sábado, 3 de septiembre de 2022

Gnosis II

I
El alma viste distintos cuerpos. El que llevamos puesto es una expresión del espíritu encadenado en la materia.

II
La luz increada, Dios no manifiesto, es siempre un potencial. Cual semilla, crecerá en las condiciones adecuadas, como todo lo que existe. Todo lo que existe es una potencia pronta a ser, pura semilla divina.

III
En la diferencia entre materia y energía cabe la diferencia entre la condensación y la vibración.

IV
Para que se manifieste lo no manifiesto, la potencia, se necesita la creación, expresada en la ley del tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Sonido, la Luz y el Calor.

V
La luz es la creación, reflejo de la vida. El calor es el principio de la acción que expresa la vida. El sonido es la vibración, la Inteligencia.

VI
El sonido afecta a la materia. Todo movimiento es coesencial al sonido. Así, nuestro ser es un instrumento musical que vibra y puede ser afinado.

VII
Para afinar la vibración, hace falta un mantra, palabra de poder. En una paráfrasis de Vicente Huidobro: “la palabra cuando no da vida, mata”.

VIII
El Evangelio de Juan decía que el Verbo es Dios, y como tal, es el creador de la creación, la vida, la luz de los hombres. Hágase el verbo, entonces, equivale a encarnar lo creado, a crear la palabra, carne de vida.

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