oníricas en Valparaíso, la lucha entre las acciones cotidianas y la intelectualidad, la pureza cinematográfica de Audrey Hepburn, una radio misteriosa que nos acompaña en el silencio, una criatura de otro plano, y hasta una relación entre las obras de El Cubo y El Resplandor.

El formato de cuento y microcuento encaja adecuadamente con el reino de los sueños, dejando ese sabor de boca que uno siente al despertar: es casi una idea, pero no tanto. Nos convoca y a la vez nos aleja. La sensación es más importante que la noción de coherencia, liberándonos de las ataduras que presenta la literatura. Y muchas veces se trata de un mundo hostil, como cuando llegamos a ese relato que mezcla el cyberpunk y Slayer; un campo de batalla contra nuestros demonios internos. También nos vemos en medio de una noche oscura de Halloween, figuras geométricas y preguntas literarias, músicos fallecidos y ciencia ficción, un misterio literario no resuelto, luces de Navidad que despiertan recuerdos, el surrealismo empapado de nazis, una plaza sin nombre que nos muestra cómo las capas de realidad y sueños se entrelazan, un set de filmación que rompe las barreras del cine, un poeta sospechoso, un sueño de terror y otro abocado al teatro, desencadenando esa preciosa explicación de Goethe para con los personajes: una reflexión profunda sobre la interpretación.

El ambiente a veces ocurre en Chile, mientras que otras veces el mar lo inunda todo con la memoria emotiva del cine, los libros y la música. La sensación de desasosiego se aviva en medio de conversaciones, con inscripciones que dejan pensando, una casona similar a Silent Hill, un páramo postapocalíptico, reflexiones sobre la pérdida, la resolución de nuestras ansiedades a través del pago de una deuda simbólica, cartas de tarot que custodian secretos, una noche de sexo caótico y una habitación llena de símbolos, el doppelgänger de un nombre que nos arroja a la cara la falta de identidad, el tornado como una forma de escape a la ansiedad, un matrimonio inexplicable, la ficción como una escalera de caracol interminable en pleno Valparaíso, un tiroteo en medio de la infancia, un árbol gigantesco y una promesa, la eterna lucha entre sentirse alumno o profesor, el fracaso y la lluvia que no permite descansar, una bruma tóxica y el fantasma de Lenin, una espada corroída por la poesía, la política como un insecto gigante que amenaza a la gente, el insomnio como un infierno y un exceso de realidad.

Los relatos adoptan todas estas formas, dejando a libre interpretación el legado de la lectura, permitiendo que nos acomodemos en el escenario, siempre interesados en la forma y el desenlace. Las proyecciones causan un efecto importante gracias a esta arquitectura lúdica e ingeniosa, recorriendo bares de mala muerte, agujeros insondables, obras clásicas de Edgar Allan Poe, enfermedades que se roban nuestra humanidad, círculos literarios viciados a modo de novela negra, la constante duda entre ser la víctima o el asesino.

Cada tramo y cápsula de relatos tiene una cita que nos ayuda a descifrar lo que vendrá. Parece un trabajo de relojería que, curiosamente, se aleja del tiempo. Que incluso nos amenaza con el plano espacial como plataforma para despertar nuestros peores miedos."

miércoles, 11 de diciembre de 2024

De satanismo y narco devoción: pandemonio hispanoamericano

Un experto en sectas dijo que lo de la decapitación del reo en Concepción, presuntamente, a manos del “Indio Loaiza”, le recordó mucho al crimen cometido por La familia, liderada por Charles Manson, contra Sharon Tate. La brutalidad y sangre fría son similares, aunque el contexto y los motivos son muy distintos. Aquí se trató, según dicen, de un asesinato con características de “ritual satánico”, ya que en la celda había inscripciones de pentagramas y símbolos como el número 666, el “número de la bestia”.

Nada de esto está confirmado. De hecho, muchos niegan que se trate de algo vinculado a una secta criminal. Incluso, se ha afirmado que al “Indio Loaiza”, sencillamente, le entró el “demonio”, pese a su prontuario delictivo. La investigación no ha arrojado todavía ninguna luz suficiente para aclarar este oscuro caso. Sin embargo, el vínculo entre la espiritualidad negativa y el crimen organizado es más estrecho de lo que se cree.

El terreno de lo oscuro está más próximo de lo imaginable y subvierte el límite entre lo ilegal, lo bárbaro y lo profano. Satanismo, brujería, magia negra, canibalismo, son todas prácticas propias de bandas criminales extranjeras. Hay una religiosidad sincrética en el mundo del narco latinoamericano que subvierte las formas y condensa, como en una “alquimia siniestra” el perverso imaginario místico.

Sin ir más lejos, en El Salvador, los Mara, más conocidos como los “Mara Salvatrucha” adoran a la “Santa Muerte” en narco altares, donde son ofrecidos animales y hasta humanos en sacrificio.

En República Dominicana están “Los Trinitarios”, que hicieron de las suyas hace poco por estos lares. Tras su captura, la PDI encontró un verdadero culto lleno de frascos con sangre, simbología satánica y otras ofrendas escabrosas.

En México, por su parte, está el cartel de “Los Caballeros Templarios” (irónico nombre), cartel dedicado de lleno al narcotráfico, al secuestro y a la extorsión para conseguir sus perversos fines, como si fuesen la sombra del espíritu de aquellos bizarros caballeros medievales. Tienen un salvaje rito de iniciación dirigido a los primerizos, que consiste en comerse un corazón humano. Puro canibalismo en los bajos fondos astrales. Barbarie interior.

En Perú, no hace mucho, fue detenida una banda llamada “Los satánicos de la Siberia”. Aparte de drogas, armas y municiones, los policías encontraron intestinos de animales colgando en cables. Se trataba, nada más y nada menos, que del culto a la “Santa Muerte”, tal como lo hacían los Mara.

A este mismo ídolo se encomendaban “Los Lobos”, una banda criminal ecuatoriana que también había abierto sus fauces en Chile. Luego de su detención, se incautaron tampones llenos de ketamina que las mujeres integrantes de la banda usaban para traficar la droga sin ser descubiertas. Uno de los narcotraficantes contaba con un registro en el que, con suma devoción, veneraba a la famosa “Santa Muerte” para pedirle éxito en sus operaciones. ¿No les recuerda eso a la novela La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo?

No es de extrañar entonces, dado este verdadero culto a la muerte, que la imaginería satánica detrás de la decapitación en la cárcel de Concepción tenga algún vínculo con esta faceta macabra del crimen organizado. Muy a pesar nuestro, ha esparcido sus tentáculos mortales en Chile, país del fin del mundo, a vista y paciencia de una fuerza estatal inoperante. El satanismo y la práctica pagana oscura son, en definitiva, una cosa identitaria para estos agentes corruptores, nunca una mera extravagancia.

Surge una batahola de interrogantes que conspira tras la sangre de los hechos. ¿Qué hay detrás de toda esta maldad? ¿Cuál es el trasfondo real de este pandemonio? Nayib Bukele, muy conocido por sus políticas severas, afirmó que la lucha contra el crimen es también, en cierta forma, una “batalla espiritual”, una en la que se procura mantener el sentido de lo humano frente al descalabro moral y valórico, frente a la desviación de la esencia, frente al libertinaje, la impunidad y la subversión de lo correcto, seguida muy de cerca por la relativización y la disolución de ciertos principios básicos que, durante mucho tiempo, fueron el baluarte de la civilización occidental. 

¿Qué queda por hacer, tras la avanzada barbárica que se nos viene encima, causada por los señores en las sombras y por las consecuencias kármicas del propio sistema? Por lo pronto, prepararse para lo peor, comenzar un entrenamiento adecuado y agudizar el espíritu crítico, para no perder la cabeza en el intento.

martes, 10 de diciembre de 2024

Demasiados acontecimientos paradigmáticos uno tras otro, y muy poco tiempo y espacio para escribirlos. La posible avanzada nuclear de Rusia, el conflicto en Siria y ahora la decapitación de un reo con ritual satánico incluido. Ya lo dije hace muchísimo en mi tesis de licenciatura: el mundo es un pandemonio.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Breve relectura de Ginsberg (poema)

He visto a los mejores escritores de mi generación

Fascinados con los cantos de sirena del progresismo

Empachados de materialismo dialéctico

Poseídos por un espíritu de deconstrucción y por un embrujo iluminista

Entregados de lleno a la pura inmanencia

Sin otra palabra que la efímera ni otro horizonte que el ocaso.

domingo, 8 de diciembre de 2024

Evoliana

Yo: El mundo moderno con sus diferentes cabezas es lo que se combate

El mundo posmoderno diría yo, y su disolución en todos los ámbitos de la vida

Cualquier frente que combata este mal para mí es bienvenido

Hay que reivindicar, por ende, el concepto de ser humano, pero un ser humano apegado a Dios, con metafísica y tradición

Desconfiar del concepto de progreso ilustrado y del positivismo y el materialismo reinante

Traer a la luz el mito y el símbolo, la trascendencia

Pablo Rumel Espinoza: e impulsarlo dentro de la literatura, yo soy firme creyente que un ser humano que carece de educación literaria vivirá ciego y muerto en vida.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Retrovisión (poema)

La luz se dobla temprano alrededor del caminante

El artillero susurra suavemente su sombra en la pared

La multitud estalla desde dentro,

Un animal solitario hurga en la basura

Antes que los energúmenos se tomen el espacio

Nos encierran en una coraza y blandimos nuestra materia

Cuerpos enfermos corren rumbo al vacío

Toda la noche, los ecos de cabezas suspicaces

Sobre el cielo rojo, la cámara está filmando

Caídas las estatuas, caídas las banderas

El mundo se está moviendo estrepitosamente

¿hacia el precipicio? ¿hacia el fuego sagrado?

¿hacia un perverso cambio en las reglas del juego?

De todas maneras, nuestros libros ya han visto la luz

Sin embargo, no han callado su sombra

Y no hay forma de enmendar las palabras acribilladas

No hay forma de recuperar el estado de cosas

Previo a nuestro calamitoso desencuentro

Los hechos están consumados y las razones consumidas

En la última noche, entonces, beberemos

Beberemos para purgar nuestras contradicciones

Nos mantendremos despiertos, volveremos a aquella época

Y escucharemos a los vecinos arrojar sus fuegos artificiales

Joviales y penitentes, en la zona cero de la historia.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Las creadoras de ángeles de Nagyrév

Fin de la Primera Guerra Mundial. En Hungría, al sudoeste de Budapest, se ubicaba una pequeña aldea llamada Nagyrév, con un poco más de 800 personas. Una comunidad sencilla sin muchas historias que contar. Eso cambiaría en 1911, con la llegada de Zsuzsanna Fazekas, una viuda cuyo esposo había desaparecido en circunstancias confusas, quien se convertiría en la doctora del pueblo por sus conocimientos en medicina y farmacéutica.

El periodo de guerra fue especialmente curioso para Nagyrév, un pueblo pequeño compuesto de unas cuantas calles rudimentarias, unas tabernas mohosas y una diminuta capilla. No había hospitales en el local, por lo que Fazekas fue prontamente considerada una autoridad de salud. La mayoría de los hombres se encontraban en la guerra y el pueblo comenzó a ser usado como un lugar de mantención de prisioneros aliados.

Especialmente, los jóvenes soldados rusos fueron obligados a laburar en las granjas y, dado que los hombres locales no estaban, las mujeres comenzaron a tener numerosos amoríos con los prisioneros, teniendo a veces más de un amante. Estas indiscreciones, a menudo, terminaron en embarazos indeseados, los cuales fueron atendidos por Fazekas, aumentando la confianza con las mujeres. Fue varias veces acusada de organizar abortos ilegales, pero nunca fue encarcelada por esto, debido al aprecio que se le tenía en el pueblo y a la simpatía que generaba en los jueces.

Su carrera como proveedora de muerte iniciaría con el retorno de los hombres de la guerra. El reencuentro entre maridos y esposas fue cualquier cosa menos alegre. Las mujeres habían gozado del encanto de los amoríos con jóvenes prisioneros y habían aprendido a vivir sin hombres. Los esposos, por su lado, a menudo llegaban con las secuelas físicas de la guerra, trayendo consigo desfiguraciones físicas, incapacidades como ceguera o bien, secuelas mentales que hacían que, en lugar de cumplir el rol de proveedores para sus esposas, se volvieran una carga que mantener. El matrimonio en Hungría era, a menudo, producto del acuerdo entre familias. No era extraño que marido y mujer sintieran poco o ningún afecto el uno por el otro y, de haber existido, probablemente haya desaparecido hasta ese punto.

Muchas comenzaron a resentir la idea de tener maridos dependientes. La señora Fazekas entonces anunció: "¿Por qué soportarlos? Yo tengo la solución". Esa solución era el arsénico. La primera benefactora fue una mujer de apellido Takacs. Deseosa de acabar con su marido bruto y alcohólico, dejó el veneno en la comida de su esposo y el trabajo estaba hecho. Ocultó fácilmente el crimen con la excusa de un ataque al corazón y, dado que la única médico en el pueblo era la que había facilitado el asesinato, nadie cuestionaría esta versión.

Las esposas del pueblo corrieron el rumor sobre el éxito de la señora Takacs en matar a su marido y Fazekas tenía un nuevo negocio: vender botellas de veneno a las esposas infelices. Pronto los hombres comenzaron a caer como moscas. Estas mujeres se llamarían así mismas como "Las creadoras de ángeles de Nagyrév"

Como improvisada organización tenían normas no escritas:

-Sólo las mujeres casadas pueden unirse.

-No se le puede ofrecer veneno a una mujer soltera.

-No se puede ayudar a un hombre a deshacerse de una esposa indeseada.

-Se prohíbe envenenar a mujeres o niños.

-Se prohíbe compartir información con las mujeres felizmente casadas o con las prostitutas.

Dado el abrupto incremento en la muerte de hombres en Nagyrév, ellos comenzaron a tenerle miedo al matrimonio. Casarse era similar a una sentencia de muerte. Fazekas recurrió a una cómplice que facilitara sus actividades: Susi Oláh, una mujer que envenenó a su primer y segundo esposo y cuyo hijastro era el encargado de firmar los certificados de muerte.

Las mismas eran descartadas como infartos, producto del alcoholismo u accidentes. Lo cierto es que las creadoras de ángeles tardaron poco en desacatar sus credos originales. Los envenenamientos se salieron de control: amantes indeseados, padres que se interponían en la obtención de herencias, hijos dependientes, parientes molestos y minusválidos.

Una mujer de nombre Palinka, encantada con matar a su esposo, decidió además envenenar a sus padres, hermanos, hermanastras y tías; Marie Kardos mató a su esposo, amante y a su hijo enfermo; María Vargas se deshizo de su esposo ciego cuando éste la acuso de tener un amante. A los pocos años, también enveneno al joven amante cuando se aburrió de él. Las mujeres comenzaron a matar por venganza, codicia e incluso por aburrimiento.

En 1929, Nagyrév era conocido como "el distrito de la muerte". Las creadoras de ángeles entrarían en problemas ese año cuando autoridades de Tiszakurt notaron el alza de muertos en Nagyrév. Fazekas y Oláh entrarían en el radar de las autoridades cuando una mujer de apellido Szabó las acusó de ser líderes de una cábala creadora de viudas, además de confesar que ella misma había asesinado a su esposo y a su hermano, pero las acusaciones no fueron suficientes para declararlas culpables, aunque sí para que los investigadores las tuvieron en la mira.

Lo cierto es que Fazekas se sintió alterada por su posible arresto y comenzó a visitar a todas sus clientas sin saber que tenía detectives siguiendo sus pasos. Mientras tanto, una líder del sindicato de las creadoras realizó un viaje a la capital para consultar con un farmacéutico: ¿Era posible que el arsénico pudiese ser encontrado en cadáveres? La señora Balint Czordas palideció al recibir una respuesta afirmativa, así que, alterada, regresó a Nagyrév a informarle a Fazekas y a Oláh.

Ellas lo tenían claro: debían tomar acciones inmediatas si no querían ser capturadas. Planearon acudir al cementerio de Nagyrév e intercambiar las lápidas. De ese modo, si alguien intentaba indagar en los cadáveres, lo harían en aquellos que no fueron envenenados. Todo acabó con la llegada repentina de la policía. Las creadoras escaparon, habiendo cambiado apenas unas pocas lápidas.

Esa noche, el cementerio se convirtió en una morgue improvisada, con doctores investigando los cuerpos exhumados. Curiosamente unas cuantas viudas se quedaron para apoyar la investigación y así "probar su inocencia”. En total, se exhumaron 50 cuerpos, de los cuales 46 tenían arsénico. Fueron arrestadas unas 100 viudas involucradas, incluyendo a Oláh. Fazekas, la líder original, se suicidó, bebiendo su propio veneno, mientras que la señora Balint Czordas se ahorcó en su celda, habiendo otras 3 viudas, ninguna de las cuales interfirió.

Unas 26 mujeres fueron llevadas a juicio. Varias mujeres fueron llamadas a justificar contra Susi Oláh, la gran mayoría declarando un serio pavor por la segunda al mando del sindicato. Declararon que Oláh emanaba un resplandor rubí en sus ojos y entrenaba serpientes y lagartijas venenosas para castigar a las posibles traidoras. Juliane Lipka, acusada de envenenar a toda su familia, se mostró despreocupada en su declaración: "¿Puedo irme a casa? Subastarán mi hogar mientras estoy aquí". Aparentemente creía que sería liberada y que podría pasar el resto de sus días con un joven amante.

De todos los miembros, 8 fueron condenadas a muerte, incluyendo a Susi y a su hermana Lydia. "Nosotras no somos asesinas, nosotras no apuñalamos a nuestros esposos, no los colgamos ni los ahogamos, ellos murieron por veneno y fue una muerte placentera para ellos", afirmaría sin arrepentimiento. Las mujeres fueron condenadas a prisión, de las cuales 7 recibieron cadena perpetua.

A pesar de que el escenario suena excéntrico, el historiador Ash Woods destaca que asesinas en serie de esposos han existido. En el siglo XVII, Giulia Tofana creó la Aqua Tofana, un veneno hecho de plomo y arsénico que ella vendía a esposas infelices como un producto cosmético. La Tofana fue responsable de la muerte de 600 hombres en Roma. Fue capturada y ejecutada por autoridades papales en 1651.

Por otro lado, en Francia, 1868, un boticario llamado Joye daría arsénico a 3 mujeres para matar a sus esposos. En 1909 en Rusia, la llamada Madame Popova fue arrestada por el asesinato de más de 300 hombres. Ella era una prolífica maestra del veneno con un servicio de asesinato-por-pedido, especialmente dirigido a mujeres que buscaban liberarse de "esposos tiránicos".

Ella solía envenenar a sus víctimas, los mataba con sus propias manos, usaba armas o contrataba asesinos. Presumía de haber liberado a cientos de mujeres de sus tiranos y su imagen causaba tal desagrado que una turba furiosa pedía quemarla viva. Las autoridades zaristas tuvieron que intervenir para salvarla de una muerte segura.

Fuentes:



jueves, 5 de diciembre de 2024

A cinco años de tu partida, primo Pablo, estoy seguro que partiste a advertir un último incendio y a atajarle un último penal al destino. Cada vez que escucho una sirena de carro bomba en el plan, te escucho en el sitio del siniestro, reportando el desastre. Cada vez que escucho, a lo lejos, los vitoreos de una pichanga de barrio, te escucho relatando las jugadas con esa pasión que te caracterizaba. La vida, ya lo sabías, tenía ese algo de emergencia y de intensidad, de peligro y de juego. Y tú eras el jugador estrella, el temerario. Te recordamos por esa sencillez y ese arrojo.

De tag, deixis y símbolo

Publicado por gragkia, 05 jun 2007

(Delírica.com)



El fin de la fractura gramatical

supone concúbito semiológico

de conceptos y metaconceptos

que, a su vez, redundan en no conceptos

anarquía en símbolo, pangea ideal

exquisita deixis de silencios y letras.

martes, 3 de diciembre de 2024

Arcano frenesí (poema)

El choque de los placeres y dolores del mundo

transmutó neuronas, originó un remolino de frenesí,

aun cuando ya habían puesto punto final,

liquidado el motor de la máquina recalcitrante,

el molino de los instintos, la redundancia industrial de los cuerpos.



Los vaivenes fueron réplicas de un tiempo arcano

Los estallidos se revelaron con aspavientos espectrales

Los símbolos fueron descifrados, libres de toda forma.



La convulsión se manifestó, envuelta de basura cósmica

Eyectó en el papel la materia de sus exclamaciones

Se convirtió en el signo del vacío sideral, indescifrable

Inscrito sobre la totalidad de los seres dolientes.



El universo se volvió, de pronto, un círculo vicioso

En el que el despierto soñó su sueño insomne

y no tuvo lugar nunca más una palabra ni una lengua.

sábado, 30 de noviembre de 2024

Uno se muda de morada como quien se muda de vida. Se dejan atrás muchas cosas, otras insisten en quedarse. En la vieja habitación perseveran los recuerdos y el polvo tras el embalaje evidencia el trajín del cambio. Cada lugar desocupado se impregna de la piel de sus antiguos moradores. Algo de ellos permanece ahí, oculto entre las paredes. El vacío del espacio contiene lo que ya no tiene lugar allí: un hogar, un sueño sublimado en el cuerpo.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Se agotaron en menos de una hora las entradas al concierto único de Tool en el Movistar. Tenía toda la intención de ir a este épico recital, pero no alcancé, por la sencilla razón de que me pagarán recién mañana. Recuerdo que en el debut legendario de King Crimson pasó algo parecido: también se acabaron rapidísimo las entradas para el show. De tal padre, tal hijo, dice el dicho. Quedé con ataque, sobre todo porque aquella vez había hecho la fila para comprar la entrada de manera física, en la extinta tienda Hites de Valparaíso. Finalmente, habilitaron un segundo show al cual sí pude asistir, experiencia que quedará para siempre marcada a fuego en mi corteza musical. 

Un compadre, el creador del grupo de facebook "Tool Chile" dijo que quedó con la misma sensación, ahora que vino la banda a nuestros lares. Tampoco pudo comprar la entrada, debido a la saturación del sistema. Frustrado, mencionaba que prefería la "vieja escuela", esa en donde comprar en la fila tenía un valor agregado, cierta emoción, cierta adrenalina, donde había un sentido de pertenencia e incluso se podía conocer gente afín en el momento. Triste por el hecho de que llevaba nueve años publicando novedades en el grupo, esperando por el magno evento, para perdérselo, por una cuestión logística. 

A los rezagados del concierto único de Tool en Chile no nos quedará más que la esperanza de un segundo show, dada la alta demanda y la convocatoria, igual como ocurrió con King Crimson el 2019. "Jesus Christ, why don't you come save my life now?"

martes, 26 de noviembre de 2024

La existencia es un éxtasis

Según Mario Cesar Ingénito, la etimología de “éxtasis” viene del griego "ἔκστασις" (ékstasis), que se compone de "ἔκ" (ék), que significa "fuera de", y "στάσις" (stásis), que significa "estado" o "condición". Se refería a un estado de trance místico, donde la persona está “fuera de sí”. Luego, pasó a significar también un estado de entusiasmo o de goce intenso, de ahí, el nombre de la droga juvenil, y del renombrado “estado extático”. Resulta increíble que "éxtasis" tenga un parecido etimológico con "existir". En ambos, se usa el prefijo "ex" que significa "fuera de". Para el caso de existir, viene del latín “exsistere”, compuesto de “ex” (afuera) y sistere (tomar posición, estar fijo). La etimología es paradójica a la vez que reveladora, por eso para Emerson la existencia es un éxtasis. Sería un éxtasis cristalizado, fosilizado, situado.

Deus in Machina

En la Capilla de San Pedro, Suiza, han hecho un experimento: colocar una figura de Jesús que interactúa con sus adeptos por Inteligencia Artificial y que puede dialogar en más de cien idiomas distintos. El experimento se llama “Deus in Machina”, del latín, “Dios dentro de la máquina”. Los responsables son Philipp Haslbauer, Aljosa Smolic y Marco Schmid, de la Universidad de Artes y Ciencias Aplicadas de Lucerne (HSLU) y el Laboratorio de Investigación y Realidad Inmersiva. Para algunos, supone un plausible nexo entre ciencia y religión. Para otros, menos optimistas, supone alguna clase de herejía posmoderna y transhumana. Los devotos más acérrimos ya han puesto el grito en el cielo. “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”, señalan, citando a Mateo 24:11-25. Más allá de esto, lo que está entre líneas es un mensaje contundente: la IA será la nueva fe. Hay que pensar que cada nuevo avance está programado y tiene un propósito. Se lanzó hace poco un juego de rol donde las IA son dioses. Se llama “Mutant Crawl Clasics”. Retrata un mundo devastado postapocalíptico. Es ese un escenario digno del fin de los tiempos: androides replicantes con voz mesiánica. Los tecnócratas materialistas serán los nuevos sacerdotes. El Dios al que se abocan es un Dios sin metafísica, un Dios demiúrgico. Incluso la ciencia será una fuente de milagros y devoción. Sin duda, ya lo es.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Pasé a comprar un par de libros a la librería Martino de calle Victoria. Un par de clásicos, Unamuno y Hesse. No iba a la librería desde mis tiempos de escolar, cuando estudiaba en el colegio que queda un poquito más allá: el San Pedro Nolasco. La librería lleva años y es un emblema de las librerías del plan de Valparaíso. Dicen que pertenecía a un descendente de italiano, comerciante del Almendral, don José Devoto Martino, quién adquirió la librería Vilches para luego cambiarle el nombre por su apellido materno. Desde los años noventa permanece en la misma galería. En cierta forma, volver a comprar allí esos libros fue como transitar un tiempo anclado en la memoria, uno en el que un cabro de Básica salía de comprar materiales para marzo, acompañado de su mamá. En esa época, ya se dejaban ver algunos ejemplares literarios en vitrina. Recuerdo uno de Luis Sepúlveda, "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar" recién publicado y en venta, mismo libro que luego me hicieron leer para el ramo de Castellano. Hoy, en calidad de profe de lengua y literatura, me llevo "Demian" y "Nada menos que todo un hombre", ya no tanto para plan lector, como para colección personal. La colección de ediciones escolares crece, a medida que pasan los años, los cursos, y a medida que crece la nostalgia.

El verdadero significado de la palabra malaya

Con un colega nos preguntamos sobre un término usado mucho por los cabros en la escuela: malaya, un término abiertamente despectivo que, muchas veces, suelen decirse entre ellos mismos, a viva voz. Casi siempre el "malaya" va seguido de un adjetivo chilenísimo de grueso calibre, como uno que todos hemos usado alguna vez, que termina en madre.

Se advierte que los cabros han hecho suyo el lenguaje "flaite" como una forma genuina y espontánea de comunicarse, sin que exista de por medio, necesariamente, alguna clase de hostilidad. Podría decirse entonces que esa palabra la sienten suya, es su seña de identidad. La han dicho incluso, en ciertos contextos, algunos de los ídolos musicales de estos cabros, sus “referentes culturales”, como un tal Pablo Chill E, siempre con esa carga de denostación en contra de otro, a quien consideran alguien merecedor de toda la inquina.

Por lo mismo, el término malaya se ha vuelto un sello, una palabra recurrente. Sabemos su significado por el uso y por su morfología, pero poco sabemos sobre su verdadero origen. Se dice que "malaya" viene del árabe "malai" (extraño) y se usó primero para referirse a los inmigrantes del Oriente Medio, turcos y sirios, quienes eran considerados "extranjeros", bárbaros, en un sentido injurioso. Luego, habría pasado a llamarse “malaya” a cualquiera que fuera extraño y tuviera esas conductas atribuidas, en un principio, a los árabes.

Es escasa la definición técnica de la palabra en términos lexicológicos, aunque sí hay un diccionario de chilenismos que ofrece algunas acepciones. Entre ellas, destaca como “malaya” a alguien carente de sentido o voluntad propia; también a alguien que no hace bien las cosas o que es considerado “mala gente”, incluso se le puede decir “malaya” a una persona “sin importancia, insignificante, que no tiene ninguna trascendencia y ningún valor”. Sin embargo, la carga semántica del malaya, según se le escucha decir a los cabros, recae, ante todo, sobre una “persona con malicia, malintencionada”. Así, el malaya es arrojado sobre otro al cual se le categoriza como un malhechor, sin medias tintas, de forma categórica.

Hay otra etimología del término que describe al “malaya” como una palabra compuesta que deriva de “mal” (sustantivo) y “haya” (verbo haber). En ese sentido, el malaya pasaría además a significar que “hay algo malo”, o “hay mal”. En resumidas cuentas, algo que está mal, que es, sin duda, malo. El malaya adquiere, de esa forma, aparte de categoría de insulto, una cualidad valorativa.

Se dice que la cosa está malaya, cuando las cosas se precipitan hacia un escenario negativo. Y se dice que alguien es malaya, cuando representa todo lo malo, o sencillamente, cuando ese otro aludido actúa en contra de los valores y principios morales. Es así que, en definitiva, el malaya puede ser cualquiera y puede, a su vez, ser usado por cualquiera contra otro al que achacan ese epíteto.

El malaya permanece (todavía) restringido al registro de habla inculta informal, en su variable diastrática, usado por estudiantes vulnerables y por sujetos vinculados al hampa y a la narcocultura, aunque, de popularizarse, dado su significado, podría llegar a decirse en otros círculos, siempre y cuando su reiteración no sobrepase el campo simbólico en el que se desenvuelve.

¿Será posible que, en algún momento dado, el malaya trascienda su connotación “flaite” y sea luego incorporado al léxico de los chilenos, ya que se estila que el habla transforma la lengua, y que la gramática debiera ser descriptiva y no tanto normativa? Pregunta retórica, pero que ayudaría a repensar el malaya como un concepto en sintonía con los tiempos, una “vibra”, una resonancia de los discursos en circulación, una expresión de cierto sentir conflictuado.

domingo, 24 de noviembre de 2024

Y yo me pregunto, ¿qué hará la sociedad de poetas y escritores chilenos ante la inminente escalada nuclear en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que, en realidad, se trata del conflicto entre la Federeción Rusa contra el bloque atlantista occidental? ¿Plegarse a uno de los bandos y dedicarles los más incendiarios versos al bando contrario, siguiendo así la lógica de la división? ¿Desmarcarse para rendirle un tributo poético a la paz (cuando no abunda mucho entre sus lides)? ¿O alentar el acabóse y esconderse bajo un refugio repleto de libros y pegarse la última chimba, la última tertulia literaria, una en donde corra todo tipo de fluidos, y a la que asistan todos, sin lobby, por fin, antes de la noche de los tiempos?

sábado, 23 de noviembre de 2024

IA (el antro del Demiurgo)

Poema pensado para una selección llamada "Covid 1984", poemas todos con temática relativa al convulso devenir sociopolítico del mundo pos pandemia.

IA (el antro del Demiurgo)

Han inventado un nuevo juego
La condición para jugarlo es que no cambien las reglas
Ni tampoco sus jugadores
Será solo tú y un montón de mercenarios
Operadores ideológicos
Disfrazados de benefactores y altruistas
Tendrás que apostarlo todo en ese juego
Tu voluntad, tu consciencia, hasta tu cabeza
Porque no se quedarán conformes
Hasta que apuestes tus redes neuronales
Porque no estarán satisfechos
Hasta cancelar tu aparato crítico
Y quedarse con tu alma y tus entrañas.
IA
IA
IA
La red del juego se extiende hasta los confines
Desde el remoto pasado,
El poder incubó sus engendros
Nobleza negra, Estado profundo
El progreso siempre fue una excusa
Los altos ideales, una transacción
Las revoluciones siempre fueron
El acelerador de partículas del caos,
Condición necesaria de su orden
Su nuevo orden.
Huxley y Orwell escribieron solo el proemio
Para la próxima temporada en curso
Que incluirá ojivas nucleares
Y mentes de ordenador
Conectadas a una idea matriz
Un egregor antiquísimo
Invisible ante los ojos del profano.
IA
IA
IA
Así que inclínate ante tus nuevos héroes
Musk, Gates, Harari, Schwab
Inclínate ante sus nuevas criaturas
Hechas de unos y ceros
Prueba tú también
Ese poder, esa droga mefistofélica
simula la divina creación
y goza con la obra transhumana
diviértete en el antro del Demiurgo.

viernes, 22 de noviembre de 2024

Ente y felino (fábula de terror)

Un pequeño gato caminaba por una calle abandonada. Parecía ser un simple gato callejero, otro más del montón. Sin embargo, no caminaba sin rumbo. Buscaba algo.

“Pobre, pequeño e inconsciente animal”, pensaría cualquier cristiano al verlo, pero el gato estaba completamente solo. 

Caminaba sin parar hasta llegar a un oscuro rincón. Ahí se encontró a un ente apenas distinguible entre las sombras. Lo único visible eran sus cuernos, que parecían estar hechos de azufre. El ente notó al gato y, como si se tratara de una persona, le habló. El gato, por alguna extraña razón, también podía hablar. Estaba sorprendido por lo que había visto, aunque no era tiempo para asombros. Debía seguir su camino.

-¿Quién eres tú?- le preguntó el gato al ente.

-Eso no te lo puedo decir-, respondió.

El gato permaneció quieto, temeroso ante su reacción.

-¿Y qué hago aquí, en este lugar tan feo?-, volvió a preguntarle.

-¿Te refieres a por qué caminas por aquí? Es simple, perdiste algo y lo estás buscando-, contestó el ente.

-¿Y qué fue lo que perdí?-.

El ente se ajustó sus afilados cuernos, mientras sonreía.

-Aquello que te hacía algo vivo, tu cuerpo-, respondió.

El gato parecía realmente confundido.

-¿Mi cuerpo? Pero si ya tengo uno-.

El ente quedó en silencio durante unos segundos. Luego, volvió a sonreír.

-Mi querido amigo, tú has fallecido, y lo que ves ahora mismo no es nada más que una ilusión, una mentira-, contestó, enigmático.

El gato quedó aún más confundido, pero, antes que pudiera responder, el ente volvió a dirigirle la palabra.

-Esto es lo que te hubiera gustado hacer en vida, ¿no es así? -, le preguntó, una vez más.

El ente chasqueó los dedos e hizo aparecer la imagen de un gato muy a gusto con una familia humana. El gato quedó pasmado. Jamás, en sus cortos años de vida, pensó que un hogar de esas características sería lo que más anhelaba, porque ni siquiera pensar podía. Su único móvil, preso de los instintos, era la sobrevivencia.

El gato no tenía tiempo para seguir respondiéndole al ente. Debía seguir su camino, para encontrar eso que estaba buscando. El ente comprendió la situación, y se apartó del lugar donde estaba, mostrando que, detrás suyo, estaba el cuerpo de un gato, ¡Era él mismo!, su cuerpo estaba completamente destrozado y arrollado. Había huellas de un vehículo en su vientre. El gato se quedó horrorizado. Luego, permaneció en shock, completamente en silencio.

-No viste las luces. Ese fue tu destino, querido amigo-, dijo el ente, como si se tratara de una sentencia.

El gato miró su propio cadáver durante largos minutos. Luego, se repuso y se dirigió al ente.

-Ahora, ¿dónde se supone que vaya? -, le preguntó, muy afectado.

-A ver las luces-, respondió el ente.

El gato retrocedió, asustado ante la declaración, que se sintió como una amenaza.

-¿Quién eres?-, preguntó.

-Soy la muerte… pero puedes llamarme mortem-.

-¿Mortem?-.

-Me lo acabo de inventar-, dijo el ente, mientras se guardaba la risa.

-Ahora ven. Ya no tienes que preocuparte por nada. Tu cuerpo no está afectado por el pecado-, remató, con una voz lúgubre.

Aunque el gato quedó, en sumo, traumado con la revelación, sabía, muy en el fondo, que era eso lo que estaba buscando, y que no debía seguir haciendo esperar a la muerte. El gato, luego de acicalarse y quitarse los nervios, simplemente asintió con su cabeza, indicando que estaba listo. Así, fue conducido hacia las alas abiertas del ente, las cuales desprendían un aire tenebroso y una ventisca gélida. Se asustó mucho al principio, pero, al notar que, poco a poco, perdía su centro, se dejó llevar por esa oscuridad, totalmente rendido.

A medida que pasó el tiempo, el gato logró encontrar una remota e inexplicable paz, una que jamás había imaginado. Dejó de pensar y de rumiar como antes. Pronto, una gran mano humana lo acarició sobre su cabeza, lenta y suavemente, y lo condujo hacia el vacío, donde dejó de ser.

jueves, 21 de noviembre de 2024

El laberinto del minotauro, revisitado

Ha muerto o aún vive el minotauro. ¿Qué diría su madre de su existencia? ¿Dónde está ahora? ¿En el laberinto de paredes de concreto? ¿En el fondo del océano? ¿En alguna selva impenetrable? ¿O tal vez en el único lugar posible: el rincón fantasioso de nuestras mentes, ese laberinto de mitos, deseos y arrepentimientos? Los verdaderos laberintos no tienen por qué necesariamente tener paredes, porque el laberinto más escabroso carece de esquinas y de horizontes. Es similar a la mente, caja negra de resonancias.

Entremos en terreno. Analógicamente, el minotauro no puede existir en un mundo de certezas construido desde el conocimiento racional. Se trata de un ser mitológico, como algunos dioses o fantasmas culturales. Teseo lo mató, según los relatos, varios siglos antes de Cristo. Es preciso desmontar los mitos y reconstruirlos desde su cosmogonía, la que busca una respuesta a un elemento de la vida o a toda ella. El mito del minotauro es la explicación de la epistemología, el conocimiento, el saber conceptual humano. El minotauro representa las ideas o los conceptos errados, las fantasías que solo pertenecen a las fantasías, ficciones sobre ficciones, emanaciones del laberinto o sus prolongaciones.

El laberinto se construye como lugar sin salida, sin conocimiento del lugar y, por ende, es la casa del prejuicio y de los miedos. Teseo mató al minotauro, no con una espada, sino con la comprensión de que no existe. Entró al laberinto con un metro que, a semejanza del hilo de Ariadna, mide el conocimiento y la iluminación de sus zonas oscuras. El metro es un elemento convencional, un objeto aceptado como supuesto para nuestras certezas humanas. El hilo, por su parte, sería un error, porque sirve para salir por la misma entrada, una trampa, porque todo laberinto tiene una entrada y una salida. Se crea así una paradoja insalvable, un camino imposible, solo transitable mediante la contradicción.

Teseo entró al laberinto y con su metro midió las paredes, distanció, generó patrones y el laberinto se esfumó al ser comprendido, conocido, naturalizado, con lo cual el minotauro se esfumó, a su vez, como un mito mental en el que nos apoyamos y del cual nos cuesta desprendernos. Un buen ejemplo de esta psicología del laberinto sería dejarnos engatusar por las expectativas sociales de los otros. Valor ficticio, sin otra respuesta que su vaciedad. Un mito que tiene plena validez como realidad, un minotauro cualquiera ensimismado en su intricada forma, tal vez a la espera de la próxima ejecución.

Según la versión clásica del mito, la ciudad de Atenas debía dar un tributo a Creta, un tributo de siete hombres vírgenes y siete mujeres vírgenes en sacrificio para alimentar al minotauro. Teseo, hijo del rey Egeo, se ofreció a sumarse al tributo, lo que le permitió enfrentarse a la bestia. Victorioso, había logrado aniquilarla, sin embargo, olvidó avisarle a su padre, cometiendo el error de no reemplazar las velas negras con las velas blancas. Debido a esto, el rey pensó que su hijo había muerto en manos del minotauro y se quitó la vida. 

Una victoria y una sucesión trágica. Teseo asumió el nuevo reinado y liberó a Atenas del tibuto a Minos. La liberación heroica y mitológica puede ser perfectamente comparable a la liberación de aquello que ata nuestras mentes, que nos hunde en nuestro esquema laberíntico. Ahora, toda liberación exige siempre un sacrificio, un ardid y un desafío. Hay que estar dispuestos a cruzar esos pasadizos secretos, con el espíritu necesario para mirar de frente a la sombra y lograr la sublimación de aquello que estaba encerrado, aquello confuso que deseaba secretamente la estocada y la luz. 

Así mismo, nuestra gloria personal puede surgir de la liberación de los mitos de nuestra mente, amenazada por las variables de un mundo, en exceso, pragmático. Cada quien, de acuerdo a las circunstancias vitales que lo envuelven, y bajo el devenir de su época, puede proyectarse en Teseo y tener la valentía suficiente para no dar su existencia misma en tributo a los egregores del sistema y liquidar a los monstruos que lo habitan, las formas espectrales del control de la consciencia.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Vorágine (poema)

Se abre mi sótano, se abre mi mente cual boca

que absorbe todo cuanto no puede explicar

y todo cuanto puede regurgitar

en forma de soliloquio o discurso esotérico,

ese que se diluye en la cloaca de los valores

que curiosamente son sembrados

para los guardianes de la palabra

esa que se fastidia simplemente

al saberse dirigida a ninguna parte

como una mueca que se pierde en el tumulto

una que otra figura apegada los rincones

para no morir pronto de hastío.

Es así que proyecto mis perversiones

pequeños demonios que me ayudan a despertar

entre sueños e imágenes demasiado puras

carentes de su fuego originario.

Inconcluso, mal formado, cimentado en pétreas falacias

Asfixiado tras el polvo nocturno

No doy motivo a la pasión ni a la retórica

escondido al interior de lo hermético de uno mismo

rasgo su piel inocente para no darme a conocer

detengo su corazón hasta la médula

para impedir el diluvio del mundo

Bajo el vientre que lo pare

Ya nada detiene su avance

Pienso en su imagen funeraria

Y deliro sobre el infierno interno.
Un colega de lenguaje tenía el cuaderno de un alumno, un cuaderno con poemas escritos a mano. Se permitió hacer correcciones sobre los textos. Aclaró que contaba con la venia del propio cabro, para hacer las veces de editor. Por supuesto que no cualquiera podía darse ese lujo, sobre todo cuando se trata de textos tan precoces, envueltos todavía de esa cosa íntima, celosamente oculta al resto. "Aún hay patria", repitió el colega, y sabemos que la legendaria frase repetida por Manuel Rodríguez "aleonó" a sus soldados para no claudicar y defender la libertad de la naciente República. En cierto modo, la arenga trascendió su contexto y adquirió una connotación metafórica, más allá del horizonte político. "Aún hay patria", es decir, aún hay cabros que se salvan, que leen, que rumian, que tantean un lenguaje poético. Hay entonces, en la alusión a la patria, un atisbo de poesía, o en la alusión a la poesía, un sentido "patrio", una pertenencia que se reclama, que se proclama y que se constata, al momento de anunciarla, al momento de decirla.
Día del hombre. Me imagino que habrá alguna actividad cultural para conmemorarlo o alguna lectura poética organizada por distinguidos caballeros en honor de nuestro género.

domingo, 17 de noviembre de 2024

El misterio detrás de King Crimson

En homenaje a Peter Sinfield 
(1943-2024)

Siempre supe que había algo de ocultismo detrás del nombre de King Crimson. Luego de la partida de Peter Sinfield, quien le sugirió el nombre a Robert Fripp por intermedio de Ian McDonald, investigué sobre el real significado del Rey Carmesí, su misterio oscuro. Hay un documental japonés del 2011 llamado “Song to Soul: Interview on Early King Crimson with Peter Sinfield and Ian McDonald” en donde el propio Sinfield explicó cómo fue que se le ocurrió el nombre de la banda:

“Necesitábamos un nombre. Nadie se inventaba uno, y necesitábamos uno muy rápido, porque teníamos un concierto, nuestro primer concierto, y queríamos que nos llamaran como quisiéramos. Y yo, pensando que se suponía que era bueno en esto, pensando en nombres e ideas con palabras, estaba mirando cosas como 'Led Zeppelin', 'The Who'. Tenía que ser algo poderoso. Y pensé: 'De hecho, si tomamos eso de la canción ['In the Court of the Crimson King'] y simplemente lo llamamos 'King Crimson', eso suena bastante poderoso'.

Sinfield fue el creador del concepto de King Crimson, digamos, su concepto original. Tenía que haber una idea más potente que “Giles, Giles and Fripp” y eligió el ya legendario nombre. Algo que aún no está del todo definido es si King Crimson, Rey Carmesí, alude o no a Belcebú, el príncipe de los demonios. Señalaba Sinfield en la propia entrevista del 2011 que el nombre no alude ni al diablo ni a Belcebú, como algunos sugerían, pero suena a algo “arrogante” y da esa “sensación de algo oscuro y gótico".

Esos fueron los dichos de Sinfield. Sin embargo, por sí solo, el Rey Carmesí evoca algo portentoso a la vez que siniestro. Belcebú, según Robert Fripp, viene de la fórmula árabe B'il Sabab, que significaría "hombre que ambiciona” u “hombre con una causa”. Por supuesto que esa interpretación no es fidedigna y dice mucho sobre la manera de pensar del viejo Robert y su idea sobre King Crimson: un universo musical en sí mismo, una representación de su manera de entender la música.

Si somos más rigurosos en la etimología, podríamos remitirnos al término Baal-Zebub, pronunciado en hebreo como Baal Zevuv, que significaría literalmente “Señor de las Moscas”. En efecto, Belcebú fue un dios oscuro, adorado primero por los filisteos y luego por los cananeos, asociándolo al dios Baal. Mucho tiempo después, para la tradición judeocristiana, Belcebú era equivalente a Satanás, “el adversario”, y era considerado, según algunos textos de demonología, como uno de los siete príncipes del infierno.

Se dice también que Belcebú era considerado el “consorte político de Satán” en el poema Paraíso Perdido del poeta inglés John Milton. Sus apariciones en el Nuevo Testamento son además recurrentes, pasando a formar parte del reino del Inframundo.

Cualquiera que no conozca a la banda podría pensar que todas estas evocaciones satánicas y demoniacas nos remiten a una agrupación tipo death metal o black metal. Pero no. El imaginario de los pioneros del rock progresivo va por otro lado. Su oscuridad es de otro orden, si se quiere, más sutil, aunque no por ello menos potente.

De partida, el término “carmesí” es el rojo, y el rojo representa la sangre, la violencia y la pasión; y el término “rey” implica, por supuesto, poder y dominio. Ambos conceptos unidos implican una sinergia, si se quiere, una alquimia entre las fuerzas más oscuras de la naturaleza y los aspectos más caóticos de la existencia. King Crimson, de esa manera, podría significar “el que reina sobre el caos o sobre las sombras”.

Y dije “el que reina” porque para el mismísimo Fripp, amo y señor de la banda, esta tiene vida propia, y actúa, en su conjunto, tanto como un agente que acciona, que toca música, como una sublimación, un personaje, una representación. "King Crimson es, como siempre ha sido, una forma de hacer las cosas. Cuando no hay nada que hacer, nada se hace: Crimson desaparece. Cuando hay música para ser ejecutada, Crimson reaparece". 

La voluntad de la música es como la voluntad de la magia: hace falta un método y un propósito. Si la magia, si la música se hace, King Crimson es invocado. Una perfecta analogía de la creación: hacer aparecer algo a partir de la nada. La gran obra. La gran arquitectura, la arquitectura del silencio. Como dijo el propio Fripp, alguna vez: “La música es el vino que llena la copa del silencio”.