A romper paradigmas: "Cuando se admite que la historia no es lineal y que la flecha del “progreso” no es una curva asindótica ascendente, sino que se ve como una sucesión de ciclos y de fases, ascendentes y descendentes, todo empieza a tener sentido. Todo lo que es humano está sometido a la ley de las dualidades: cualquier elemento positivo, tiene otro, negativo, como contrapartida. Solamente, lo Absoluto, escapa de las dualidades y, por tanto, de la decadencia."
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