jueves, 6 de enero de 2022

Sobre la vacuna, Miyamoto Musashi y Sísifo

Conversación por whatsapp

-Te voy a contar algo curioso ¿Tú con qué crees que peleaba, el que es considerado el mejor guerrero de la humanidad, Miyamoto Musashi? ¿Cuál crees que eran sus armas? No te desvenes el cerebro

-¿Espadas de madera?

-Sí y no... llegó a utilizar kodachi y boken. También katanas y wakizachis

-…

-En su duelo contra Sasaki Kojiro, que era considerado el mayor maestro de su época ¿Qué arma crees que utilizó?

-¿Las espadas?

-Un remo que el talló con sus manos

-Para Musashi las espadas no tenían importancia, sino que era ganar el duelo. Más que un gran espadachín, era un sujeto que se adaptó a los más de 60 duelos que tuvo a muerte.

-…

-Por eso, si tú no quieres ponerte la vacuna estás en tu derecho, es incómodo, molesto… pero si no te adaptas te verás limitado. Es tu opción. Yo solo pienso en adaptarme y no me devaneo el cerebro, porque tengo la seguridad de que, hagan lo que hagan, nadie me podrá quitar mi libertad

-…

-La verdadera libertad hermano no está afuera… Está en tu cabeza ¿Cómo se puede hablar de restricciones, si las mayores que existen son las que nosotros nos creamos a nosotros mismos?

-…

-¿Te acuerdas del mito de Sísifo? ¿Cuál fue el castigo de los dioses?

-Sí recuerdo viejo. Empuja una roca y luego al llegar a la cima volver a empujarla

-Así es, ese fue el castigo de los dioses para Sísifo. Tenía que empujarla hasta la cima, y él se quejaba constantemente de la roca que tenía que andar arrastrando. El día en que fue libre Sísifo fue cuando aceptó la roca, en que aceptó el absurdo en su vida. Ese fue el día en que se liberó del dolor que le estaba produciendo esa condena tan injusta.

-…

-Algo similar ocurre con las vacunas, porque la gente en estos momentos se está sintiendo incómoda, se queja, que la vacuna conchesumadre, igual que Sísifo con la roca, pateando la perra, “por qué los dioses culiaos me la pusieron encima, qué se han creído”. Lo mismo pasa con la gente, dicen “qué se han creído estos políticos conchesumadres, que yo soy un esclavo”. Exactamente lo mismo pasa. Y se amargan y se amargan. “Puta, la plandemia, están experimentando con nosotros y la wea” y, a lo largo del camino, te vuelves un amargado culiao. Y lo peor es que no lograste hacer nada, porque igual vas a estar condenado a ponerte la vacuna en algún momento, tal como Sísifo se vio condenado a empujar la roca hasta la cima del monte. Mientras que ellos se van amargando la existencia, yo acepté la vacuna, puedo ir a cualquier lugar tranquilo. Al final de cuentas qué importa, si me voy a morir igual, con o sin vacuna. Es así la vida. La vida es absurda, la vida es tonta. Estamos cagaos pos, perro. Y eso no es resignación, créeme que es muy distinto. Va mucho más allá de eso. Es liberación. Aquí el absurdismo queda preciso.

-Para reflexionar. No había escuchado un punto como el tuyo. En todo caso, se agradece.

-Lo que para muchos sería un viaje de resignación, para mí es un viaje de liberación.

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