martes, 24 de julio de 2018

El supuesto caso viral del soltero chino de 31 años, Niu Xiangfeng, quien, en su intento desesperado por encontrar una esposa, ha sido rechazado -según dicen- casi "80000 veces", me recordó a una anécdota que alguna vez comenté sobre Albert Ellis, el psicoterapeuta yanqui que, en un intento por superar su timidez con el sexo femenino, contaba que, de joven, se obligó a conversar con más de cien mujeres en el jardín botánico del Bronx, durante un mes. Decía que, pese a no tener éxito en ninguna cita, perdió, en cambio, su miedo al rechazo. Mientras que el soltero chino insiste de manera necia en una empresa que, a todas luces, -merced a su tozudez y desesperación- nunca llegará a buen puerto, el psicoterapeuta yanqui demostró que esa misma técnica errática podría servirle para superar la resignación y la autohumillación. Ambos, fracasados sentimentales, solo que uno hizo de la idea de casarse su cruz, y otro de la idea de emparejarse su estoico experimento, aunque es muy probable que la exhibición victimista del primero no sea otra cosa que una última medida kamikaze, y la intelectualización del segundo, otro proceso velado de la libido.

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