Esa manía, o debería decir, esa moda virtual en insistir en la sacrosanta bondad de los animales, a través de imagenes, de fotos, de videos, en contraposición a una cada vez más creciente maldad del hombre. ¿No parece otra vil estrategia de marketing moral? ¿Una locura paternalista? ¿Un rousseaunismo invertido?
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