sábado, 18 de diciembre de 2021

Si “lo personal es político”, querida, entonces nuestro abrupto quiebre puede explicar cómodamente la guerra ideológica de estos tiempos. Dos polos irreconciliables, dos visiones de mundo radicalmente disímiles. Tal polarización nos atraviesa y nos trasciende, y solo uno podrá cantar victoria, pero ninguno podrá salir incólume. De todos modos, las cartas ya están echadas. El descontento no cesará, porque sobrevive en nosotros, y en nosotros regresará, cual proclama justiciera.

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