Poema del imaginario de Gragko
Dentro del laboratorio de la isla
Los monstruos no son las criaturas engendradas
Entra un poco más profundo y verás
Probetas, químicos y metales pesados
Los creadores salen de su escondite
Engendran seres infelices
Condenados a la ignominia
El hombre darwiniano erige
Su dogma positivo
Capaz de crear de la nada
E interpelar a su Dios, su razón
Sigue con el método perverso
De mentalizar a las criaturas
Volver humano lo no humano
Lo que solo cuenta con instinto
Y voluntad arcana
Es el mito prometeico sin esencia
Es el pacto del hombre positivo
Que pretende ser superior
Aun a costa de lo creado
A expensas de su dolor e incomprensión
La ley del Homo Deus se cumple
Su ficción satiriza el sentido
Corroe los cuerpos, codifica las mentes
Solo un par de dígitos hará posible
El paso del corazón al espíritu
Y del espíritu a la máquina
Chirriar estridente su fracaso
Cuando las bestias permanecen orgánicas
Fieles a su violencia
Fieles a sí misma
Así el proyecto antrópico se desmorona
Deviene en historia grotesca
que propicia, cínica, el desconcierto
La acumulación de los odios y las rabias
La rebelión de los energúmenos
El íntimo engranaje del ser
El atávico mecanismo
Sin alma ni arraigo.