domingo, 24 de enero de 2016

A pesar de salirse de la rutina y hacer como que se viaja, seguir escribiendo, ver cada cuestión por irrelevante que parezca como material de escritura, cada experiencia, cada vivencia, un par de líneas. La máquina verbal, a pesar de uno mismo y muy a pesar del mundo, no conoce vacaciones, viene y se queda, parece una mascota del infierno o una compañera de resacas. Como sea, cualquier cosa es deseable al puro trabajo sin recompensa o al espanto de verse frente al espejo para preguntarse qué he hecho por la vida.

No hay comentarios.: