Se cumplen 150 años del nacimiento de Carl Jung, y para darle más simbolismo arquetípico al asunto, me atrevo a afirmar que Ozzy Osbourne -que en poder descanse- fue quien mejor entendió al psicólogo suizo, sin haberlo estudiado, ya que prefirió volver consciente su oscuridad a fantasear imaginando figuras de luz. Mientras otros le cantaban al amor y a la paz con hipocresía, él gritaba contra la guerra sin miramientos. Mientras otros se refugiaban en melodías amables, él profería una voz aguda y, a ratos, desesperada, en medio de acordes poderosos y ritmos abrasivos. Siempre fue auténtico. Nunca ocultó su sombra, la integró y la convirtió en su sello artístico, en su personaje. A él le podría corresponder la figura del loco y la del creador, por igual. Locura y creación, una misma cosa.
domingo, 27 de julio de 2025
Que bueno que para mi ex yo siga siendo, después de todo, un "gran hombre". Para otros, en cambio, yo sigo siendo la peor persona. De Ozzy se ha dicho de todo: que es poco menos que un enviado del diablo, según sus detractores; o, por el contrario, un verdadero ser de luz, para sus seguidores incondicionales. Estamos hechos de la imagen que han hecho de nosotros. Embutidos parrianos de ángeles y bestias. Figuras poliédricas, ni tan armoniosas ni tan monstruosas. Se precisa aceptar nuestra sombra y reconocerla, como hubiera dicho el maestro Carl Jung, para volver consciente nuestra oscuridad y alcanzar la iluminación.
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