jueves, 8 de julio de 2021

Primera sesión. Media hora pedagógica. No llegó nadie a la sala de clases, pero me comuniqué en línea con los alumnos en sus casas. En un momento, prendí la cámara instalada al data para saludarlos y comprobar la conexión que a ratos se cae. Solo contestaron algunos en el chat. El resto de la sesión, permanecieron imperturbables. Uno que otro, respondía, avisando que tal o cual compañero no podía conectarse porque está enfermo o derechamente porque está durmiendo. De pronto, la clase se redujo a unos cuantos perfiles con la cámara y el audio en off, y yo hablando solo como malo de la cabeza, en un monólogo sin fin retumbando contra los muros fríos de la sala. Esta es, colegas, la tele-educación del futuro.

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