viernes, 20 de junio de 2025

Acorde letal

Conjunto de poemas que conforman una reimaginación del imaginario gragkiano


Acorde letal



Ocaso de metal

El encanto malvado de la lechuza

Reacción en cadena

La Gran Discordia

Cazador de la memoria

Spectrum

Abbadón

Llave para el cosmos incierto

Super rayo final

Por siempre cero







Ocaso de metal



Las palabras apuntan al final de finales

Hierven mentes y corazones

El desastre se vuelve la norma

Hombres y bestias azuzan el fuego

Descalabro de la razón

Traición de la luz

Se cierne la noche sobre el páramo

Se hunden las naciones

Se demuelen las obras

Las hienas del poder muerden la carne

La materia se resiente

El mal se vuelve metálico

Y los profanos pagan su deuda

El diablo renueva temporada

La Tierra precipita la agonía

Tras su rostro, reflota el horror

El vacío nihilista, hambriento de furia

Falso Dios de este mundo

Carcelero de ilusiones

disemina la mentira, cual peste

sobre su imaginario oxidado

Ya no hay misión, ya no hay sentido

Los bastardos acometen su crimen

Ecos sin voz se estrellan contra el muro

Sombras sin sustancia

Revelan lo real

La sangre ardiente y el alma desnuda

Se cierne la noche sobre el páramo

Se destruyen los proyectos

Se asfixian las gargantas

Los buitres de la discordia rapiñan la carne

La materia se retuerce y se revuelve

El caos se vuelve ácido

Y los blasfemos (de toda laya)

Montan su teatro

El absurdo renueva temporada

El cielo se precipita a su agonía

Tras la máscara, reflota el horror

El vacío absoluto

De lo que no tiene nombre

Ocaso de metal, cae el conjuro

Sobre los enemigos de espíritu

Ocaso de metal, cae el hechizo

Sobre los parásitos de la conciencia.



































El encanto malvado de la lechuza



El congelamiento de la edad de las luces

es el encanto de la nueva maldición

que se hará sobre todos ustedes,

los de la raza humana.

Háganse presentes, y cultiven la maldad

con retorcidos pensamientos

de caos, tragedia y aversión.

Consúmanse ustedes mismos

en los brotes herméticos

de la vida y sus avatares.

Los secretos de la buena nueva

ningún ángel de la guarda

estará ahí para ayudarles.

Una batalla psíquica oficial

Contra los agentes de la razón

Contra las mascotas de la muerte.

Háganse insectos, o serán capullo eterno.

Ese es el encanto, la nueva maldición

Que se hará sobre todos ustedes

Los de la raza humana

¡Vamos! Cultiven la maldad

con retorcidos pensamientos

de caos, tragedia y aversión.

Ultraje del amor mutante,

ultraje de quien falló en el amor,

y sólo así caerá sobre ustedes

el congelamiento de la edad de las luces

el encanto malvado de la lechuza.

























Reacción en cadena



Todos los hipócritas parados en línea,

Y ya estamos listos para hacer el jaque

Y jugar con sus vidas miserables.



Y si llegaras a creer

que la adrenalina de sus cuerpos no hizo combustión alguna,

piensa en el dedo que encendió la fiesta.

Las noches se han vuelto llamaradas suicidas

¡Aquí! en el planeta Tierra.



Todos los hipócritas parados en línea

Y ya estamos listos para hacer el jaque

Y jugar con sus vidas miserables.



Porque este mundo explotará

Hasta provocar una reacción en cadena

Y entonces será el momento de decir:

¡Hasta nunca!




La Gran Discordia



Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana.

Será la entropía higiénica

que acabará con los conceptos eternos

de la moral y la ética.



La agricultura del pensar

marginará a su ovejero,

así, la lana del caos será trasquilada,

para tejer el velo de Maya

que cautivará a parásitos y filósofos.



Se expondrán las vísceras del tiempo

y la carne de la galaxia

traerá las almas en pena,

que vagan en el espacio

sobre vibraciones intempestivas

y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.



Aquí viene la virulencia

La invencible virulencia

liquida ya la necedad

de tapizar el cielo de quimeras,

cuando bajo el radio de Dionisio

se implora la potencia de la carne,

por sobre los verbos,

por sobre la paja de los templos,

por sobre el yo y la ilusión del más allá.



Aquí viene el corazón del tiempo,

poniendo en marcha su incesante caos.

Su fracción de todo y de ente

será el agente que revele toda máscara.



¿Quién te hizo verdad, para decir: descubriré tu rostro?



Entre ellos, su falacia hermenéutica

Y la tiniebla de la incógnita

hay solo un lamento de siglos.

Es la lírica de los malditos

Los cautivos del velo de maya,

Atados a la magnánima Discordia.



La Gran Discordia, que prescinde de toda

pureza del espíritu

está ya aquí en cada rincón del universo

y en cada reducto cerebral

cumpliendo su obra perenne

escrita con el fluido de un vicio

llamado historia.



Aquí viene la virulencia

Que caerá sobre cada huella humana

Será la entropía higiénica…

Nada, para siempre,

Discordia para todos

y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.









Cazador de la memoria



El que expele la noche,

el que captura los recuerdos

en una botella encantada.

El que mata pensamientos como mata moscas,

dominará expandiendo su sombra

a todos los moradores del pensar.



Mueran los grandes sabios,

mueran sus cabezas parlantes

y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas.

Quemen sus libros y manifiestos.

Que así se difumine, que así se cante.



Él morará en umbral de cuentos de hadas,

mientras rapta a las magnánimas musas.

Beberá de su licor y explotará su embriaguez,

La ingente matriz será suya propia.



Y su renacimiento,

Será otra vez como las palabras

O como el vómito de sus bocas.









Spectrum



Disonante agonía

tras las puertas,

sin equilibrio

sin vértigo

sin cerradura

sin llave.



Una opción tardía

Un abismo,

Sin espacio

Sin tiempo,

Entre clausura

y escape.













Abbadón



Y cuando llegue el último día

volverá como el ángel exterminador

tras el signo de la Gran Ramera

esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.












Llave para el cosmos incierto



Todo quieto, cuando la logia sube a la cima.

Las estrellas en forma de pentagrama

indican las cinco direcciones

que toma la discordancia de los sonidos.



No te dejan salir…



Cierran las puertas,

Y no sabes lo que harás



Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie

El misterio en la antesala indica que esto

es una completa jungla,

que existe más de esa influencia ultrasónica

Desmembrante.



No se quieren callar…



Abren sus bocas,

Y no sabes lo que harás.



Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre

Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.

¿Cuántos años te tomará saberlo?

¿Darte cuenta que todo este tiempo

Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?



Ahora no te dejarán salir

Ahora no se querrán callar

Prepárate para lo peor.













Súper rayo final



En carga está su cabeza de bomba

capaz de apagar al Día y su reinado falaz

Se arrastra así entre los peldaños de las sombras

que se crían en su cólera

y llega flagrante al existir en un portal.



La brecha entre el Sol y la Luna

calor y frío, misericordia y coraje

Su obra maestra está a puertas del menguante

En la torre suprema del cielo eléctrico

Se alimenta de frío

Se alimenta de la Luna

Se alimenta de lo salvaje.



Y no tiene dimensión porque es tabú

es el mal, es la energía, es la mácula

es la epidemia de la razón.



Sobre sus mundos objetivos y mentales

caerá el súper rayo final

de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte,

arrasando sistemas, instituciones, entidades.



Y llega más rápido que la luz a destruir

¡No hay razón ni locura que se le compare!















Por siempre cero



Lo que los vivos añoran como vela al viento

desaparece en cuanto lo nombran,

y no decanta pero quiere ser poseído.



Las sombras lo vigilan todo,

desde el oasis de aguas negras,

y cuando estés en el desierto de los desiertos

te darás cuenta de que vives

siendo sólo arena y olvido.



Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa.

Tus fuerzas consumidas,

tú consumido, vives siendo

un conjunto entre dos paréntesis,

y crees ser tú mismo ángel y demonio

cuando tu nombre apenas se distingue

entre los tantos ecos de la caverna.



La lluvia cae y cae en el espacio,

Los soles lloran su promesa inmaterial,

haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha.

Envilecida la piedra, inflamado el abismo,

El cielo se precipita hacia su descenso.



Las aristas van de aquí para allá,

y crees armarte en medio de la oscuridad,

siendo que tú eres el miedo en persona,

todo lo que temiste, temes y temerás eres tú,

y buscas alguna salida de emergencia,

y caes sin presente, y lames el eje de las luces,

y es producto de tu imaginación,

que todo lo puede al ser pervertida,

al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.



Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo,

hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos.

Todo cae como daga, deberías saberlo,

todo queda en cero.


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