sábado, 4 de febrero de 2023

Y para los viudos y viudas de mi antiguo estilo de escritura, acá va una breve crónica sobre los incendios en el Sur:

Una verdadera "reacción en cadena" de siniestros se ha producido en el Sur. Una dantesca imagen muestra focos que van desde Quirihue hasta Temuco. En medio de la urgencia por las tragedias humanas, los incendios forestales y el arduo trabajo de bomberos, se ha especulado mucho respecto al origen y a los presuntos responsables. A esta hora, ya hay un formalizado por el incendio en Ñuble, un ciudadano alemán. También se ha detenido a un soldador que sería acusado de un incendio en Arauco. Además, se detuvo a un ciudadano haitiano que está siendo formalizado por un cargo de incendio en Parral.

Sin embargo, han salido a la luz algunas teorías que apuntan a orígenes oscuros, más allá de la aparente responsabilidad de sujetos aislados. Hay algunos que dicen que se trata de otro "siniestro concertado" por las forestales, cuyos antecedentes hablan de la apropiación de tierras y el negocio millonario que involucra a las empresas de celulosa. Otros, desde una vereda política contraria, si bien comparten el trasfondo intencional, apuntan hacia otros posibles agentes: el posible descubrimiento de uranio en la región del Bío Bío por parte de una empresa británica como supuesto móvil; la disputa geopolítica por la Macro Zona Sur frente a la soberanía chilena y argentina; e incluso un posible ataque de parte de agentes globalistas, con imágenes usadas por satélites de la Nasa, llevado a cabo por "tontos útiles".

Todas y cada una de estas teorías entran en disputa y, en medio del fuego que asola la patria, intentan dar una explicación al socavamiento de las esperanzas y a la inminencia de un desastre natural implacable, que viene a completar un cuadro caótico, de cara a una coyuntura histórica decisiva y un contexto global especialmente delicado.

Ante este escenario, ha surgido un mensaje, uno expresado por una señora del cerro El Santo en la comuna de Tomé. En medio de la calle, a la intemperie, repleta de sequedad, donde solo restaban los escombros de algunas viviendas, la señora reveló, frente a los periodistas, algo que había soñado ella, tiempo atrás.

“Quería decirle a mi familia que estoy bien. Soy una pastora del cerro de El Santo. El señor esto me lo mostró hace dos meses en un sueño”, expresó, para sorpresa de sus vecinos. Alegó haber sido tratada de loca por esta revelación. Como una verdadera Baba Vanga sureña, la pastora Luz, encima de las ruinas de su hogar, clamó por Chile en nombre de Jesucristo y gritó, fuerte y claro: ¡Dios le bendiga!

Chile oiga a la señora Luz.

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