jueves, 4 de octubre de 2018

Un bicho similar a un mosco se desplazó repentinamente a través de la pantalla. En la esquina inferior derecha no dejaba de mover sus alas justo sobre el ícono de agregar amigos. Cuando cambié el cursor para ocultar el ícono, el bicho siguió su camino hacia el espacio en blanco en el cual debería figurar la barra del chat. Mientras cambiaba de ventana, el bicho permanecía inerte. No alcanzó a advertir que en ese instante el espacio en blanco había desaparecido, o sencillamente ese hecho le tenía sin cuidado. En cuanto volvía a la ventana con el chat, el bicho se desplazó lentamente hacia abajo, hacia el renombrado ícono, pero en lugar de llegar hasta ahí, voló sin otro motivo que el brusco movimiento del borde del ordenador. No volvió a sobrevolar la pantalla ni su simulación en todo este rato. Se dirigió, en cambio, hacia los parlantes resonando, perdiéndose definitivamente bajo la sombra del estante.

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