viernes, 22 de septiembre de 2017

"En el colegio me dieron a elegir entre Hija de la Fortuna y La casa de los espíritus. ¿Cuál me conviene, profe?", preguntaba una chica en medio de la clase del preu. Planes lectores inesperados. Cada vez que sale Isabel Allende al baile, me sale esa parada media Bolaño, solo que con un ánimo impulsivo, salvaje, ya no tanto con una mirada atenta, rigurosa. A duras penas había leído La casa de los espíritus, así que le recomendé esa. La chica insistía que era la mejor opción, porque según ella Hija de la Fortuna tenía "muchas aventuras, y a ella le complicaban demasiado la lectura de las aventuras". Así no volvió a decir nada más. Solo dio las gracias y siguió leyendo el cuadernillo en la materia del Modernismo.

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