"Todavía recuerdo, con un paradójico sentimiento visceral, su comentario crítico: -como poeta, eres muy buen cronista-. Le salió tan espontáneo que no pude sino asentir su agudeza. Quizá lo más sincero que le he escuchado jamás. Todo el resto sonaba a cálculo emocional, a impostación apenas reproducible detrás de la carne de sus palabras".